once

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Conforme más me encuentro con Harry, más le doy la razón a Aaron. Debería de alejarme de él. Aun así, que viva en frente mía y trabaje en el mismo sitio que yo no ayuda.

Entro al hall del edificio, buscando las llaves en el bolso. Ha sido un largo día de trabajo. He acabado dos manuscritos y estoy muy cansada. Perrie y Zayn han estado flirteando toda la hora del almuerzo, y lo único que quería era cogerlos a ambos y juntarlos de una vez. Es tan obvio que se gustan que hasta duele verlos separados.

No puedo encontrar las llaves, así que abro el bolso entero y me pongo a buscarlas a fondo. Miro por todos los bolsillos antes de soltar un bufido. He perdido las llaves.

Tengo las llaves del coche, obviamente, pero no las de mi apartamento. Menuda suerte la mía.

Cojo mi móvil para buscar el número de algún cerrajero y lo marco. Me dice que llegará en unos veinte minutos y le doy las gracias antes de colgar. Me siento fuera de mi apartamento, pensando qué puedo hacer hasta que llegue.

Justo cuando estoy a punto de ir a por el coche para irme a cenar a algún sitio, la puerta de Harry se abre y éste sale del interior.

Claro que sí.

"Rosie." Me saluda. "Me había parecido escucharte aquí fuera."

"Mantendré el nivel de ruido bajo." Le respondo, cruzándome de brazos e inclinándome en mi puerta.

"¿Encerrada fuera?" Pregunta, puedo distinguir un toque de humor en sus ojos. Lleva una camisa de franela y unos vaqueros, se debe de haber cambiado de ropa. Una sonrisa arrogante aparece en su rostro.

"Sí." Hago una mueca.

Harry se muerde el labio para evitar reírse y ruedo los ojos.

"Adelante, puedes reírte." Le digo.

Harry sacude su cabeza. "No, esto no tiene nada de divertido." Intenta esconder su sonrisa, pero falla y unos hoyuelos aparecen en sus mejillas.

Vuelvo a rodar mis ojos.

"Rosie, si ruedas tanto los ojos, se te pueden llegar a salir de la cara." Me advierte. Se inclina sobre su puerta, copiando mi postura.

"De todas formas, ¿qué es lo que quieres?" Pregunto.

Harry se encoge de hombros. "He pensado que quizá querías algo de compañía."

"Bueno, pues has pensado mal."

"Relájate, Rosie."

"Para de llamarme–"

"Nope."

Tenso la mandíbula. "¿Puedes dejarme sola?"

"Nope."

"¿Por qué no?" Me quejo. Cualquier compañía sería mejor que Harry.

"Porque esto me divierte."

"¿El qué? ¿Hacerme sentir una desgraciada?"

"No, contar cuántas veces ruedas los ojos." Como si lo hubiese dicho para que los rodase, yo los ruedo involuntariamente y él se ríe.

"Vuelve a tu apartamento." Le digo bruscamente.

"Qué dura eres."

"Sí, Bueno."

"Rose, tómate un calmante."

"No." Reviso mi móvil, me pregunto dónde demonios estará el cerrajero.

"¿Quieres jugar a un juego?"

"No."

"¿Qué te parece 'qué preferirías...'?"

"No."

"Yo empiezo." Dice Harry ignorándome.

"Qué preferirías... ¿Caerte de un acantilado o que te coma un tigre?"

"No voy a jugar."

"Personalmente, prefiero lo del acantilado."

"No me importa."

"–Porque no tienes por qué morir en la caída."

"Para."

"Vamos, Rose, ¿por qué no quieres jugar?"

"¡Porque te odio!" Le grito, estoy empezando a alterarme.

Noto a Harry sorprendido por mi declaración. Sus ojos se vuelven fríos y se le tensa la mandíbula. "Realmente eres una perra, ¿lo sabías Rose?"

Le miro. "Quizá si tú no fueras un grano en el culo, yo no sería tan perra."

"Mira, solo estaba intentando hacerte compañía."

"No, lo único que querías era tener otra excusa con la que molestarme y hacerme enfadar. Te conozco Harry."

Harry se ríe amargamente. "¿Que me conoces? Prueba otra vez, Rosie." Se da la vuelta y da un portazo al entrar a su apartamento.

El cerrajero llega media hora después. Me quejo y acaba haciéndome un descuento por la espera. Le doy las gracias después de que me abra la puerta y me lanzo al sofá, cansada por el trabajo y por discutir con Harry. Es muy irritante. Le odio.

Hidden | h.s (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora