Capítulo veintinueve

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Capítulo veintinueve.

— Necesito tu ayuda.

— ¿Mi ayuda? — pregunto la otra voz del otro lado de la línea. — ¿En qué te puedo ayudar, Cap?

Steve soltó un suspiro un poco cansado, se encontraba sentado en la silla frente a su escritorio. Tenía noches sin poder dormir bien y eso se debía a los constantes antojos de la pelirroja, hace dos noches tuvo que salir casi a las cuatro de la mañana a buscar una tienda que estuviera abierta las 24 horas y por suerte encontró una. Disfrutaba mucho todas las etapas de Natasha durante el embarazo y ayudarla le hacía sentir útil en algo respecto a ella.

— Veras... Nat tiene antojo de Strogonoff. — soltó un bostezo parando así su hablar. — Tú que probablemente haces magia con toda la tecnología que tienes, ¿podrías decirle a Friday que me busque una receta original del platillo?

— Así que la pelirroja quiere un platillo ruso en su mesa. — dijo con gracia. — ¡Puedo hacer algo mejor!

— ¿Qué cosa?

— Puedo contactar a un chef profesional que conozco, es demasiado bueno para ser verdad, a Nat le encantara.

El rubio se quedó pensativo sobre la oferta, podría ser buena idea que Tony contactara a ese chef y prepara el platillo, pero Steve no se sentía muy a gusto con eso. Una vez solo ha preparado Strogonoff en su vida y no lo había hecho todo él, tan solo le había ayudado en pequeñas cosas a Natasha cuando lo estaba preparando. Ella sabía hacerlo, era un platillo de su país natal y su abuela le enseño a cocinarlo, pero en su estado no estaría en la cocina un buen rato en lo que preparaba la comida y Steve tampoco lo quería.

Eran media noche cuando la pelirroja le hizo saber que tenía antojo de Strogonoff y sus palabras rondaban por su cabeza desde que dejo su departamento, no conocía algún lugar de comida rusa para poder comprarlo y tampoco tiene el conocimiento de los ingredientes.

— No lo sé, Tony. Creo que prefiero prepararlo yo.

— ¿Que? — pregunto divertido. — No lo creo, no dejare que intoxiques a Natasha y al pequeño Tony Jr.

— No los intoxicare, sabes muy bien que se cocinar.

— Por supuesto que lo sé, pero no sabes cocinar comida rusa.

— Puedo lograrlo. — le dijo convencido, rasco su nuca para luego mirar el reloj en su muñeca. — ¿Podrías mandarme la receta en un rato más? Pasare a comprar todo lo necesario antes de llegar a casa. Natasha estará con Wanda, quiero sorprenderla.

— No estuvieras en estos aprietos si me hubieras dejado instalar a Friday en el consultorio, en tu casa, en tu coche... — corto el conteo y soltó un suspiro. — En cualquier parte que se pudiera. Pero como sea. No te preocupes, te mandare la dichosa receta cuanto antes, todo sea por la pelirroja y si sobrino.

El rubio no dudo en rodar los ojos por las palabras de su castaño amigo, siempre le reclamaba lo mismo. Para él no era tan indispensable tener una inteligencia artificial que lo acompañara, aunque tampoco podía decir que no era de ayuda en algunas ocasiones, así como en ese momento. Seguía escuchando la voz de Stark parloteando sobre como tener a Friday podría facilitarle muchas cosas y lo único que hacía Steve era fingir que lo escuchaba.

— Gracias, Stark.

— No dudes en que iré a visitarlos luego. — sentencio. — Y llevare a un doctor por si acaso.

— No será necesario, Tony.

— Uno nunca sabe. Bueno, Capi, te dejo que tengo trabajo y si no continúo Pepper me matara. Por cierto, descansa, te oigo cansado y parece que te hace falta.

Recuperando al Amor de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora