Capítulo ocho

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Capítulo ocho.

Volverla a ver no estaba dentro de sus planes y mucho menos de la manera en la que se la había topado.

Porque si, volvía a suceder lo de la primera vez. Cuando vio de quien se trataba hizo una mueca de asombro mezclada de arrepentimiento. Había chocado con la pelirroja de hace al menos un mes, nuevamente. Si la última vez le había dicho que no caminara si se encontraba distraído, ¿qué le diría ahora?

Culparía a alguna persona de toda la multitud que se encontraba en la sala de esa casa.

Lo siento.

Ey, pero miren a quien tenemos aquí. dice sonriendo burlonamente. Quien prometió no caminar cuando estuviera distraído. Pensé que ya estabas haciéndole el favor al mundo.

Lo hago.

La música del lugar era algo fuerte por lo que tenían que estar gritando. Estaba seguro de que el dueño de esa casa tendrá un gran trabajo el día siguiente.

Claro, sobre todo porque acabas de chocar conmigo, ¿con cuánta gente más has chocado en lo que va de la noche?

Quizás con muchas, la gran multitud no ayuda y ellas también han chocado conmigo. la chica se miraba divertida ante sus ojos por la situación. Nadie es perfecto.

Tendrás razón.

No se había dado cuenta que ambos estaban muy cerca, por lo que Steve se alejó un paso de ella, pero como lo había dicho antes, la multitud no ayudaba, alguien paso detrás del rubio empujándolo en el proceso, haciendo que su cuerpo se volviera a acercar al de la pelirroja empujándola un poco, eso hizo que su tarea de alejarse fuera en vano.

Vio como la chica rio, involuntariamente se sonrojo, lo pudo sentir, se sentía nervioso. Pero nadie los tenía en medio de la improvisada pista de baile.

Lo siento. volvió a decir apenado.

¿Acaso solo dirás eso siempre? alzo una de sus cejas hacia él. ¿Quieres una cerveza?

Otros de sus planes era no beber esa noche, ¿cómo iba hacerlo si ni siquiera era mayor de edad? Pero estaba en una fiesta en donde la mayoría de los que asistían no lo eran. Steve ni siquiera quería asistir a ella.

Se encogió de hombros haciendo que eso fuera un gesto afirmativo. Una cerveza no le haría daño a nadie. Porque solo se tomaría una. Siguió a la pelirroja a la cocina y en unos minutos le entrego un vaso con el líquido amarillo con espuma. Lo observo por breves momentos.

No me digas que nunca has bebido alcohol. dice alzando sus cejas hacía él.

He tomado cerveza, pero para ser franco no era mi plan beber esta noche.

Ah, ¿no? la pelirroja bebe de su vaso y Steve niega. ¿Entonces cuáles eran sus planes Capitán Rogers?

— Mis planes, señorita... — hizo una pausa por no saber su nombre, hasta eso le daba pena preguntar. — Eran... hacer nada exactamente, quizás leer un libro.

La música en ese lugar no se escuchaba tan fuerte, por lo que la garganta de Steve lo agradecía. La muchacha no podía creer lo que había dicho Rogers, ¿quien a su edad se ponía leer un libro? Bueno, ella lo hacía de vez en cuando, pero él era un chico y los chicos suelen salir de fiesta cada fin de semana. Ella asiente divertida por su comentario, lo dejaría estar.

Recuperando al Amor de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora