—¿¡Puedes creerlo!? ¡Esto es insultante!— exclamó el rubio indignado, sosteniendo en sus manos una pequeña falda color gris.
—¿Porqué? Te verás muy lindo con esa faldita.— comentó su amigo con burla, mientras metía las manos en los bolsillos de su pantalón.
— ¡Leorio! —se sonrojo hasta las orejas y tiro la prenda al piso.
—No voy a ponerme esa mierda ¿Como puede ser que el depravado director me haya dado un uniforme de chica?— Pues... — El moreno se recosto en la cama ajena con despreocupación, pasando las manos detrás de su cabeza.
—Pareces una.—¿Disculpa? — pregunto el menor ofendido, puso las manos en su cintura adquiriendo una pose demasiado femenina.
— Es la verdad, te pones shorts cortos, tu cabello es rubio, tienes facciones finas, tus piernas son sensuales y tienes un trasero...
—¡Ya, ya cállate! — grito sonrojado y lo señaló amenazante.
—No te atrevas a tratarme como mujer, que sea andrógino no significa que no pueda ser un hombre.—Yo no dije que no puedas serlo, sólo insinue que eres muy femenino. De igual manera, no veo nada de malo en tener un cuerpecito tan sexi como el tuyo.
— Eres un... — murmuró el rubio dedicándole una mirada fulminante. ¡Pues claro que él no le veía lo malo! No sabe lo que es sufrir acoso sexual en cada esquina que cruza, no sabe que es recibir piropos obscenos, y lo peor ¡No sabe lo odioso que es, cuando todos lo confunden con mujer!
— Vamos, ponte la falda... No querrás llegar tarde el primer día de clases.— hablo burlón Leorio.
—No me pondré nada, voy a ir en ropa particular. —
contestó fastidiado, y se dirigió a su armario, lo abrió y hecho un vistazo adentro.
—Veamos...—Da lo mismo, tu armario está lleno de ropa provocativa.
— Cállate. —gruño avergonzado, saco una camisa blanca y un short café claro, se giró y fulmino a Leorio con la mirada.
— Fuera.—Relájate, tenemos lo mismo, no?—sonrió con suficiencia.
—No, yo tengo trasero y tú no.— le devolvió la sonrisa.
El Moreno bufo enojado y se levantó de la cama comenzando a caminar hacia la puerta.
— Te espero afuera, dramático.— ¿Dramático?
— Haces tanto escándalo por todo ¡Como si no te hubiera visto desnudo antes!— exclamó desde el marco de la puerta.
—¡Sal!—Lo apunto amenazante, el Moreno rodó los ojos sonriente.
—Azúcar...
—Jodete.
Leorio abrió la puerta y salió dando un portazo.
El rubio suspiro con fuerza y comenzó a cambiarse, se miro al espejo y cruzó los brazos decepcionado.
—¿Qué tengo que hacer para verme más varonil?Se miro detenidamente y despeino su cabello, bajo más su short y quitó su camisa, se dirigió de vuelta a su armario, sacando una sudadera blanca.
Se la puso y salió de la habitación, bajando las escaleras se encontró con Leorio sentando en el sofá, quien silvo coqueto.— Wow...te ves wow, precioso. — comentó sonriente.
El rubio se sonrojo y desvió la mirada.
—Lo sé... Igual jodete.—Es que adoro molestarte.—Kurapika rodo los ojos y camino adelante, Leorio solo negó con la cabeza y lo siguió, ambos salieron completamente de la casa, el mayor cerró con doble llave y comenzaron a caminar en dirección al Instituto.
—Trata de no ser tan antisocial.
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Mi Idiota (KuroKura)
RandomKuroro era un completó idiota. Un odioso que no podía odiar. Desde que el rubio llegó al Instituto le desagrado la actitud del pelinegro, era simplemente; intolerable. Pero...¿Porqué no lo puede odiar realmente? El amor a primera vista no puede ser...