Capítulo treinta y cinco

396 37 2
                                    

Capítulo treinta y cinco.

La rutina de cierta pelirroja era ir del departamento al hospital, simplemente quería estar ahí cuando cierto rubio despertará. Wanda pasaba las noches con ella por si se le ofrecía algo, acción que no miraba necesario pero que sus amigos si aprobaban. Incluso Pepper paso una noche con ella.

Y ahí estaba de nuevo, entrando por la puerta del hospital, se dirigió hasta el ascensor con sus pasos que comenzaban a ser habituales y sinceramente comenzaba a cansarse de eso. Por suerte, no espero mucho a que el ascensor llegara, subió a el y presiono el botón que la llevaría directo al piso donde estaba la habitación de Steve.

Al salir del ascensor y dirigirse hacia la izquierda, no esperaba encontrarse nuevamente con Nick Fury a lo lejos, parecía haber salido de la habitación a la cual ella iba a llegar, en el momento en el que estuvieron más cerca, el hombre alto con el parche en el ojo hizo un movimiento con la cabeza en forma de saludo mostrándose serio, como era habitual en él. La pelirroja no pudo decir nada ya que él paso por su lado sin más, frunció su entrecejo, se sentía molesta con Nick Fury porque no tenia ni idea de que hacía a ahí y con Steve por no despertar.

Cerro la puerta de la habitación después de entrar, aún seguía pensando cual es el motivo para que Nick Fury visitara con frecuencia al rubio, camino hasta la silla y tomo asiento en silencio.

— Parece que algo no te agrada, ¿qué es?

La pelirroja volteo con rapidez hacia donde provino la voz, apenas pudo ver los ojos de aquel hombre abiertos, estaba sorprendida y a la vez feliz, la preocupación abandono cada parte de su cuerpo, hasta la más pequeña, se quedo en su lugar mostrando todo lo contrario, se mantuvo en su lugar con seriedad y frunció sus labios mirando el rostro de Steve que parecía adormilado.

— Eres un idiota.

— Lo soy, Nat. — su risa se hizo presente seguida de un quejido, carraspeo y volvió a verla. — ¿Qué es eso que te fastidia? 

— ¡Tú! — respondió su pregunta algo molesta. — Estupido americano.

Los ojos de la pelirroja comenzaron aguarse por lo que desvió la mirada. Steve tomo la mano de ella con suavidad, al sentir su tacto volvio a verlo un poco más relajada.

— Lamento por todo lo que te he hecho pasar estos días, Nat.

— ¿En que estabas pensando, Rogers? Te vi morir.

Y de nuevo sus ojos volvieron a aguarse, pero ahora su voz la traicionó ya que se había quebrado. Por otro lado, el rubio de sintió muy culpable al  verla de esa manera y lo cierto era, que en verdad si tenía la culpa.

Dejó una suave caricia en el dorso de la mano de la pelirroja y sonrió levemente.

— Prometo no volver a meterme en los asuntos que no me corresponden. — le dijo seguro de si mismo.

— Casi me dejas sola con un bebé, todo por no pensar en ti primero.

Entendía el punto de Natasha, siempre fue así, no le importaba que era lo que le pudiese pasar, primero veía por los demás, antes de ver por él. Pero ahora, pensándolo bien, seguirá sin pensar en él, porque pondría siempre pondría a ella y al bebé primero que cualquier cosa o situación.

***

Duro dos días más en el hospital, odiaba estar ahí y más cuando ya se estaba sintiendo mejor. Aun le dolía un poco el cuerpo, no entendía muy bien porque. Al salir del hospital, el aire golpeo su rostro, haciéndolo sentir aliviando de ya no estar envuelto a ese aroma a famacos y todas esas cosas.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 11, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Recuperando al Amor de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora