3. Encuentro Encantador

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Estaba estancada en una maldita fila por el café de mi jefa y en serio ya me estaba desesperando y malhumorando por esto.

Apreté el termo para café de mi jefa con bastante ansiedad.

Justamente el día que más prisa tenía resultaba que todo el maldito mundo estaba en busca de un maldito café.

¡Diablos! ¡Con un carajo! ¡Mierda! ¡Coño! ¡Avanza estúpida fila! ¡Avanza!

Mi teléfono sonó y respondí de inmediato al ver que era mi jefa tratando.de ocultar mi estado de ánimo.

— ¿Sí, jefa?

¿Qué pasa con mi historia? ¿ya la tienes?

—No... vine por tu café y la fila no avanza.

¿Qué acaso es muy difícil ir a pedir un simple café de un sitio decente? ¿te pido demasiado?

—No pero...—al darme cuenta de que no podía alegar contra Lindsey decidí cambiar de palabras—haré lo posible por no demorarme.

—Bien. Apresúrate, ya sabes que tengo junta en 25 minutos.

Entonces colgó.

Era verdad, ella no me pedía demasiado, eran simples órdenes a las que ya estaba acostumbrada, pero eso no quitaba el hecho de que no podía creer que hoy estaba tan lento todo el mundo.

—... latte cargado hirviendo con medio sobre de Stevia... latte cargado hirviendo con medio sobre de Stevia...—me repetí bastante ansiosa para no olvidar—. ¡¿Medio sobre de Stevia?! ¿En serio? ¡Eso no sabe a nada! ¡Dios! Ahora entiendo porque es tan amargada, le falta azúcar a su vida...—me dije a mí misma, me mordí el labio con la misma ansiedad que iba incrementando.

Ahora me arrepentía por no pasar por los estúpidos papeles antes.

—Lo que se hace por un café...—comentó el hombre detrás de mí.

Sonreí.

—Lo que se hace por conservar el empleo—dije riendo, a pesar de estar estresada me gustaba ser amable y bromear.

Por fin llegué a pedir el café, me pidieron mi nombre y dije el nombre de mi jefa mientras les entregaba el termo, entonces me comentaron que esperara a que llamaran por el nombre que les había dicho.

Un hombre alto se puso junto a mí. Yo esperé sin prestarle atención hasta que jugando por los nervios con mi lapicero se me cayó, acto seguido mi bolso también se cayó.

¡¿Esto es en serio?!

Antes de que pudiera agacharme a recoger mis cosas el hombre a mi lado lo hizo por mí.

—Aquí tienes—dijo un poco... ¿nervioso?

Reconocí que era la voz que me había hablado estando en la fila.

Me atreví a mirarlo para no hacer la grosería de tomar las cosas sin verlo a la cara.

Pude ver que era bastante alto. Me sonreía con nerviosismo y con un toque que lo hacía tener cierto toque distintivo, era tremendamente sexy y sus preciosos ojos azules lograron penetrar mi alma dándome un choque eléctrico que me paralizó unos segundos, como si sus ojos me dieran un pase directo a su alma. Y su barba... maldita sea... los hombres con barba eran como mi debilidad...

Este hombre era jodidamente guapo y a decir verdad me puso un poco nerviosa.

Su rostro me era un poco familiar, sentía que lo había visto en algún lado o tal vez se parecía a alguien...

My Infinity [•Steve Rogers•] ●Resubida●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora