30. Siempre Donde No Me Llaman

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Llevábamos más o menos 14 horas abordo del Quinjet esperando la hora de arribar a la llamada base Gehenna en Nueva Zelanda.

Fury nos había asignado a mí y a Natasha un pequeño equipo de apoyo de no más de 8 personas, entre ellas un vengador que yo no conocía: Sam Wilson aka Falcon, que además era un íntimo amigo de Steve y del cual había oído bastante.

Sospechaba que Steve tuvo que ver con el hecho de que Sam estuviera entre nuestro equipo de apoyo y en realidad me alegraba, Sam era una persona agradable aunque ahora por alguna extraña razón me miraba asintiendo, era un poco extraño, ya saben... de esas veces que sientes que piensan algo sobre ti sin saber si es bueno o malo.

—Así que...—dijo Sam finalmente—la novia del Cap y sobrina de Stark... complicado ¿ehhh?

Bufé y sonreí.

—Sí, un poco, bueno Steve y yo solo llevamos un día siendo novios oficialmente. Sé que mi tío no se acabará acostumbrando a la idea, creo que en cualquier momento desataré otra guerra entre ellos, ya sabes... me preocupa haberlos dejado solos ahora.

Entonces empezamos a reír.

—Entonces... la famosa Amelia...

— ¿Famosa? ¿A qué te refieres? —pregunté confundida.

— ¡Vamos Mia! Ni que no supieras que Steve habla de ti todo el tiempo. Y después de ayer...—intervino Nat mirándome, ahora me arrepentía de haberle contado lo que había sucedido en la cita y después.

— ¡Cállate Natasha! —dije cubriéndome el rostro.

— ¡Ooh vamos! Aunque no me hubieras contado, Steve es bastante obvio. Gracias Mia, creímos que siempre sería el virgen del grupo pero eso ya cambió gracias a ti.

— ¡Oye yo no me meto en tus líos sexuales con Clint! ¡¿Tienes que ser tan indiscreta?!

—Con lo que respecta a Steve sí, tengo buen material para fastidiarlo.

Natasha y Sam rieron, yo no pude resistir y terminé por unirme a sus risas.

El resto del camino me mantuve pensativa sobre muchas cosas, Steve, mi tío Tony... también volví a mis angustias, estaba por ir a una de las bases de HYDRA que contenía rehenes, nuestra misión era salvar a los civiles y aniquilar agentes de HYDRA junto a la dichosa base, no sin antes sacarle un poco de información a los bastardos. La poca información que teníamos hasta el momento era que esos rehenes eran personas con un gen especial que los hacía candidatos perfectos para los experimentos de HYDRA, esas personas estaban como yo lo estaba hace poco, y créanme que después del sufrimiento que yo enfrenté, no se lo deseaba a nadie, esas personas merecían ser libres.

No me podía creer que estaba volviendo a esto, la diferencia era que ahora estaba luchando por eliminar a la organización que me forzó a asesinar gente inocente y eso, al menos para mí, era algo bueno.

—Es hora, Mia—me dijo Nat.

Me paré pero sentía que ésta ropa de cuero estaba algo bastante ajustada.

—Es bastante incómodo caminar con este atuendo ¿sabes?

Nat soltó una risita.

—Terminarás por acostumbrarte... vamos, luces sexy... si Steve te viera ahora...

—Ahora no, Nat.

—Ah sí, lo olvidaba, Steve te distrae de tu objetivo.

—Ja... ja... ja...—dije sarcástica.

— ¡Vamos! Tendrás sexo de reencuentro.

—Sigue hablando y te juro que te doy una descarga eléctrica, Romanoff.

My Infinity [•Steve Rogers•] ●Resubida●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora