Hidden | h.s (Español)

veintiuno

Me despierto por un golpe fuerte en la puerta.

Gimo y me tiro el cojín sobre la cabeza. Sábado, ¿eres tú el que está haciendo tanto ruido?

En este mismo instante me doy cuenta de dónde estoy.

Oigo el crujido que provoca la puerta al abrirse.

"¿Puedo ayudarte en algo?" Pregunta Harry, su voz es ronca porque acaba de despertarse.

"Sí, ¿has visto a Rose por alguna parte? No responde mis llamadas y no parece que esté en casa."

Se me abren los ojos como platos.

Aaron.

Mierda.

"Eh..." Harry se calla.

Me asomo por encima del sofá. Harry se ha inclinado sobre la puerta y está tocándose el cuello con nerviosismo. Como entre Aaron y me vea, va a sacar mil conclusiones en un momento, va a asumir que Harry y yo... Ugh. Solo pensarlo me hace estremecer.

Miente. Le digo a Harry mentalmente. Miéntele.

"Probablemente haya salido a por café." Dice. "Suele llevárselo al trabajo, pero al ser fin de semana..."

"Oh. Está bien."

Doy un gran suspiro de alivio.

"¿Qué ha sido eso?"

Me congelo. ¿Lo ha escuchado?

"Mi... Gato." Dice.

"No sabía que permitían mascotas en el edificio."

"No están permitidas. Es un secreto. Shh."

Me tapo la boca para evitar reírme de las mentiras de Harry.

"¿Puedo verlo?"

"No, es uno de esos que no tienen pelo. Da mucho asco. Y... Tiene la rabia."

"¿No deberías hacerle una revisión entonces? La rabia es algo serio."

"Mira tío, agradezco que te preocupes, pero–"

La puerta se abre de repente y Aaron pasa, sus ojos se fijan en mí nada mas entrar. Están muy abiertos, la rabia se apodera de ellos rápidamente.

"¿Rose?" Pregunta con incredulidad.

Me levanto de un golpe del sofá. "Aaron."

"¿Qué cojones estás haciendo aquí?"

Harry no deja de mirarme.

"Es una historia bastante larga." Digo.

"Tengo tiempo."

"Ah, ¿en serio? ¡Porque parece que nunca tienes tiempo para nada!"

"Rosie–"

"Deberías de haberme recogido del trabajo dos veces. ¡Dos! Me has dejado plantada ambas, y ni siquiera sé por qué."

"¿Y crees que la solución es acostarte con tu vecino?"

Se me cae la mandíbula al suelo. Harry intenta no reírse y le miro amenazante.

"¡No me he acostado con nadie!" Digo levantando la voz.

"¡Entonces explica esto!" Grita Aaron.

Retrocedo. No puedo decirle a Aaron lo que me pasó al volver a casa. Sé que es importante guardar el secreto, por mi bien y por el de Harry.

"Harry me dio un aventón a casa y me quedé dormida en su coche." Miento. Bueno, en parte es verdad.

Aaron mira a Harry y este asiente.