trece

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He ignorado a Harry toda la semana.

La verdad es que es más fácil decirlo que hacerlo. Se sienta a un metro y medio de mí en el trabajo y vive al otro lado del pasillo. Ha sido un milagro no haber tenido que hablarle.

Es viernes por la mañana y estoy contenta. Esta semana he acabado de editar cuatro manuscritos, he entregado el cuarto esta mañana y Aaron me va a recoger del trabajo.

Estoy emocionada por verle. Ambos hemos estado muy ocupados esta semana, así que esta noche, va a ser nuestra noche.

Todavía no puedo olvidar la mañana que seguí a Harry. Cada vez que le miro, más y más preguntas se acumulan en mi cabeza. ¿Quiénes eran esos tipos? ¿De qué números hablaban?

No debería importarme. Pero Harry se ha vuelto más reservado últimamente y eso me hace pensar.

Las cuatro llegan pronto y todo el mundo empieza a recoger sus cosas para marcharse. Hablo con Perrie mientras caminamos fuera.

"¿Qué planes tienes para el finde?" Le pregunto.

Ella se encoge de hombros. "Nada fuera de lo normal. Dormir, comer, así en bucle." Se ríe. "¿Y tú?"

"He quedado con Aaron esta noche." Le digo.

"Ooh." Dice dándome un pequeño empujón. "Vamos a tener que tomar un café para que me cuentes todos los detalles."

Me sonrojo. "No, nosotros no... Eh... No lo hemos hecho todavía."

"Oh." Perrie me sonríe. "Aun así deberíamos quedar. ¿Te parece bien el domingo?"

"Sí, suena genial."

"Perfecto, nos vemos entonces." Perrie abre su coche rojo y se despide con la mano.

Me quedo fuera del edificio, pero no veo el coche de Aaron por ningún lado. Me siento en el pequeño banco de fuera y me abrazo al abrigo.

Miro mi móvil para ver si tengo algún mensaje de Aaron, pero no hay ninguno. Le envío uno, preguntando dónde está, pero no responde. Puede que esté conduciendo. ¿Y si se le ha olvidado la dirección?

Vendrá, me insisto a mí misma. Te lo ha prometido.

Los coches entran y salen del edificio, pero ninguno es el de Aaron. El Sr. Crystal me despide con la cabeza al salir, está hablando por teléfono. Marion también sale, sonriéndome a su paso.

El otoñal cielo comienza a atenuarse, y el aire cada vez es más frío. Exhalo, viendo como el vaho aparece delante de mi cara. ¿Dónde está?

Vuelvo a revisar mi teléfono. No hay ningún mensaje.

Espero otros quince minutos sola, y decido llamarle. Lo único que escucho es a su contestador.

Cuelgo y pongo la cabeza entre mis manos. ¿Por qué no me responde? Dijo que me recogería. Me ha traído esta mañana, así que no tengo cómo volver a casa. Supongo que podría andar. Está solo a unas quince manzanas.

No puedo evitarlo y lágrimas calientes comienzan a caer por mi rostro. ¿Cómo es posible que Aaron no se preocupe lo suficiente por mí, como para no venir a recogerme al trabajo?

"¿Rose?"

Miro hacia arriba para no ver a nada más y nada menos, que a Harry parado en frente mía. Puedo ver lo confuso que está por encontrarme ahí sola. Rápidamente me limpio las lágrimas y me pongo rígida. No debería de estar llorando por un estúpido como Aaron.

"¿Qué quieres?" Le digo bruscamente.

Harry se me queda mirando. "¿Estás bien?" Su tono es suave y eso me desconcierta. Nunca me ha hablado para otra cosa que no sea burlarse de mí o molestarme.

Hidden | h.s (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora