38. Hora de Enfrentarse

1.8K 120 3
                                    

Natasha, Wanda, Clint, Sam, Bucky y yo entramos a la Torre de los Vengadores y la verdad era que tanto Buck como yo, nos encontrábamos bastante nerviosos.

Iba a enfrentar a Stark después de meses... y no sabía qué podría pasar, pero mis expectativas no eran las mejores.

¿Cómo me dejé convencer de esto?

Wanda sabía que usando a Amelia iba a poder convencerme de volver... y me molesté con ella por eso. Me estaba manipulando con recuerdos de Amelia y pensamientos sobre lo que ella hubiera querido. Y sí, gracias a esos recuerdos fui capaz de levantarme y ser el Steve que ella vio la última vez, pero no quería decir que me dejase de doler que ella no estuviese.

El interior de la torre no había cambiado salvo en un par de cosas. Ahora todo podía verse más oscuro, triste, y esto se debía a la ausencia de ella, que al caminar por estos pasillos les irradiaba un positivismo único.

En la sala principal estaban Pepper, Thor, Pietro, Banner, Vision, Rhodey, Maria Hill y una mujer a la que reconocí como Jane Foster: la pareja de Thor, y aunque su presencia me desconcertó un poco, no le di demasiada importancia.

Todos me saludaron como si nada hubiese pasado, como si no me hubiera ido, como si Amelia jamás hubiese existido.

Al detenerme con Jane y Thor me di cuenta de que ella tenía las manos sobre el vientre donde sobresalía una pequeña barriga, los felicité, aunque para ser sincero no me sentía como para revolotearme de alegría por mi amigo y es que lo que en realidad sucedía era que éste lugar me hacía pensar más en Amelia y los momentos que tuvimos.

Aquí fue donde vivimos juntos su recuperación, donde la cuidé, donde velaba por sus sueños, donde hicimos el amor, donde la dejé para ir hacia Wakanda...

Traté de aparentar ser fuerte pero los recuerdos me invadieron por completo.

...Ya deja de preocuparte de lo demás. Nada importa... solo piensa en 3 palabras: "TÚ", "YO" y "SIEMPRE"...

Sonreí con tristeza y miré a mi alrededor: imaginaba a Amelia paseándose y escabulléndose a pesar de que necesitaba guardar reposo, la veía un poco asustada de sus poderes y de las revisiones diarias con Banner, nos veía almorzando en el comedor junto con todos, la veía brindarnos a todos demasiada alegría, la veía tararear y desafiarnos a Tony y a mí, la veía sonreír traviesamente y volviéndome loco con sus miradas, sus toques, sus besos...

... ¿Entonces qué estás esperando? Aquí estoy. No sé cuánto tiempo tenga para estar contigo pero quiero disfrutar de ese tiempo contigo de todas las maneras posibles...

Cuánta razón tenías, mi amor...

Miré hacia una de las repisas la cual estaba repleta de fotografías suyas y me acerqué para verlas bien.

Por Dios...

Amelia estaba tan preciosa en todas sus facetas que la hacían ser tan única y hermosa.

Me quedé admirando su sonrisa que tanto amaba y en la cual tantas veces me perdí.

¿Por qué tú, mi infinidad, mi dulce Mia? ¿Por qué precisamente tú tuviste que irte?

Sentí el vacío en mi pecho mucho más grande y tuve que resistir las ganas que tenía de desfallecer.

— ¡¿Qué demonios hacen aquí el Mensajero del Miedo y el Dinosaurio Traicionero?! —escuché el grito furioso de Stark y dirigí mi mirada hacia él.

—Tony...—dijo Natasha intentando calmarlo.

— ¡Nada de "Tony...", Romanoff! ¡Quiero a esos dos fuera de mi torre ahora mismo!

Volví a ver las fotografías de Amelia y pensé en lo que causó que ella se fuera. Ella solo quería justicia... y yo iba a darsela. Entonces me decidí a actuar con determinación.

— ¡Lo estaremos en cuanto acabemos con HYDRA y nos expliques como es que tu empresa aún guarda armas de destrucción masiva! —dije severo.

— ¡¿De qué demonios hablas, Rogers?!

—Hay información que data que no se han deshecho de todas las armas que fabricaste ¡¿Lo sabías?! —dijo Clint.

—Eso es imposible Barton, porque verás que....—la voz se le desvaneció y quedó en estado de reflexión por algunos segundos—. Esos hijos de puta—dijo Stark para sí mismo—. FRIDAY... analiza la información de Industrias Stark y bloquea todos los accesos.

|•Amelia•|

Hoy era al fin el día.

Nos apoderaríamos de Industrias Stark de una buena vez.

SHIELD volvió a ser controlada por HYDRA y el siguiente paso era ir por la maldita Industria del que se decía genio multimillonario. A pesar de que no forme parte del asalto a SHIELD, ahora llegaría el tiempo de vengar a mi madre.

Los últimos meses el 90% de mis pensamientos se basaban en eso, en hacerme más fuerte para así vengarme de una vez de los que destruyeron mi vida.

Había mejorado mucho en los entrenamientos y me había sometido a experimentos con los que había adquirido nuevas habilidades, como por ejemplo la capacidad de crear ondas y campos electromagnéticos. Si bien, al fin había llegado el momento de probarme.

La división H-109 era la encargada de apoyarme con el operativo y dicha división era encabezada por el astuto cara larga Head Case quien no era muy de mi agrado, además sentía que el sentimiento era mutuo.

—Muévete—dijo Roger fastidiado.

Me ajusté los botines de tacón y me enderecé mirando a mi prometido con fastidio.

— ¡Qué dulce eres, Brokeridge...! ¡Ah cierto! Lo olvidé, perdóname Hardball—dije torciendo los ojos y burlándome con fastidio de su ridículo pseudónimo.

—No empieces de insoportable.

—No, tú no empieces, tenemos trabajo.

Nuestra relación se basaba en gritarnos, insultarnos, a veces llegábamos hasta a los golpes, después de eso, siempre me forzaba a dormir con él, como anoche... ¿En qué momento sus besos se tornaron tan llenos de rabia? ¿Por qué me sentía como una traidora estando con él? ¿Cuándo fue que la bonita relación que teníamos se fue tan al carajo? Tal vez fue cuando empecé a soñar con aquel hombre.

Sí, ese hombre alto, rubio y de ojos azules que parecía más un dios griego. Ese hombre que me expresaba las miradas dulces que Roger nunca me daba, ese hombre que me rogaba que regresara y que cada que me encontraba con su mirada me hacía estremecer.

¿Era él acaso una señal de que no debería casarme con Roger? ¿Por qué al soñar con él me sentía tan plena? ¿Quién era ese hombre misterioso y por qué soñaba con él?

Sonó un impacto y supe lo que significó.

—Haz lo tuyo, mocosa—dijo Case sacándome de mis pensamientos.

Suspiré; no era el momento de divagar.

Miré hacia el edificio concentrándome y entré finalmente para acabar con la electricidad poco a poco al caminar por los pasillos. Fui hacia el último piso acabando con los idiotas que se interponían en mi camino.

Era bastante buena haciendo esto, papá decía que yo era su futuro prometedor.

El resto de mi tarea era simple: Despojar a Stark de sus preciadas armas y su sistema. Entré a la oficina de Stark e ingresé a su computadora para empezar a hackearla, algo que se me facilitaba bastante después de mis meses de entrenamiento intensivo.

Algo no estaba bien, el acceso se denegó una y otra vez hasta que sonó una fuerte e irritante alarma.

¡¡JODER!! ¡Esto no lo planeé!

—Dejo mi empresa un segundo y ya hay pingüinitos paseándose sobre ella—dijo un hombre con cierta ironía.

¡AY NO...! ¡MIERDA!

My Infinity [•Steve Rogers•] ●Resubida●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora