36. Contusión

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¿Qué día era hoy? ¿Qué había pasado?...

Estaba tan confundida y sentía una gran contusión en mi cabeza. Absolutamente todo me daba vueltas... por poco diría que no sabía ni quien era; había una sopa de letras en mi mente, un montón de cosas.... no recordaba siquiera como era que me había quedado dormida.

— ¡Amelia, amor! ¡Despertaste! —escuché su voz, lo vi y por Dios... estaba tan guapo, mirándome con esos ojos que me expresaban tanto cariño. Todos los detalles de la relación que me hacía tan feliz volvieron a mi mente.

Noté algo distinto en él a pesar de que quiso ocultarlo: una enorme marca en su rostro... una marca reciente que por como lucía supe que se transformaría en una cicatriz en poco tiempo... parecía consecuencia de alguna explosión de alguna bomba. Y a pesar de eso... nada cambiaba lo que sentía por él. Verlo ahora era como un milagro cuando no tenía ni idea de lo que pasaba.

— ¿Roger? —dije, él besó mis labios con efusividad, lo que me tomó por sorpresa, en su beso había algo extraño, no sentí lo que antes sentía cuando me besaba... tal vez era por mi contusión. Al verme tan extrañada se separó de mí y frunció el ceño.

—Lo lamento... creo que fui muy rápido.... seguro piensas que soy horrendo.

—Sigues igual al joven que me encantó desde que tenía 13 años.

—Me hiciste pasar los peores días, muñeca...

De repente comencé a ver imágenes algo borrosas en mi mente... estaba junto a papá y Roger quien me tenía abrazada y parecía que tenía una sorpresa planeada para mí. Después esa imagen se distorsionaba.

— ¿Qué pasó Rogy? ¿Por qué no sé nada con claridad? ¿Dónde están mis padres?

Roger me miró un poco preocupado lo cual no me gustó nada pude ver entonces que abrieron la puerta de la habitación. Levanté la vista y papá me miró quedándose algo inmóvil. La verdad no esperaba un abrazo de su parte; papá nunca había sido muy bueno expresando sus sentimientos, a pesar de ello, yo sabía que nos amaba a mí y a mamá sobre todas las cosas.

— ¡Mi niña! —dijo por fin y se apresuró a llegar a mí, al momento me dio un fuerte abrazo, me extrañó al principio, pero sentí todo su amor por mí y gracias a ello lo que lo abracé de igual manera—. Has despertado al fin.

Me separé de él y lo miré preocupada y es que no dejaba de pensar en mamá ¿Por qué no estaba aquí conmigo?

—Papá.... ¿Y mamá? ¿Qué pasó?

Papá miró al suelo con remordimiento... después trató de aparentar que no estaba triste.

—Hija.... ¿Qué es lo que recuerdas?

—No lo sé... yo.... primero veo a mamá, una cena familiar... me veo con Roger y tu algo celoso de eso... mis habilidades con la electricidad, luego mamá desaparece... ¿Dónde... dónde está mi mamá?

—Ay mi niña... ¿Cómo mirarte y decirte esto si me duele como el primer día?... Dulzura... tu mami murió hace 5 años.

Eso fue lo peor que pude escuchar, mi madre que era todo para mí... estaba muerta desde hace cinco años ¿Cómo había podido manejarlo durante todos estos años? Tal vez como lo estaba haciendo ahora, aparentando ser fuerte y aguantando mis ganas de llorar ya que a papá no le gustaba que llorara, él siempre decía que debíamos ser fuertes.

Sentí en mi corazón la ausencia de mi madre.

— ¿Cóm... cómo fue? —titubeé, papá posó su mano en mi mejilla.

—Tú sabes que tu mami estaba enferma querida, pero.... su muerte fue provocada, no natural. Los mal nacidos que lo hicieron querían que supiéramos, nos querían provocar...

Mi madre fue asesinada. Enterarme de eso solo sirvió para enojarme, para desear venganza y justicia. Una lágrima de coraje y tristeza recorrió mi rostro, reprimí las demás lágrimas que querían salir, no quería der débil.

— ¿Quién lo hizo? —pregunté entre dientes.

—Se hacen llamar los Vengadores. Se sienten dioses, salvadores y dueños del universo. Nos quieren enterrados, especialmente a mí. Sabían que iban a destruirme matando a Violette y no conformes con ello quisieron llevarte a ti.

— ¿Cómo dices....?

—Ese día iba a ser tan especial para nosotros...—dijo Roger.

— ¿A qué te refieres?

Roger bajó la mirada un segundo y juntó las palmas de sus manos sobre su nariz.

—Ese día yo iba a proponerte que fueras mi..... —noté que de tan solo recordar lo difícil que estaba siendo para él, le costaba demasiado terminar las frases— estaba tan feliz.... y luego una bomba... creí que te ibas, Amelia.... intenté alcanzarte y la bomba me...

Al verlo sufrir por ello y al asumir lo que pasó, me decidí a hablar.

— ¿Fue así como te paso eso? —dije refiriéndome a su herida en el rostro.

—No muñeca... esto me lo hizo una de ellos hace unas semanas... una maldita desgraciada que...—pude ver como apretaba los puños por el enojo y su rostro enrojeciendo.

Estaba por estallar lo que me asustó un poco, me hice para atrás.

Roger estaba muy extraño.

— ¡Brokeridge! —gritó papá y Roger se calmó—. Perdónalo querida, esos bastardos lo sacan de sus casillas pero hay que mantener la cordura ¿o no? Enfocarnos en seguir adelante, en que ninguno de ellos en especial ese Stark te toquen....

— ¿Quién?

—Tony Stark... Iron Man... aún no puedo creer que siendo el propio hermano de Violette se haya atrevido a liderarlos, quiso llevarte para que corrieras la misma suerte que tu madre. Él y el dichoso Capitán América fueron los líderes de nuestra destrucción.

—Van a pagar. Los destruiré, papá... no van a seguir haciéndonos daño.

—Pero amor... tú no puedes... no voy a perderte a ti, hija.

—No papá. El tal Stark va a pagar por hacernos esto.

Papá sonrió un poco pero inmediatamente cortó la sonrisa.

—Bien, mi niña... ya hablaremos de eso después. Lo importante es que te recobres, descanses y comas... ¿te parece? —asentí y papá besó mi frente—. Roger... acompáñame.

Roger asintió y se puso de pie. Le sostuve la mano y besé su mejilla, sonrió y salió junto a papá.

|•Narrador Omnisciente•|

Roger Brokeridge y Alistair Moon salieron de la habitación y sus rostros se transformaron.

Moon tomó a Brokeridge del brazo con brusquedad y lo estampó contra la pared.

— ¡Donde vuelvas a ponerte así, te corto la cabeza! ¡¿Entendiste?! ¡Estuviste por arruinarlo todo!

—Ya sé.... ya sé.... es que ver a la zorra me da tanta rabia...

—Lo sé... pero paciencia, Roger... dejemos que la niña mate a su querido tío y a su noviecito, que los destruya y cuando lo haga que viva con la culpa.

— ¿Y si recuerda antes de lo convenido?

—No pasará, hijo.... lo que usamos con Amelia es muy potente... tú y yo sabemos que los sentimientos no funcionan en estos casos.

— ¿Y qué hay de su mano, entonces?

—Toda tuya, yernito... siempre y cuando la prestes de vez en cuando para que le quede en claro el lado del que debe estar... y claro, haremos de su vida un infierno,

Ambos rieron maliciosamente y satisfechos. El plan estaba saliendo a la perfección.

My Infinity [•Steve Rogers•] ●Resubida●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora