28. Nuestra Cita

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La verdad era que mis nervios y mis inseguridades me estaban comiendo viva.

Recibí mucho apoyo y bastantes consejos por parte de Pepper, Natasha e inclusive de la a veces algo antipática Wanda. Debo admitir que la mayoría de los consejos de Natasha eran consejos sexuales, los cuales yo intentaba omitir porque de por si me encontraba extremadamente nerviosa y ahora mismo no quería pensar, solo quería que las cosas fluyeran...

Después de casi dos horas con el "equipo profesional de citas" al fin estaba lista.

Me acomodé los tacones y miré a las chicas.

— ¿En serio creen que a Steve le...?

— ¡Claro que sí! —respondió Nat de inmediato—. ¿Sabes cuánto tiempo tardé en buscarle una cita? Nunca creí que diría esto pero Steve tenía un poco de razón, solo debía esperar a que llegara la adecuada y tú lo eres.

— ¡Ay Nat! —entonces la abracé y estuve a punto de llorar.

— ¡Hey! —dijo Wanda llamando mi atención—Nada de lágrimas, Mia. No vas a estropear el trabajo.

Esbocé una pequeña sonrisa y caminé hacia el espejo.

Wow... yo... yo... estaba muy bonita, me veía en verdad linda con este maquillaje que no estaba tan elaborado; consistía en un delineado griego en los ojos y un poco de sombreado, tenía un poco de rubor y los labios pintados de rojo. Fue entonces que dejé las inseguridades de lado y volví a ser la Amelia segura de sí, esta Amelia que con este conjunto y con el cabello suelto y con ondas se veía... sí... sexy.

Sonreí aún más al punto de casi provocar un entumecimiento en mis mejillas.

—Chicas... estoy...—me llevé las manos a la boca por la emoción— ¡Muchísimas gracias!

Las abracé a todas.

—Te daremos unos minutos ¿ok? —dijo Pepper.

Asentí y me quedé mirándome al espejo. De nuevo me dije a mí misma que debía mostrarme segura, no debía tener miedo porque iba a salir con el hombre que había dado tanto por mí y que a pesar de ser inseguro de sí por los múltiples rechazos de su pasado había reunido el valor para invitarme a salir. Steve me quería, entonces ¿qué caso tenía estar nerviosa?

Venga Amelia... vamos a impresionarlo.

Volví a sonreír, tomé mi pequeño bolso de mano y salí de la habitación dirigiéndome a la sala en donde estaban todos y que al percatarse de mi presencia posaron su atención en mí. Los chicos se pusieron de pie, creo... algo perplejos.

—Ni en Asgard he visto a una dama tan bella...–dijo Thor haciéndome sonrojar.

—Mia... estás despampanante–dijo el doctor Banner.

—Creo que le queda corta la palabra...—dijo Pietro boquiabierto.

—Estoy sin palabras...—dijo Clint asombrado.

Reí nerviosamente.

—Basta... basta... me sonrojan—dije.

Entonces divisé la mirada de Steve y caminé hacia él pero alguien se interpuso en mi camino. Mi tío Tony.

— ¿Qué le hiciste a mi sobrina? —dijo mi tío con los ojos bien abiertos—. Te vas a un convento, niña.

Me reí divertida.

—Me echarían de cualquier convento y lo sabes—respondí e hice a mi tío a un lado para mirar al hombre que se encontraba pocos metros detrás de él.

My Infinity [•Steve Rogers•] ●Resubida●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora