My Infinity [•Steve Rogers•] ●Resubida●

48. Parecimos Una Buena Idea

Volteé la mirada y me recargué en un barandal admirando la vista.

Hacía una noche fría en la ciudad y sentía las manos heladas, así que dejé de sostener el barandal, jalé las mangas de mi sudadera para cubrir mis manos y las junté, acercándolas a mis labios intentando calentarme.

Mi mente no dejaba de divagar sobre lo ocurrido en mi vida los últimos 9 meses, más que nada en mis errores con Steve y es que por más que me doliese admitirlo me estaba convenciendo de que era cierto que Sharon Carter podía ofrecerle a Steve más que yo, que Sharon Carter estuvo con él más tiempo que yo, que Sharon Carter jamás le causó ningún problema, ella en cambio cuando Steve necesitó, le ofreció su ayuda.

No pasaron ni 5 minutos cuando una figura alta se posicionó a mi lado, haciéndome sentir un poco nerviosa con su porte que tanto me enloquecía.

—Hola...—dijo con un poco de timidez.

—Hola Steve—respondí con tristeza.

Se acercó un poco más a mí y yo le sonreí a medias, tratando de no mirarlo a los ojos, pues me era muy difícil.

— ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? —me preguntó.

Lo que más me duele es el corazón...

—Estoy jodida.

—Lenguaje....

—Me preguntaste cómo me sentía, señor decente—me encogí de hombros—. Y esa es la palabra exacta de mi estado. Sabes que me gusta maldecir, me hace sentir mejor.

Steve sonrió y nos quedamos callados viendo las luces nocturnas de la ciudad.

—Entonces... Tú y Tony ya se reconciliaron...—noté que como antes, le costaba trabajo tratar de entablar una conversación conmigo.

—Sí... para serte honesta, después de hablar con él pensaba irme para jamás volver, pero en cuanto lo vi... no pude siquiera pensarlo.

Steve buscó mi mano, después con su otra mano acarició mi mejilla.

—Todo volverá a la normalidad ahora.

—Steve, mi vida jamás ha sido normal y por más que lo intente jamás lo será.... por 5 años intenté pretender que mi vida estaba normal pero la verdad no podía serlo—Steve me miró confundido—. HYDRA experimentó conmigo desde que tenía 16 y aunque después de escapar trataba de adaptarme siempre iba a ser diferente de los demás. Alistair jamás desapareció de mi vida, ahí estuvo, todos los días, aunque yo intentaba fingir que no hasta el día en que amenazó al tío Tony por teléfono. Pero... ¿sabes? A pesar de todo, sin él jamás los hubiera conocido a ustedes, ustedes me enseñaron lo que era la verdadera amistad, los amigos que tuve en un pasado jamás se preocuparon por mi cuando desaparecí, ni una sola llamada... nada. En cambio ustedes... se preocupan tanto por mí, pudieron dejarme morir y no lo hicieron a pesar de que me merecía ir al infierno.

—No digas eso, Amelia. ¿Tienes idea de cómo me sentí al saber que estabas viva? Mi amor, jamás dejé de amarte, y jamás lo haré. Haremos nuestra vida juntos, nosotros dos y ya nadie se interpondrá.

Nosotros... eso me hacía temblar, más aún cuando Steve lo decía, aún me amaba y yo a él, pero al verlo a los ojos, solo me venía a la mente aquel día en Industrias Stark, cuando se enteró de lo mío con Roger Brokeridge, solo podía ver su decepción. Y luego también estaba la suripanta Carter.....

Sentía mi corazón apretujarse ante una decisión muy dolorosa.

Desvié la mirada y lo solté.

Qué fácil es enamorarse, pero qué difícil es romper el corazón de alguien, lo que parecía una buena idea se ha convertido en un campo de batalla...