cuarenta y cinco

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Siento que se me va a salir el corazón del pecho cuando le veo, e instintivamente retrocedo unos pasos, dándome cuenta de la que he liado con el bote de mermelada, que está roto en pedazos por todo el suelo.

Él no deja de mirarme, con una ceja levantada.

Jason Myers. El hombre que, sin duda alguna, ha arruinado mi vida.

"¿Rose?" Pregunta, como si no creyera que soy yo.

Mi garganta está seca y doy otro paso hacia atrás. "Si–si." Tartamudeo.

Una sonrisa amigable se abre paso en su cara. "Wow, qué bien se te ve." Dice. "¿Cómo has estado?"

"Bien." Consigo decir.

"Me alegro, ¿qué tal está Elizabeth?"

"Bien." Repito.

Él tiene el mismo aspecto de siempre. Los mismos ojos oscuros a conjunto con su pelo, con una sonrisa que podría hacer que te derritieras. La única diferencia es que ha dejado crecer un poco su barba.

"He escuchado que te has mudado a Oregón." Continúa la conversación. "¿Qué tal por allí?"

"Bien." Vuelvo a responder. Me aclaro un poco la garganta y enderezo mi espalda. "Es agradable."

Un empleado pasa por la esquina del pasillo, cruzándose con los cristales rotos y la mermelada esparcida por el suelo. "Jesús." Murmura en voz baja, negando con la cabeza. "Malditos adolescentes." Maldice y desaparece en busca de productos para limpiar el suelo. Me sonrojo y miro hacia abajo.

"¿Te gustaría tomar un café alguno de estos días?" Pregunta Jason.

Niego con la cabeza. "No, me voy el domingo."

"Oh." Asiente con la cabeza.

"E incluso aunque pudiera, no quedaría contigo." Digo cruzándome de brazos.

Él levanta una ceja. "¿A qué viene eso?"

"Me dejaste marcada por el resto de mi vida y arruinaste la relación que tenía con mi hermana." Siseo cuando veo al empleado volver con una escoba, claramente molesto. Por caprichos del destino, Elizabeth entra en ese momento en el pasillo, parece enfadada, y cuando me ve con Jason reduce la velocidad hasta llegar a nosotros.

"Elizabeth." Dice dirigiéndose a ella. "¡Qué agradable sorpresa!" Ella me mira a Jason y después a mí, y vuelta ha empezar.

Recobra la compostura y se endereza. "Jason." Dice secamente, sus ojos están sobre mí de nuevo.

"Estás preciosa." Le dice mirándola de arriba a abajo.

Ella suspira. "Gracias."

Es como si Jason hubiera olvidado todo lo que nos ha hecho; a mí especialmente. Está actuando como si fuéramos amigos de toda la vida.

Los flashbacks y recuerdos comienzan a nublar mi visión y cuando Jason me mira de nuevo, es lo único que veo junto con las luces del supermercado.

Empiezo a sentirme mareada y sé que, si no me alejo de él ahora mismo, vomitaré o me desmayaré pronto, quizá ambas.

"Vámonos." Le digo a Elizabeth. Ella asiente mirando a Jason de nuevo y sus tacones vuelven a ser lo único que escucho por el pasillo. La sigo rápidamente, luchando por mantener los recuerdos alejados de mi mente.

Compramos todo lo necesario para la cena y lo metemos rápidamente en el maletero. Sigo mirando por encima de mi hombro para asegurarme de que Jason no nos sigue. Estoy intentando no llorar, pero siento como si me abofeteasen los recuerdos que no dejan de aparecer una y otra vez en mi cabeza.

Hidden | h.s (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora