Capítulo veintisiete.
Hacia bastante calor, algo que en verdad no debería de sorprender a nadie, era habitual que el clima llegara a los 50° en algunas ocasiones durante el día, aunque por la noche podía ser otra cosa.
El rostro de Rogers estaba colorado por el sol y a James le daba un poco de gracia, por lo que le ponía sobrenombres graciosos o simplemente hacia bromas sobre Steve desmayado por el calor, aunque Barnes tenía conocimiento de que él también estaba un poco colorado. Miro de reojo a su amigo, estaba completamente equipado, su uniforme de camuflaje, chaleco, un arma en sus brazos, un radio y sus provisiones en aquella mochila.
— Te veo un poco distraído.
— Estoy pensando en el orden de todo lo que haremos hoy.
— ¿Seguro? No estarás pensando en cierta chica con cabello rojo como tu rostro, ¿o sí? — dijo burlón, ganándose una mirada seria por parte de Steve. — Yo pienso que todo saldrá bien.
Tras el silencio de Steve, decidió cambiar el tema. Todos confiaban en su Capitán y aunque solo fuera una asistencia humanitaria en una de las aldeas más cercanas que haría su pelotón. Llevaban dos coches, uno en frente y otro detrás, iban una cierta cantidad de soldados en uno de los coches, mientras que en el otro estaban las cosas que necesitarían cuando llegaran a la aldea en la que ofrecerían asistencia médica a las personas.
Podía sonar fácil, pero todo podía suceder en un corto lapso de tiempo.
— Tú lo has dicho, solo hay que ayudar a las personas e intentar incentivar un combate. — añadió Barnes mirando hacia al frente. — Solo tenemos que esperar a nos disparen para que nosotros podamos hacerlo también.
— Parece que te ha quedado claro la misión, Sargento.
— Por supuesto, a todos le ha quedado claro. A pesar de que este haciendo un calor como el del infierno, hemos venido aquí para hacer nuestro trabajo, sabemos que en esta misión debemos ayudar a los aldeanos e intentar que los talibanes salgan a dispararnos y así generar un combate.
— Muy bien.
Steve asintió a lo que su mejor amigo recito, el rubio sabía que su comando tenía el conocimiento suficiente de lo que tienen que hacer, estaban entrenados y capacitados para cualquier cosa. El problema era que en ese momento era él quien no se sentía preparado, su mente viajaba a otro lugar, específicamente New York, si, donde se encontraba cierta chica con cabello rojo como su rostro, como había dicho Bucky.
Gracias a eso, se ha llevado algunos regaños por parte de Nick Fury y estuvo a punto de regresarlo a Estados Unidos. Ella no estaba con él físicamente pero siempre estaba en su mente y en aquella fotografía que llevaba en el bolsillo de su pantalón. Estaba haciendo su mayor esfuerzo para estar centrado.
— No encuentro la hora de regresar a casa.
— ¿Qué? — lo miro riendo. — Apenas y tenemos dos meses aquí.
— ¿Y eso que tiene que ver? Espero y pase rápido un año y que Fury nos diga que podemos regresar.
— Si tanto quieres...
— Hasta el fin de la línea, Steve. — dice interrumpiéndolo y lo mira con seriedad. — Recuérdalo. Hasta el fin de la línea.
Sin duda alguna Bucky era su mayor apoyo y se sentía afortunado de tener su amistad. En ese momento, aunque sintió que James siempre lo acompañaría en las buenas y peores decisiones de su vida, el remordimiento lo hacía sentir terrible, él no le pidió que lo acompañara y aun así Barnes tomo la decisión de ir con él. Aunque muy probablemente Nick le haya informado de la misión y no tuviera el mínimo interés de venir a Afganistán, lo ha hecho solo por él. Ahora los dos tenían que volver a New York como diera lugar. Por Bucky. Por él. Y principalmente por ella. Aunque no quiera ni verlo.
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Recuperando al Amor de mi Vida
FanficDespués de varios años, ¿quien iba a pensar que Steve Rogers iba a volver a ver a su exnovia, Natasha Romanoff? ¿Quien diría que la vería, sentada en la silla enfrente de su escritorio? Pero no como un simple reencuentro para ponerse al día después...