24. La Torre de los Vengadores

3.9K 223 5
                                    

Días después de haberme recobrado el doctor decidió al fin darme de alta, cada que el doctor me miraba lo hacía con miedo de que pudiera electrocutarlo. Cuando se hacía de noche Nat o Pepper me ayudaban a cambiarme los vendajes ya que las enfermeras también me tenían miedo. No los culpaba porque yo tampoco me acostumbraba a estos nuevos... ¿poderes?

Estaba asustada de mí y de lo peligrosa que era aunque todos intentaban convencerme de lo contrario. De repente entraba en pánico y de mí salían rayos llenos de energía; el primer día que desperté acabé con la luz de mi cuarto por lo que me puse como loca mientras Pepper y Natasha intentaban calmarme.

Esto de aceptarme con mutaciones era muy difícil para mí. Mi fuerza era algo que había aprendido a controlar hace años pero esto... esto era diferente.

Mi tío y Steve estaban conmigo casi todo el tiempo a pesar de mis insistencias de que fueran a descansar. Tener su compañía, a decir verdad, me hacía sentir mejor.

Pocos eran los momentos en los que podía estar con Steve a solas, y esos pocos momentos eran saboteados por mi tío Tony cuando se enteraba. Y es que él aún se retorcía y tenía ataques paternales exagerados de celos; me trataba como a una niña con lo que se refería a Steve y se tomaba bastante en serio eso de no dejarnos solos. Aunque yo no dejaba de preguntarme ¿qué éramos Steve y yo realmente?

En cuanto salí del hospital, Steve, mi tío Tony, Pepper y yo viajamos a Nueva York y a penas veníamos llegando a la torre de los Vengadores.

La verdad jamás había estado aquí, únicamente recordaba que cuando recién la construyeron solo podía escuchar a mi tío alardeando sobre que su torre era lo más increíble. Después de ser la Torre Stark pasó a ser la Torre de los Vengadores. Solía creer que esta torre sería residencia permanente de los Vengadores pero solo la usaban... ya saben, para alojarse todos cuando un caos los convocaba o algo así; después empecé a creer que con el pleito que Steve y mi tío tuvieron, mi tío se haría con la torre... y bueno, más o menos fue así al principio hasta que él mismo decidió ignorar los mismos Acuerdos de Sokovia que él mismo había firmado. Ahora esta torre de nuevo volvía a estar a disposición de cualquiera de los Vengadores que la necesitara.

La observé desde el jet.

Wow... era enorme, y la verdad era que no debían sorprenderme los lujos conociendo al vanidoso de mi tío. Claro que el susodicho notó mi expresión y comenzó a alardear con la historia que ya conocía. Pepper, Steve y yo queríamos callarlo pero dejamos que hablara, alimentando su ego de sentirse la persona más especial en el universo.

Cuando llegamos a la torre, mi tío entretuvo a Steve mientas Pepper me mostraba la que sería mi habitación. Era bastante distinta a la habitación que tenía en SHIELD, no tenía cocina y sala integradas pero de alguna manera esta habitación era más espaciosa y abierta, además de que tenía una vista preciosa de Nueva York.

Antes de poder seguir admirando más la vista llegó la persona que me hacía ignorar lo que tenía alrededor que al poder librarse de mi tío se escapó para venir a ver la habitación donde yo me instalaría. Pepper notó mi expresión y decidió ayudarnos a estar solos aunque fuera por un momento.

¡Dios! Amaba a esa mujer.

No se emocionen... no pasó nada de lo que yo me moría por hacer (si piensan que quería practicar el Kamasutra, sí están en lo cierto. ¿Qué? ¿Una no puede tener pensamientos así de vez en cuando?) Steve se limitó a obligarme a recostarme en la cama y a hacerme ver como organizaba algunas de mis cosas que había logrado rescatar de SHIELD; no me dejaba hacer nada y me fastidiaba.

—Steve... ¿me vas a dejar moverme? —dije rodando los ojos y de brazos cruzados—. Odio no hacer nada. El doctor dijo que ya estoy bien. Ya ni siquiera me duele mi herida.

My Infinity [•Steve Rogers•] ●Resubida●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora