diecisiete

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¿Por qué Harry siempre acaba hablando sobre mi relación? No lo sé. "Sí." Le miento. "Voy a decírselo esta noche." Ni siquiera sé dónde está Aaron sinceramente. Supongo que estará en el trabajo, le llamaré esta noche. Si es que conseguimos salir del ascensor.

"Oh." No puedo descifrar el tono de su voz.

"¿Por qué te importa tanto?" Le pregunto.

"No me importa."

"Actúas como si lo hiciera."

"Bueno, siempre he sido una mierda de actor."

"Sólo dime por qué."

Harry resopla. "Nunca dejas ir las cosas, ¿eh?"

Niego con la cabeza.

Harry mira al techo. Me doy cuenta de que no me va a responder, así que me aparto un poco de él. "Joder, ojalá se podría fumar en los ascensores." Dice después de un tiempo.

"Hazlo. Total ya está roto." Le digo.

Harry me mira, puedo dislumbrar humor en su mirada. "¿Fumas, Rosalie?"

"No." Digo. "Ya no."

"¿Fumabas?" Dice elevando sus cejas.

"Sí, en el instituto."

Harry asiente. "Wow." Dice.

"¿Por qué es tan difícil de creer?"

"Porque tú... Eres tú."

"¿Y?"

"Pues que pareces la típica persona que se desmayaría con solo una calada."

Me burlo. "Puedo tomar una calada, Harry. Me estás subestimando."

"Eso parece."

Resoplo. Me apetece un cigarillo ahora mismo. Harry hace que quiera fumar otra vez, más que nada por todo el estrés que me hace sentir. Nunca he sido adicta al tabaco, solía fumar de vez en cuando. Creo que jamás podría ser adicta a algo; odiaría no tener autocontrol.

"¿Cuánto tiempo vamos a quedarnos aquí?" Me quejo.

Harry se encoje de hombros.

Apoyo mi cabeza contra la pared. La temperature parece aumentar en el pequeño espacio en el que nos encontramos y Harry se remanga las mangas de la camiseta. Logro ver tinta negra en sus brazos.

"¿Tienes tatuajes?" Le pregunto.

Harry gira su brazo para que los pueda ver mejor. "Sí." Responde.

"No lo sabía." Digo. Le había visto antes en camiseta, pero nunca había prestado atención a ese detalle.

"¿Y tú qué? ¿Tienes alguno?" Dice, sus ojos son burlones.

"En realidad, sí." Respondo orgullosa.

"Mentirosa."

"¡No estoy mintiendo!"

"¿Dónde está, entonces?"

"En la parte trasera de mi hombro."

"No me jodas." Dice, su expresión es divertida. "Mírate Rosie, fumando y teniendo tatus."

"Ya te he dicho que no sabes nada sobre mí." Digo con aires de suficiencia. "Ese currículo no sabe una mierda."

Harry sonríe. "Supongo que no."

Una sonrisa se dibuja en mis labios. Giro la cabeza para mirar a Harry. "¿Te puedo preguntar algo?"

"Dispara."

"¿Por qué fuiste tan maleducado cuando nos conocimos?"

"Soy así con todo el mundo."

"No creo que eso sea verdad. Fuiste más grosero de lo normal y lo sabes."

Harry frunce el ceño. "Está bien, ¿quieres saber por qué?"

Asiento.

"Fui grosero contigo porque sé exactamente qué tipo de persona eres." Dice. "Tienes una vida perfecta. Eres inteligente, tienes un buen trabajo y un buen novio. No te importan una mierda las personas que no se ajustan a tus estándares. ¡Eres de Nueva York, por el amor de Dios! Eres una snob, Rosalie, una puta snob. Y lo supe desde el primer momento en que te vi con las cajas de mudanza. ¿Querías saber la razón? Bien, ahí tienes la maldita razón." Su voz expulsa veneno al acabar.

Me siento como si me hubieran dado una bofetada. No sabía que Harry juzgase tan fácilmente a las personas. Me hierve la sangre. "Sabes, no eres el más indicado para hablar." Le digo enfadada. "Ni siquiera intentaste conocerme antes de juzgarme así. Yo, por lo menos he intentado ser amable, pero mira a dónde me ha llevado. Quizá no te conozca tan bien, Harry, pero por lo menos ¡yo no te juzgué así sin siquiera conocerte!" Me pongo de pie. No quiero estar a su lado.

"No te juzqué. Ni siquiera tuve que hacerlo. ¡Me estás demostrando que eres tan pretenciosa como pensaba!" Harry también se pone de pie, sus ojos parecen estar en llamas.

"¡Y tú eres un gilipollas que sabe exactamente cómo joder a la gente!"

"¡Por lo menos yo no estoy enamorado de un gilipollas!" Me grita.

Retrocedo parpadeando. "¡Aaron no es un gilipollas!"

"Está claro que lo es si está con alguien como tú!"

No puedo evitarlo. Me acerco a Harry y le pego una bofetada en la cara. Él se pone una mano en la mejilla, puedo ver en su cara que no se lo esperaba para nada. Me mira antes de coger mis muñecas y presionarme contra la pared del ascensor, acorralándome.

"¿Quieres hacerlo otra vez Rosie?" Susurra. Su toque sobre mi piel envía corrientes de fuego por todo mi cuerpo, no parpadea. Su olor me abruma y tenso la mandíbula.

"Te lo merecías." Digo bruscamente. "Y no me llames Rosie."

"Entonces deja de joderme." Gruñe.

"No te tengo miedo."

Harry entorna sus ojos. Su rostro está a tan solo unos centímetros del mío, puedo sentir su respiración por toda mi cara. Me quedo mirando a sus ojos. Son más oscuros de lo normal, su cara está parcialmente alumbrada por la luz de su móvil, que sigue en el suelo.

"Todavía no, pero lo tendrás." Dice antes de alejarse y darme la espalda.

Eso me provoca escalofríos. "¿Qué quieres decir?"

Harry se ríe amargamente, ignorando mi pregunta. "¿Por qué simplemente no te alejas de mí, Rosalie?"

"Porque cada vez que lo intento, apareces." Le digo. "Créeme, nada me gustaría más que no verte de nuevo."

Harry se gira, arrugando la frente. "Cuidado con lo que deseas."

Tenso la mandíbula, lista para contestarle. Estoy a punto de soltarle cualquier otro insulto cuando las puertas del ascensor se abren, iluminando todo. Un hombre de mantenimiento y el Sr. Greenman nos miran desde fuera.

Hidden | h.s (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora