Capitulo 7

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Kurapika despertó en su habitación, no recordaba haber llegado ahí ya que se quedo hasta tarde en el Instituto con Pairo, se incorporó sentándose en la cama y tallo sus ojos.

Rápidamente recordó lo de hoy, al fin conocería al chico Anónimo y mentiría si dijera que no estaba emocionado y hasta un poco nervioso.

Se acercó a su armario y saco de una gaveta el uniforme femenino.

Lo miro por unos segundos y lo metió a la mochila, no podía arrepentirse ahora, además que Pudin había prometido no tocarlo, sólo iba a mirar.

Fue a bañarse, y ya completamente cambiado y listo bajo las escaleras encontrándose como todos los días a Leorio sentado en el sofá bebiendo café.

—Leorio, ¿Tu me trajiste a casa?— pregunto Kurapika con curiosidad, el Moreno lo miro y asintió.
—¿Y Pairo?

—Lo desperté y pidió un taxi, a ti no te desperté porque te veías muy tierno dormido.— respondió el mayor sonriente.

El rubio desvió la mirada avergonzado y fue directo a la cocina para desayunar.
Al terminar de comer, tomo su mochila y fue directo a la salida.
—Lo siento, tengo un asunto pendiente, no voy a esperarte hoy Leorio.

—Mmm...— lo miro interrogante.
—Bueno esta bien.

El rubio le sonrió y cerró la puerta comenzando a correr hacia el Instituto, no tardo en llegar, habían pocos alumnos pero en una hora comenzaban a llegar más así que sin perder tiempo fue directo hacia el Salón de Literatura.

Bien, ya estaba ahí.

Todo era silencio y tranquilidad, el Salón estaba completamente vacío y eso calmo un poco sus ansias.

Se dirigió a la ventana que dejaba ver el jardín, era muy bonito y relajante. Y tal ves estaba tan relajado y distraído que no sintió en que momento entraron al salón y lo tomaron de la cintura.

Se tenso, al sentir como el Desconocido con sus labios le rozó el cuello y cubrió los ojos del rubio con una mano mientras que con la otra lo sostenía de la cintura con firmeza.

—¿Eres tú?— pregunto Kurapika nervioso.

El desconocido subió sus labios hasta la oreja del rubio.
—Ponte el uniforme...

Kurapika tembló, no pudo distinguir bien la voz del sujeto, ya que susurro. Y lo ponía nervioso, el sujeto le puso el uniforme en las manos ¿A que hora lo había sacado de su mochila?

Obedeciendo al Desconocido, quitó su camisa y su short.

Tenía una gran vergüenza, estaba más que rojo, tomo la pequeña falda azul y comenzó a subirla lentamente, no por excitar al otro, si no por los nervios. Y el chico pelinegro detrás del rubio estaba disfrutando esto, ayudó al menor a subir su falda manoseando un poco sus piernas pero aún con su mano izquierda le cubría los ojos.

Kurapika abrocho la falda, y ahora con facilidad y más rapidez se puso la camisa del uniforme.

—Listo... dijiste que sólo querías verme.— mencionó el rubio y trago pesado.

El desconocido, sin emitir alguna palabra, mordió el cuello del menor quien jadeo sorprendido, el chico Anónimo puso una venda en los ojos del rubio, poniéndolo más nervioso.

—D-Dijiste que no ibas a tocarme.— comentó el rubio, pero sin hacer nada para detener al sujeto.

—Relájate, no voy a hacer nada que no te guste.— susurro el Desconocido y apretó con una mano el trasero del rubio.

Mi Idiota (KuroKura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora