Recuperando al Amor de mi Vida

Capítulo once

Capítulo once.

— ¿Qué piensas de Susan Fallon?

La mirada del rubio pasa de su libro a Natasha, torció su gesto y volvió la vista a la lectura. Desde que Romanoff le había dicho que sería su cupido, la ha estado ignorando con las chicas con las que ha ido — no personalmente, claro — para que saliera con ellas. Parecía que se divertía al hacer tal tarea.

— Creo que está en algunas de tus clases, ojos color café, cabello negro y es más baja que tú. — añade la chica tras el silencio de Steve. — ¿Qué dices?

— Digo que yo no conozco a la señorita Fallon.

— Es por eso que la llamaras y saldrás con ella.

Natasha sonreía, aunque el rubio no la estuviera viendo, tenía que aceptar en salir con alguna de las tantas chicas que le ha nombrado. Steve cerró su libro y la encaro un poco confundido, vio como la pelirroja le mostraba un papelito y lo movía energéticamente. Alzo una de sus cejas hacia ella, con ese papel que su ahora amiga tenía en su mano, ya deberían de ser al menos unos veinte en un mes.

— Yo no he dicho que la llamare.

— Oh, yo sí que sé quién es Susan Fallon. — dice Clint saliendo de la cocina con un tazón lleno de palomitas. — Si el Cap no quiere llamarla, me ofrezco voluntario para hacerlo.

— Claro que no Clinton, se supone que es una cita para el Capitán Rogers. Aléjate.

— Por mí no hay problema si Clint quiere llamarla y salir con ella.

Steve vuelve abrir el libro para así adentrarse a la lectura de nuevo. Simplemente no se creía que Romanoff se haya tomado muy enserio de ser su "cupido", se había negado rotundamente, pero al parecer la pelirroja era muy terca. Se supone que iban a ver una película, Clint lo había invitado, pero aún no se decidían por cual verían.

— Ella es muy bonita. — intenta la pelirroja otra vez.

— En verdad no sé de dónde conoces a tantas personas.

— De las fiestas a las que Clint me invita. — dice sonriente. — Entonces, ¿la llamaras?

El rubio niega, haciendo que Natasha resoplara. No se iba a dar por vencida y haría que el apuesto Capitán saliera con alguna de las chicas de las que le ha conseguido su número telefónico. Cueste lo que cueste tiene que ver a Steve Rogers yendo a una cita.

Escucho los golpes provenientes de la puerta, se levantó de la cama frotando su rostro en el trascurso. El sol ya había salido y sabía que el reloj no pasaba de las ocho de la mañana. No se había levantado para ir a correr, decidió permitirse ese pequeño descanso. Se dirigió a la puerta adormilado y con los ojos apenas abiertos.

— Buenos días, Cap. — saluda sonriente Tony. — Sera mejor que te alistes porque el yate zarpara en una hora.

— ¿Zarpara? — pregunto confundido. — ¿De que estas hablando?

— ¿Acaso no sabes que es un yate? Bueno te hare una explicación brevemente...

— Sé que es un yate, Tony. — lo interrumpe antes de que se soltara hablando. — Pero no tenía idea de que ese era el plan para hoy.

Steve pasó una de sus manos por su cabello, haciendo que este quedara más despeinado. Aun se sentía adormilado y podía ver que Stark estaba listo para irse en cualquier momento para llevar a cabo su plan de pasear en yate.