25.

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• E L  F I N A L  D E L  C O M I E N Z O •

Casi completa oscuridad, soledad y tristeza, esas tres cosas expresaban bien el estado de animo de (Tn). 2:00 am, y no había podido conciliar el sueño, miraba, con la poca luz que estraba de su ventana, la palma de su mano, como si eso ayudara en algo, esperando a que le de una respuesta de algo que ni ella sabe la pregunta. La cerro con lentitud formando un puño y se lo llevo al pecho, suspiro y se levantó de la cama, se vistió con un abrigo y se puso unos zapatos.

(...)

¿Qué podía pasar estando ella sola en un parque, específicamente en un columpio? Exacto...todo. Se mecía lentamente, sus ojos se clavaron en la arena, bostezo, se levantó y comenzo a caminar. Como por arte de magia sus pasos iban directamente a la escuela Teiko. Se quedó observándola, suspiró y reanudó su camino, todas las tiendas estaban cerradas, muy pocas personas caminaban por las calles, el olor a cigarrillo era más fuerte y las cosas rompiendose sonaban por las calles.

Sus pies pararon en una cafetería 24 horas. Solo la miraba, no podía entrar, no tenía ni un centavo con ella. Sus manos rebuscaron dentro de los bolsillos del abrigo, pero nada, no tenía nada.

—¿Quieres entrar?

La voz de Haizaki se escuchó detras de ella. Giro su cuerpo encontrándose, efectivamente, con Haizaki quien tenía una sonrisa algo muy arrogante.

—Yo invito.— prosiguió. Paso de ella y abrió la pierta, hizo un gesto con la mano para dar a entender que podía pasar. — Entra.

—No. Ya es tarde, debería irme.

—Lo siento pero ya no es una invitacion, ahora es una orden.

—Estas loco, no puedes decirme que hacer.

—Tienes razón.

Shogo cerro la puerta con cuidado, se acerco a ella tomándola de la mano, la obligo a caminar, abrió la puerta, entraron para luego escoger una mesa.

—Eres un idiota.— Dijo la pelinegra con una leve sonrisa, dejando su abrigo detras de su silla.

—Contigo siempre nena. —Le guiñó un ojo. Su comentario la hizo reir.

El lugar olia a cafe y chocolate, era acogedor, los colores influían en como se sentía aquella aura, le gustaba que ese fuera el ultimo lugar que visitaria. Un lindo chico los atendió, él pidió un expreso doble y unas magdalenas, ella un capuchino y un pastel de chocolate. El lugar estaba casi vacío hací que no deberían esperar mucho para que su orden estuviera lista.

—Y ¿qué hacías a estas horas de la noche? —Preguntó la chica.

—Esa es mi linea, ¿no crees? —Sonrió sarcástico.

—Solo no podía dormir.

—¿Crees que te voy a creer eso?

—¿Si?

—Aja claro, y yo siempre voy a los entrenamientos.

—Deberías...

—Por favor, soy el mejor de todos, ¿por qué debería? —Rió

—Por mi.— Contestó (Tn) con autoridad.

(...)

La puerta de la casa estaba siendo abierta con gran sigilo. La pelinegra se giro antes de entrar, se despidió con la mano y una sonrisa de Haizaki, él le devolvió el gesto solo que con una sonrisa ladina. Un "hasta luego" salió de la boca de la chica solo moviendo los labios.

La Reina De Los Milagros. (Kuroko No Basket Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora