La brutalidad y la malicia con la que Aaron me pega, me duele más que el impacto con el suelo. Le miro desde abajo, mis ojos están abiertos a más no poder, anonadada por lo que acaba de pasar.
Lo único que se me pasa por la cabeza en este momento es el hecho de que voy a dejar que una situación así suceda otra vez. Estoy dejando que un hombre me golpee. De nuevo.
Las lágrimas caen por mi cara mientras me llevo la mano a la mejilla, me pica muchísimo por el impacto de su mano.
Aaron me ha pegado.
Aaron me ha pegado
Aaron me ha pegado.
Los ojos de Harry están inyectados en furia, vuelve a acercarse a Aaron y le empuja fuertemente.
"¿Cómo te atreves a tratarla así?" Gruñe. El miedo domina el cuerpo de Aaron cuando este golpea la pared por el empujón y Harry pega un puñetazo a centímetros de su cara. No sé a quién gritar que pare; si a Aaron que me ha pegado, o a Harry que parece estar cegado por la ira. La manera en la que los ojos esmeralda de Harry se tornan oscuros por el enfado me da miedo, y a la vez me impresiona. Parece no poder romper mi mirada con la suya, a pesar de que lo acaba haciendo. Por el contrario, yo, sigo pegada al suelo sin poder moverme ni hacer otra cosa que no sea quedarme ahí.
"Sé que la quieres." Gruñe Aaron en un esfuerzo de valentía. "Sé que la quieres desde el momento en el que la conociste–"
"Te equivocas." Le suelta, y siento ganas de llorar aunque no sé por qué. Harry se acerca más a Aaron con la mandíbula tensa. "Rose y yo solo somos amigos."
"Ah, así que me equivoco, ¿no?" Una sonrisa malvada se apodera de la cara de Aaron. "Me a puesto lo que quieras a que a ella le gustaría estar en tu cama, ¿a ti no?" Da un paso hacia Harry. "¿No quieres besarla? ¿No quieres–"
"No sabes una mierda, doctorcito, y si quieres mantener tu cara intacta, te aconsejo que te calles la puta boca." La voz de Harry es lenta y áspera; amenazante.
"Vale, seguro que un contable puede hacer mucho en mi cara." Aaron le vacila y Harry se acerca más a él.
Intento levantarme del suelo pero mis piernas parecen gelatina, finalmente encuentro mi voz. "¡Aaron para! Ya basta. Ya has hecho suficiente. Vete." Los dos me miran, lágrimas caen de nuevo por mi cara.
Aaron parece que va a estallar en fuego cuando mira a Harry.
"Quiero tu culo despreciable fuera de aquí, ahora mismo." Dice Harry lentamente. Aaron se gira para mirarme.
"Rose." Me dice. "Vamos, podemos resolver esto."
"¡Fuera de aquí!" Responde Harry por mí.
"No estoy hablando contigo pedazo de imbécil."
"Fuera de aquí, antes de que cumpla mi promesa."
Aaron nos mira a Harry y a mí. "Está bien, me voy." Dice, su voz envía un escalofrío por toda mi espalda. "Pero sé algo que tú no sabes. Así que vigila tus espaldas." Mi sangre se vuelve fría conforme habla.
Aaron nos mira una última vez antes de girarse y desaparecer. Harry se acerca a mí rápidamente y me ofrece su mano para que me levante del suelo, me ayuda hasta conseguir mi altura normal y le aprieto la mano con fuerza.
"¿Estás bien?" Me pregunta en voz baja.
Asiento con la cabeza y me quito el pelo de la cara. Me siento tan débil. Siempre he querido ser fuerte e independiente, pero supongo que es uno de mis defectos trágicos. Me aterroriza estar sola.
"Vamos." Dice Harry tirando de mi mano hacia su apartamento. "Te haré un té."
Me quedo congelada en el sitio, mirando al suelo. Me está empezando a doler la cabeza por el golpe. "Rose." Me llama. "Rose."
"Mi relación con Aaron era una mierda... Pero ahora mismo me siento tan sola que..." Niego con la cabeza. "Estoy sola Harry." Mi voz sale tensa.
"No. No lo estás, Rose."
Me encuentro con sus ojos y de alguna manera, le creo. Creo que él se ha sentido incluso más solo que yo, aunque no me lo haya dicho. Creo que debajo de su faceta maleducada e irritable, tiene un corazón tan grande o incluso más que el de los demás.
En este momento, me siento tan irrevocablemente viva que casi no puedo encontrar aire en mis pulmones para respirar.
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Hidden | h.s (Español)
FanfictionA Rose no le gusta Harry. Y a Harry no le gusta Rose. Pero quizá la constante amenaza de un cerebro del mal y la oscura conspiración de una compañía puedan cambiarlo. O, al menos, un alijo de snickers podría hacerlo. Él era como la luna; una parte d...