Capítulo veintiuno

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Capítulo veintiuno.

No podía creer lo rápido que pasaba el tiempo, frente a él se encontraba ella, tan hermosa y radiante como siempre. Festejaban su primer aniversario y como la ocasión lo ameritaba, se encontraban en un restaurante de comida francesa. No podía parar de observarla, su belleza lo distraía. Aquel vestido rojo quemado y con su cabello más largo cayendo en ondas sobre sus hombros en verdad la hacían ver más perfecta.

Te ves preciosa.

Me lo has dicho muchas veces en tan solo una hora. dijo con diversión, al rubio se le tiñeron las mejillas de color carmesí. Gracias.

Agacho su vista hacia su platillo, jugueteo con la comida un poco, estaba buscando el valor de poder sacar todas aquellas palabras, necesitaba que ella se enterara sí o sí. Ya le quedaba claro que ella siempre estaría para él en cualquier tipo de circunstancias. Le agradecía mucho su apoyo y su compañía, más en ese tiempo en donde la muerte de su padre era reciente y su madre parecía no estar tan bien.

La miraba comer con lentitud, degustando muy bien la comida, no podía dar una respuesta concreta para decir lo enamorado que estaba de la pelirroja. Hasta él mismo se sorprendía cuando se percataba que soltaba suspiros por aquella chica rusa que le robo el corazón, aparentemente sin previo aviso.

Nat, hay algo que quiero decirte.

¿Qué es?

Le sonrió, podía verla siempre y tener miles de fotografías de ella sonriendo y nunca se cansaría de apreciarla. Soltó aire y bebió un poco del vino. Era una noche especial y por supuesto que se ameritaban unas palabras especiales. Comenzó a prepararse, carraspeo por lo bajo y la miro a los ojos.

Primero que nada, quiero agradecerte todo este tiempo que has estado conmigo, principalmente por tu apoyo incondicional por lo que comenzó hace un par de meses atrás. Natasha lo miraba expectante y él sentía como los nervios salían. Gracias por todas esas charlas a cualquier hora, los disgustos, peleas, citas y todo lo que puedas imaginar, gracias por este año maravilloso. Sé que no te gusta mucho eso de las cursilerías, pero aun así aceptas los detalles que doy, estas aquí compartiendo conmigo una cena al muy estilo película romántica cuando tu hubieras preferido que nos quedáramos en casa viendo películas.

» He aprendido muchas cosas de ti y supongo que tú también de mí y me agrada saber qué quieres decir con tan solo un gesto. soltó una leve risa y tomo la mano de su novia que lo miraba expectante. No sé si vayamos en la misma página, pero en verdad me haces sentir tantas cosas, me haces sentir tan enamorado que... creo que te amo, Natasha Romanoff.

La rusa no esperaba menos de su novio cuando llegara el momento de aclarar sentimientos más profundos. Estaba convencida de que su relación era un tanto peculiar, ella fue la primera en decir te quiero y en verdad no fue de una manera romántica ni nada que se le pareciera, ella lo catalogaría como un acto impulsivo. Estaba enojada, celosa y se podría decir que soltó aquellas palabras en un momento de egoísmo.

Natasha sabía perfectamente que Rogers la quería aun así sin decírselo, se lo dejaba muy claro con todos los detalles y gestos que el rubio tenía con ella.

Ahora era él quien estaba diciéndole aquellas palabras de una manera al muy estilo Steve Rogers. Se le acelero el corazón, no sabía cómo reaccionar, se sentía feliz, el amor que siente por él la hacían sentir muy bien y le gustaba bastante que todo lo que está experimentando en esos momentos fuera con él.

En verdad no me esperaba menos, soldado. todo ella desprendía diversión en su voz, sus ojos y su sonrisa. Rió y después lo miró fijamente con seriedad. Yo también creo que te amo, Rogers.

Steve soltó una carcajada, admitía que al principio sintió miedo, pero escuchar sus últimas palabras hizo que su corazón palpitara desbocado, ella utilizo sus palabras en modo de broma, había entendido lo que intento decir, aun así, a Natasha no se le paso ese pequeño detalle. Sin duda la amaba y amaba cada cosa de la rusa, por más pequeña o grande que fuera.

Recuperando al Amor de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora