Capítulo 24

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—¿¡Adelantaste la fecha de la boda!?— exclamó Bisky con sorpresa, se encontraba en la casa de Kurapika y su prometido. Sentados en la cama.

—Si.—contestó el menor y sonrió de lado.— Ya estoy haciendo los preparativos, quiero que sea la mejor.

—¡Lo será! y más con una hermosa novia como tú.

Kurapika le dio un fuerte codazo. Y la otra sólo río.

Después ambos quedaron en silencio.

—Sabes, Leorio se a comportado muy bien conmigo, a sido todo un caballero.—mencionó el menor rompiendo el silencio.
—No se si debería quedarme con él.

—¡Como sea! Leorio tiene dinero.- sonrió con complicidad.
—¡Pero Kuroro también! Así que...

—Bisky, Leorio tiene que saber que Kuroro está aquí...

—No es necesario.—interrumpió la chica y jugó con un mechón de su pelo.—Mejor haz como si no recordarás a Kuroro.

—¿Que lograría con eso?

—Qué Leorio no sospeche que aún no lo has olvidado... — soltó una risita.— ¡Oye pero se supone que yo vine a llevarte para cenar! Mejor ya vámonos, no?

—Si... los domingos siempre salgo con Leorio en la noche, pero hoy me avisó que iba a regresar tarde así que... pasaré tiempo contigo en otro lugar que no sea el bar.

La rubia sonrió y se separó un poco para observar la ropa del menor.
—¿¡Vas a ir así!? ¡Que ropa tan aburrida y horrible! Ese pantalón esta demasiado flojo y su color marrón es horrendo, esa camisa de botones es simple y anticuada ¡Ni creas que saldré contigo si vas así!

—¡Pero soy un chico comprometido! No puedo vestirme como solteron que busca que lo arrimen contra pared. Tengo que darme a respetar.— contestó Kurapika y se cruzó de brazos.

—¡A ver cariño! La ropa no tiene nada que ver... Así que ponte unos pantalones más ajustados o unos shorts cortos. ¡Tienes unas hermosas piernas que tienen que resaltar! Y si más chicos te ven pues... Que vean, pero que no toquen.—le sonrió y guiño un ojo.

El menor lo pensó dos veces y después asintió avergonzado.

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—O-Oye Bisky... Creo que este short esta demasiado... —dijo Kurapika avergonzado tratando de bajar en vano la prenda para que le cubriera un poco más. Le quedaba a la altura de los muslos y dejaba poco a la imaginación.

La chica rodó los ojos y tomo la mano del rubio.
—Mira hasta ahora nadie se a acercado a decirte nada, tal ves estas exagerando...

—T-Talves no dicen nada pero me están comiendo con la mirada...¡Me quiero ir!— lloriqueo el menor, pero Bisky aferró más el agarre en su mano y se lo llevo arrastrado a pesar de las súplicas de Kurapika.

Cuando llegaron al supuesto restaurante que la mayor eligió, el rubio estaba nervioso, presentía que la chica planeaba algo y bueno no era ya que sentía las manos heladas y estaba ansioso, presentía algo malo.

El lugar era elegante y lindo, en cada mesa había una vela dándole un toque romántico. Al notar esto, Kurapika alzó una ceja y miro interrogante a Bisky.

—No me digas que te gustó.

La chica lo volteó a ver con obviedad.

—¡Claro que no! Eres como una herman... hermano.— corrigió rápidamente.
—No es un lugar solo romántico, también es familiar y pueden venir los amigos.

Mi Idiota (KuroKura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora