La Reina De Los Milagros. (Kuroko No Basket Y Tu)

44.

" J Ō Ō "

Los pensamientos parecían revolverse con aquellos sentimientos de malestar, la noticia que el hijo de la familia Akashi estaba comprometido se difundió por todas las redes sociales, revistas y periódicos. Nadie imaginó que su padre lo ataria a una joven que no conocía pero era indispensable para los negocios próximos.

(Tn) miraba por la ventana sin pensar algo en específico solo reproduciendo su canción favorita en el celular, cualquiera diría que hay alguien que le gustara y por esa razón no apartaba la mirada de la ventana, pero la verdad era que no dejaba de pensar en como hacerle frente a un señor importante de negocios, Akashi le dijo que estaba bien y que no estresara con la noticia, pero no morderse las uñas era casi imposible.

—Jōō (1) —un compañero la llamó, pero no funcionó para llamar su atención —Jōō.

Intentó de nuevo, miró a sus amigos buscando ayuda, pero simplemente rieron.

—¿Me estas escuchando? Jōō —sin mucho que hacer le retiró los audífonos, ahora si captando su atención, ella rodó los ojos y lo miró.

—¿Qué pasa, Ishikawa? —preguntó quitando el otro audífono, él señaló a la puerta.

—Te buscan.

—¿Quién?

—No lo se, ve a ver —y con eso se alejó de su lugar.

Dejando el celular debajo de la mesa (en un pequeño espacio) se levantó y se dirigió a la puerta, un chico la estaba esperando, parecía más grande que ella.

—¿___(Ta) ___(Tn)? —la pregunta del chico fue algo tonta, pero era para no decir algo que no debía a la persona equivocada.

—Si, soy yo.

—¡Por favor, se nuestra mánager!

El rumor de que ella estaba ahí avanzó tan rápido que le causaba muchos problemas, Kise fue el encargado de confirmar de que se trataba de una mánager ejemplar y además la reina de los milagros.

—Me llamó Nishimura Taiki (2) soy el capitán del equipo de volleyball, sería un placer que nos vieras jugar.

Suspiró antes de responder —Iré hoy, cuando acabe mis deberes.

Con una reverencia el chico le agradeció y parecía contento, no sabía cuantas veces habían venido capitanes a pedirle que fuera su mánager, tenía muchas citas arregladas, irá primero con el club de fútbol, luego al de tenis femenil, béisbol y por último al de volleyball. Siempre llevaba una libreta para apuntar el estado físico de los miembros del club.

—Ey Jōō ¿qué fue esta vez? —bromeó una chica.

—Volleyball —contestó (Ta) regresando a su asiento y dejando caer su cabeza en el escritorio.

(.  .  .)

—Oye Kise —habló (Ta) sin mirarlo.

Al acabar las clases Kise fue a buscarla, como todos los días, la acompañaba hasta la salida y luego se dirigía al gimnasio para su entrenamiento.

—Dime —aunque era un poco raro de él, estaba tomando un café frío de la máquina expendedora, en una banca con sombra.

—¿Podrías... llamar a Aomine y decirle que no podré ir hoy?

Kise parecía pensarlo demasiado para luego soltar —¡No, me niego, no me metas en discusiones suyas!

—¡Oye! No es una discusión —la chica soltó un largo suspiro —, hoy tengo que ir a ver entrenamientos para los equipos.