Capítulo veinticinco

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Capítulo veinticinco.

— Esto no me agrada mucho. — refuto molesto. — ¿Alguien más en el grupo? Ni siquiera sabemos si es de fiar.

— ¿Por qué no le das el beneficio de la duda? Nadie nace conociendo a todo el mundo.

El castaño gruño un poco molesto, mirando aquel tipo que su mejor amigo le presentó hace no más de una hora. Lo observó por unos minutos más y volteó a ver al rubio a su lado.

— Si bueno, parece lo contrario para él. Lo ayudaste a que no le siguieran pateando el trasero, está bien, pero ¿cómo me explicas el cómo supo en que universidad estudias y dónde vives? — hizo una pausa, abrió sus ojos con obviedad y bebió del vaso en su mano. — En verdad, ¿no te parece extraño?

— Tranquilo, James. — río divertido. — Sólo hay que conocerlo mejor, parece buena persona. Intenta relajarte, Buck.

— ¡Pero míralo! ¿Quién se cree ese imbécil?

Steve miro hacia donde se encontraba la persona que, en realidad parecía que obtendría la confianza de su mejor amigo después de mil años. Y ahí estaba, riendo con dos chicas y bebiendo. El Capitán miro como Bucky tenía el entrecejo fruncido y no pudo evitar reír.

— Yo creo que te sientes intimidado. — dice después de su carcajada. — Tony parece ser igual que tú y temes que no te deje algún ligue.

— Oh, por favor. Por supuesto que no. — rodó los ojos con desagrado. — Por lo menos es millonario... Pero ya no hablemos de esto, ¿quieres? Mejor dime, ¿todavía sigues con ese plan?

— Si. — contestó la pregunta con seriedad después de un breve silencio.

— Entonces iremos juntos. No te dejaré.

Ambos se miraron, a Steve no le agradaba la idea de que su amigo quisiera acompañarlo, pero también le agradecía por no dejarlo sólo. Las miradas entre los dos terminaron y fijaron su vista al frente, el rubio sonrió levemente al divisar a su novia.

— ¿Ya se lo dijiste? — volvió hablar al momento de ver a la pelirroja caminar hacia ellos.

— No. No encuentro el momento adecuado.

— Debes decírselo, Steve. Ella merece saberlo.

— Lo haré.

— Hola caballeros, ¿de qué hablan?

Natasha observó la mirada que su novio y su amigo compartieron, Steve la vio y sonrió ampliamente acercándose a ella.

— Le decía a Bucky, lo hermosa que te ves esta noche y lo afortunado que soy al tenerte.

— Si, justo eso. — concordó con lo dicho. — Es un odioso, ¿cómo es que lo toleras?

— Créeme, yo tampoco lo sé.

— ¿Ah sí, Romanoff?

La pelirroja río brevemente para después plantarle un beso en los labios a su novio, uno que en verdad no duró tan poco tiempo según James.
















Miraba hacia todos lados, observaba cada mínimo detalle del lugar el cual pronto sería su nuevo hogar, por llamarlo de alguna manera.

Al caminar por los pasillos que la conducían a la oficina de María Hill obtuvo miradas y uno que otro murmullo por parte de los bailarines de esa Academia. Después de todo si es conocida y esperaba que por su trabajo. Aun así, lo que dijeran de ella no le importaba en absoluto, sean rumores o no.

Recuperando al Amor de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora