Capítulo veintitres

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Capítulo veintitrés.

Sentía el retumbar de la música por todo el cuerpo, sabia a la perfecciona que sus oídos no se salvarían al salir de ese lugar. La gente bailaba sin parar, parejas daban espectáculos que muchas veces lo hacían hacer muecas.

Su mano disponible ocupo un vaso de lo que parecía vodka y tres pares de ojos lo miraban atentamente. Alzo una de sus cejas, era su tercer vaso y aunque fuera pequeño eso ya no le agradaba.

¿Qué es lo que planean?

No todos los días se cumplen veintiuno, Rogers.

Miro a sus amigos asombrado, querían emborracharlo, pero lo que no sabían era que él no sería un blanco fácil para su objetivo. Muy a su pesar llevo aquel vaso a sus labios y bebió un poco para después sonreír de una manera no muy feliz. Vio como Natasha rió y se acercaba a él. Llevaba puesto un bonito vestido azul y tacones que la hacían estar casi a su altura, coloco sus brazos alrededor de su cuello.

Feliz cumpleaños Capitán.

Bueno gracias, aunque me quieran emborrachar.

Volvió a reír, lo abrazo como si quisiera aferrarse a su calor, aferrarse a él.

Si bueno, es nuestro turno, Tasha, hazte a un lado y déjanos felicitar a Steve.

El arquero tiene razón, Natalia, déjanos un poco de Steve, en un rato más lo tendrás para ti sola.

Aquel comentario por parte de su mejor amigo lo hizo ruborizarse un poco. Natasha abandono sus brazos y ahora eran sus amigos quienes lo felicitaban y daban cortos abrazos. Fue cuestión de minutos para que los cuatro fueran a la pista de baile, luego, tal vez pasando media hora, solo quedaba él y su pelirroja novia. El primero en irse del grupo fue Bucky, Steve se imaginaba que andaba por ahí con una chica y Clint estaba cerca con la chica que invito.

No era muy bueno bailando y hacia todo lo posible por seguirle el paso a Natasha quien reía divertida cuando se equivocaba. El lugar estaba lleno y aunque el sitio no fuera para nada su estilo, lo estaba pasando bien con sus amigos. Dejo de beber cuando comenzó a sentirse un poco extraño, no estaba acostumbrado a ingerir tanto alcohol, por otro lado, Romanoff parecía tener buen aguante, ni siquiera parecía que estuviera bebiendo.

Estaba sudado y según su novia ya era tiempo de regresar a casa, se lo agradecía, ese último baile con ella lo había dejado un poco incómodo y no le gustaba para nada las miradas que Natasha recibía por parte de un sujeto a cuantos metros de donde estaban. Detrás de ellos caminaba Clint con su acompañante, salieron del lugar con intenciones de ir al coche de Steve. Los ojos del rubio no pudieron pasar por alto la paliza que le estaban propinando a un chico.

Miro a su novia y de reojo a su amigo tras de él, no lo pensó dos veces y se acercó a aquel acto de violencia, donde los golpes parecían no faltar y las palabras inentendibles pero que estaban cargadas de diversión para él.

Ey. le llamo a aquel sujeto un poco corpulento. Déjalo ya.

No te metas donde no te llaman.

Él tiene razón, Steve. lo tomo del brazo para detenerlo. Hay que irnos.

Miro a su amigo por un instante y luego a aquel castaño que recibía otro golpe en su rostro. Aunque Rogers no entendía porque reía cuando era golpeado, decidió ignorar a Clint y encaro al brabucón.

¿Acaso no te da vergüenza ser dos contra uno?

Mira, eso no te debe de importar, por el momento estoy ocupado dándole una paliza a este sujeto por besar a mi novia.

Recuperando al Amor de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora