Capítulo veinticuatro

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Capítulo veinticuatro.


De alguna manera el consultorio se sentía sólo, únicamente estaban Margot y él haciendo sus labores. Wilson decido tomar sus vacaciones, terminó las sesiones que tenía, arreglo papeles y después de unos días se fue a visitar a sus padres. Steve cayó en la conclusión de que hacen falta los chistes y travesuras de su amigo en el consultorio.

Tenía enfrente a él a un hombre que quizá, no pasaba de los treinta, era su primera sesión, ya tenían por lo menos quince minutos hablando y Steve lo observaba curioso, tenía que conocer su personalidad y aunque pareciera un libro abierto uno nunca sabe que podría estar pasando en su cabeza.

— Doctor, la verdad es que yo me encuentro bien. No necesito terapia. — dijo con una risa leve. — Aunque la verdad, todos necesitan a un psicólogo en alguna parte de su vida... no porque estén locos o algo, solo para estar bien consigo mismo.

— Sí, ese es un buen punto. — habló Steve. — Pero, si no necesitas un psicólogo, ¿qué haces aquí?

— Bueno, mi ex esposa no me dejará ver a mi hija si no lo hago.

Steve miraba con atención a su paciente. Se recargo en el respaldo de su asiento, buscando una manera más cómoda de estar.

— ¿Por qué no lo haría?

— Hace poco estuve en prisión, ella cree que no estoy muy bien después de salir, pero en realidad me encuentro perfectamente. — se cruzó de brazos con indignación. — No pasó nada para que yo este mal e incluso me dejaron salir por buena conducta.

— Entonces, usted estuvo en prisión y por eso su ex esposa quiere que asista a terapia para poder ver a su hija. — hizo un pequeño recuento, el hombre frente a él asintió. — ¿Por qué estuvo en prisión, señor Lang?

El nombrado rió con diversión al pensar que fue lo que lo llevó pasar un año en aquel lugar para nada recomendable. Steve lo miro confundido y espero una respuesta.

— En verdad no es algo que me enorgullece, aunque fue por una buena causa. Cometí robo. Se podría decir que a la persona a la que robamos no era para nada alguien bueno, pues también era un ladrón.

— Okey... bien, entonces quiso ser de alguna forma Robin Hood.

— Algo así. — hizo una pequeña pausa. — Y dígame Scott.















La terapia había terminado, sin poder evitarlo rio un par de veces por lo que Scott decía, le hizo varias preguntas más sobre su estancia en prisión, la mayoría de las respuestas estaban llenas de quejas, sobre todo en la comida y el trabajo que no puede conseguir ahora que está en libertad.

Tomó su celular y miro los mensajes que tenía, le llamo la atención uno en particular. Pero no le tomó mucha importancia, lo leyó y le dio una corta respuesta a la persona que le envió dicho mensaje. No le sorprendía que Nick Fury le mandara un mensaje.

El director de S.H.I.E.L.D. había estado en contacto con él desde lo de Bucky, pero hay algo que no le cuadraba, si lo ha estado contactando más que otras veces era porque Fury tenía algo entre manos. El sonido de las notificaciones lo sacó de sus pensamientos, creyó que se trataba de quien era su alto mando hace algunos años.

Una sonrisa le adorno el rostro cuando vio de quien se trataba, rápidamente abrió el mensaje y no dudo en contestar. La respuesta por parte de Natasha no tardó y lo siguiente que hizo fue tomar el teléfono que estaba en su escritorio.

— ¿Doctor Rogers?

— Margot, en unos veinte minutos llegará la señorita Romanoff, hazla pasar por favor.

Recuperando al Amor de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora