My Infinity [•Steve Rogers•] ●Resubida●

Prólogo

《1 año antes de la aparición de  los Vengadores》

La chica de 17 años con semblante triste y titubeante dudó antes de tocar el timbre de la enorme mansión, por un instante estuvo a punto de echarse para atrás.

Lo había perdido todo, su mundo entero había colapsado por completo pero tal vez al encontrarse con el hombre después de doce años tendría una nueva esperanza de encontrarle sentido a su vida.

Ya saben... Dios cierra una puerta y abre una ventana.

Suspiró estirando sus dedos temblorosos y por fin se atrevió a tocar el timbre.

Todo estará bien, todo saldrá bien...

Mientras seguía absorta en sus nerviosos pensamientos, una mujer con cabello rubio rojizo le abrió la puerta. Frunció el ceño un tanto confundida pero después le mostró una sonrisa.

— ¿Qué puedo hacer por ti?

—Estoy buscando a Tony Stark—dijo la chica temblando.

La mujer se exaltó pensando mal de su novio viendo ciertas similitudes físicas entre la chica y Tony y más al ver el semblante de la desconocida.

— ¡Dios! No me vas a decir que eres su hija, ¿Cierto?

— ¡No! —respondió ella todavía un poco más nerviosa—. No... yo... vengo por otro asunto... es importante, pero de verdad necesito hablar con él, por favor.

Al verla tan triste la mujer no pudo negarse a dejarla pasar, algo había en su mirada ¿Desesperación? Se preguntó qué le pasaba y por qué vino en busca de Tony.

¿Quién era?

¿Qué quería?

La chica exploró la mansión con la mirada. Era un poco más extravagante de lo que había imaginado, pero debió haber pensado en ello, después de todo el hombre era millonario, por el amor de Dios.

En ese momento el genio, millonario, filántropo, playboy Tony Stark bajó las escaleras y levantó la mirada. Se quedó helado al ver a la chica y el parecido que tenía con una persona que él adoraba.

Era la viva imagen de Violette cuando huyó con aquel bastardo hace casi 18 años; completamente igual a ella, sin ningún indicio de los años que habían pasado desde que la perdió, por un momento, se dijo que alucinaba, pues esta niña no podía ser Violette, ni en sueños...

— ¿Quién es ésta, Pepper?

Al ver a su pareja con las manos en la cintura y completamente seria, el ingeniero supuso lo peor y se puso un poco pálido, porque si esa niña se parecía tanto a Violette y a él... pero no, no era posible, no podía serlo y además, ¿Qué tal si esta niña era de esas que hacía lo que fuese por dinero y trataba de embaucarlo?

—No me digas que eres mi hija, niña... porque no hay pruebas—dijo el millonario tratando de parecer seguro de lo que decía— ¿no tienes pruebas, verdad? No, por su mirada sé que no hay pruebas... así que no, no es mi hija, ¡Soy inocente...!

La chica lo miró, era exactamente igual a la fotografía que tenía en la mochila.

Tomó aire antes de hablar, estaba muy nerviosa y esperaba lo peor de ese encuentro después de que todo le había salido mal durante toda su vida, pero debía armarse de valor y por fin hablar.

—M... me llamo Amelia Moon, soy la hija de Violette Stark... usted... usted es mi tío.