Narra Nirvana:
Llevábamos 5 horas metidos en el coche de camino a Beacon Hills y ya eran como las 3 de la mañana. Con pensar en el simple nombre del pueblo se me erizaba el vello de la nuca.
Por fin habíamos llegado a la gasolinera del pueblo, la única para ser exactos que estaba desierta, bueno, no del todo había aparcado un Jeep turquesa. Mi hermano se encargó de echar gasolina, mi hermana de vaciar la vejiga y yo de comprar algo de comer.
Os preguntaréis donde están mis padres, bueno, esa es la razón por la que no me gusta este pueblo. Hace ocho años, cuando todavía vivía aquí, mi familia y yo nos fuimos de acampada a un descampado en el bosque y por la noche mientras mis hermanos dormían y mis padres y yo contábamos historias de miedo empezamos a oír unos ruidos muy raros desde los arbustos, mis padres salieron a mirar y yo me asomé a ver si lo que hacia ese ruido sería algún animalito, entonces como de la nada un lobo enorme se abalanzó sobre mi padre y mi madre empezó a gritar y a correr hacia nuestra caseta pero el lobo fue más rápido y soltó a mi padre y se lanzó contra mi madre, en eso mi hermano se había despertado y había abierto el otro lado de la caseta, nos cogió a mi hermana y a mi y nos sacó de ese infierno.
Al entrar me di cuenta de que había dos chicos hablando en las neveras de refrescos. Uno de ellos se quedó mirándome, era alto y delgado y tenía la piel un poco pálida y el pelo castaño, me sonrió y le sonreí de vuelta. A su lado había otro chico más musculoso y moreno que estaba muy concentrado en buscar algún refresco. Me acerqué a las estanterías repletas de bollería industrial y cosas que engordaban, mis favoritas.
Cogí algunas cosas y fui a pagar, allí el cajero se quedó mirándome de arriba a abajo, me solía pasar, es decir, solía llamar la atención de los chicos, tenía los ojos azules turquesa y el pelo castaño y era bastante alta, en mi antiguo hogar posé como modelo para algunas revistas locales. Me limité a pagar y a ir hacia el coche de mi hermano.
Una vez en el coche vi acercarse a mi hermana un poco nerviosa desde donde estaban los baños, se subió al coche a toda prisa.
-No os imagináis lo que me acaba de pasar.- dijo ella desde el asiento de atrás. Mi hermano hizo caso omiso de mi hermana Skylar ya que, había algo en más interesante en la mancha del volante que en el comentario de Sky.- En el baño había una chica muy rara, parecía que le iba a dar algún rollo raro. En fin que no pude ni hacer pis porque esa chica me estaba asustando.
-Mientras no mees en el coche todos estamos contentos.- dijo mi hermano Sean.
Llegamos a nuestra casa, a la que no entrábamos desde hacía años, probablemente nuestra tía estaría ya durmiendo así que entramos silenciosamente intentando no arrastrar las maletas. Subí las escaleras en dirección a mi cuarto, abrí la puerta, me quité las botas de tacón, los vaqueros, la chaqueta y la camisa blanca que tenía y lancé la ropa sobre la silla situada al lado del escritorio. Me quedé con una camisa interior de tiras y la ropa interior mirando a mi habitación, estaba igual a cuando me fui y mi tía se trasladó a vivir aquí con su marido. Ahora ya no había muñecas ni pósters de High School Musical, las paredes turquesa y el armario lleno de dibujos.
Me tiré sobre mi cómoda cama mirando hacia el techo y a las palabras escritas en el, "little lamb", corderito, así me llamaban mis padres de pequeña. Pasé unos cuantos minutos más mirando al techo lleno de estrellas fluorescentes rodeando las palabras que había dibujado mi padre en el techo de mi habitación hasta que, finalmente me quedé dormida.
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Eres mi ancla (Isaac Lahey Fanfic)
FanfictionDespués de tantos años intentando olvidar aquel día, el destino me ha traído de vuelta a mi ciudad natal, Beacon Hills, el lugar de dónde provienen todas mis pesadillas solo que, esta vez no será todo tan malo.