Recuperando al Amor de mi Vida

Capítulo siete

Capítulo siete.

Iba caminando lo más rápido que sus piernas le permitían, ya era un poco tarde, pero no quería correr, no deseaba que la gente la mirara raro por lo que solo iba a paso apresurado. Diviso la escuela a donde tenía que llegar y aumento un poco más su andar.

En poco tiempo ya estaba entrando, en casi todo el campus se miraban a los estudiantes, los cuales ya iban de salida para sus hogares, esperaban a que llegaran por ellos o simplemente estaban charlando. Se estaba ganando varias miradas, tanto chicas como chicos la veían con curiosidad. Intentaba ignorarlos a toda costa.

Ni siquiera se había dado cuenta cuanto camino, estaba sumida en sus pensamientos, estaba nerviosa, era la primera vez que iba a esa escuela y no conocía a nadie, aunque había ideado un plan con su amigo para encontrarse allí, el desespero la estaba asfixiando porque no llegaba. Dio varios pasos apresurados hasta que sintió el impacto con alguien. Las cosas que llevaba en su mano cayeron al suelo.

— ¡Idiota! ¿Qué no te fijas por dónde vas? — insulto sin pensar. Comenzó a recoger las flechas desparramadas, poniéndolas en su carcaj.

— Lo lamento, estaba distraído.

La pelirroja levanto su rostro y pudo ver a un chico rubio, hombros un poco anchos y solo tal vez, una cabeza más alto que ella. El muchacho se acuclillo rápidamente agarrando varias de las flechas. Lo había insultado buscando algo devuelta y eso no era la ayuda que le estaba brindando. Quizás si el insulto se hubiera regresado, tendría una manera de desahogar la desesperación adentrándose a una pelea sin sentido con alguien que no conocía.

Estaba odiando a su mejor amigo por esta situación, ¿Por qué era tan despistado y olvido su carcaj en su casa? Ahora ella tal vez llegara tarde a su clase de ballet neoclásico. Aunque tenía un buen desempeño no quería atrasarse ni faltar, la maestra era algo gruñona y a veces nada le parecía, era lo que a Natasha no le gustaba.

— ¿Entonces si estabas distraído para que caminas?

— Bueno... no volverá a pasar, tomare tu consejo.

— Le harías un favor al mundo.

El joven sentía pena, podía que su rostro tuviera algunos toques carmesíes. Se podría decir que él no era alguien de meterse en problemas porque si y mucho menos con una chica bonita, la cual parecía enojada. Se incorporaron, quedando de pie a una distancia considerable. Nunca la ha visto en la escuela, por lo que rápido pensó que no era de ahí. Su cabello era bonito y sus ojos amazónicos eran más que hermosos, llevaba unas mallas deportivas y una blusa negra que resaltaba sus curvas. Desvío su vista, ¿cómo podía estar viendo a la pelirroja así? No era lo correcto.

Vio un palo alargado y negro, observo las flechas que le había tendido anteriormente a la pelirroja, dándose cuenta de que efectivamente era igual. Dio dos pasos a su izquierda y lo tomo. Natasha creyó que ya se iba, decidió que era mejor seguir avanzando para ir al punto de reunión donde Clint y ella se iban ver para después irse juntos.

— Aquí tienes. se puso de nuevo justo enfrente de ella entregándole la flecha. — Supongo que esta es la última.

— Gracias. — no le quedaba más que agradecer, aunque ella le dijo idiota hace un momento atrás.

— Capitán Rogers, ¿qué hace dándole románticamente una de mis flechas a mi mejor amiga?

Natasha vio como a quien habían llamado "Capitán Rogers" se puso nervioso, eso la hizo sonreír levemente, no sabía si tomarlo un acto gracioso o tierno. Rogers, quien aún se sentía un tanto incomodo con la mágica aparición de Clint y nervioso por todo lo que paso minutos atrás con la pelirroja quien parecía que le sacaría los ojos; intento guardar compostura.