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CAPITULO 1

 

Despego mi vista del reloj. Todavía son las once. Bebo un poco de agua de mi copa. El señor Williams un empresario importante de Estados Unidos está presumiendo de lo lujoso y carísimo que es su nuevo yate. Me miro mi vestido granate. Está intacto. Yo sonrió cada vez que me miran y parece que se la creen. No aguanto este tipo de fiestas. Solo tengo 17 años y he estado en este tipo de fiestas desde que nací. Por cierto soy April Smith, la hija de un arquitecto reconocido mundialmente llamado Scott Smith. Mi madre llamada Sira Van de Camp me observa desde una mesa. Me hace un gesto con la mirada diciéndome que debo retocar mi maquillaje.

-Si me disculpan, debo ir al servicio.- le sonrió y espero a que hagan lo mismo. Me dirijo al baño.

Abro la puerta. Gracias a dios no hay nadie. Dejo mi bolso de mano a un lado y me miro en el espejo. Suspiro. ¿Porque no puedo ser normal? Desearía tener la vida de una chica de mi edad. No la vida de una señora ricachona de cuarenta.

La idea de huir se me aparece todos los días. Pero nunca la llevo a cabo. Solo por el hecho de que no quiero dejar a la única persona a la que aprecio, mi abuelo. Esta mayor y no quiero que se vaya sin despedirme de él. Él es el único que me hace feliz. Él es lo único normal de mi familia. El único al que no le importa el dinero y el prestigio. Una lágrima resbala. Me la seco rápidamente no me gustaría que cayeran más.

Salgo del baño y vuelvo al extenso salón donde se celebra el 50 aniversario de la empresa que fundo mi abuelo con todas sus fuerzas que ha pasado a las manos de mi padre.

Hoy mi padre es el protagonista por lo tanto lo son su mujer y su única hija. Todas las miradas y focos están enfocados en mí y no se irán en un buen tiempo.

¿Mi gran sueño? Salir de esta vida. No quiero juntarme con empresarios, políticos e incluso con miembros de la realeza. Quiero salir al parque y conocer a gente nueva. No quiero ser el adorno de papa. Quiero ser feliz.

La fiesta llega a su fin. Mi padre se ha despedido de todos y nos marchamos a casa. Por fin. Estoy agotada. Salimos del edificio y miles de flashes nos atacan. Nos metemos rápidamente en la limusina. Miro fijamente a la ventana y a través de ella a la maravillosa ciudad en la que vivo, Nueva York.

Por fin en casa. Me descalzo y subo las escaleras sin despedirme de mis padres. Estoy agotada. Llego a mi enorme habitación, me desvisto y me pongo el pijama. No puedo ni leer unas páginas del libro que estoy leyendo. Me recuesto en la cama y descanso después de un día horrible.

Los rayos de sol se cuelan por mi ventana. Me estiro y bostezo. Abro las cortinas y veo un sol más grande que mi casa. Sonrió. Me encantan estos días, los días soleados en los que puedo ir al parque recostarme en la hierba y leer. Os he mencionado lo mucho que me gusta leer. Me gustaría ser escritora de mayor pero mi padre dice que no sirve de nada que yo debo ser arquitecta como mi abuelo y el. Imbécil es la palabra que define a mi padre.

Me ducho y me coloco un vestido floreado con manoletinas. Cojo mi libro y bajo las escaleras. No hay nadie, como todas las mañanas. Salgo por la puerta, ya desayunare en algún bar.

Camino por Central Park. Mi lugar favorito de la ciudad. Camino y camino hasta escoger un sitio. Me siento en la hierba y comienzo a leer. Después de una hora leyendo cierro el libro ya terminado. Tendré que comprar otro. Levanto la vista del libro y observo a la gente.

Parejas mayores tanto como jóvenes se ven paseando cogidos de la mano. Niños jugando con otros niños. Son felices. Una lágrima resbala. Me la seco. Como me gustaría ser ellos. Miro una pareja de tercera edad. Me recuran a mis abuelos. Echo tanto de menos a mi abuela. Se la llevo, la vida se la llevo. Otra lagrima. Decido levantarme y me dirijo a la librería. Necesito otro libro.

Librería Simpson. Veo el letrero y entro a mi librería favorita. No hay nadie en el mostrador que raro. Bradley suele estar siempre leyendo un libro. Me dirijo a las estanterías y comienzo a buscar.

-Buu- oigo a mis espaldas y suelto un chillido.

-Que susto me has dado Bradley- él me sonríe.

-Ese era el propósito.- se ríe y yo también lo hago. Su risa es contagiosa.

Bradley es un chico apuesto. Tiene la misma edad que yo. Bradley tiene el pelo castaño y rizado, los ojos marrones y su piel tiene un tono claro además tiene una sonrisa encantadora. Es la persona más dulce y tierna que he conocido nunca. Trabaja en la librería de su familia para ganar dinero para poder comprarse un coche. Le encanta leer al igual que a mí.

-¿Vienes a por un libro nuevo?-pregunta curioso.

-Sí, he terminado de leer el que tenía. ¿Cual me recomiendas?- dije sonriéndole.

-Yo termine de leer Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez y te recomiendo que lo leas.-

-Está bien.-me entrego el libro y se lo page. Iba a salir por la puerta pero su voz me detuvo.

-Mmm April-dijo rascándose la nuca- ¿podríamos quedar algún día de estos para tomar un helado?- pregunto

-Claro, ya concretaremos cuando.-su sonrisa volvió a aparecer en su rostro.

-Ten un buen día April- me dijo en modo de despedida.

-Igualmente- le mire y salí de la tienda.

Mis tripas rugieron y me dirigí a un Starbucks. Después de desayunar me fui a casa. Abrí la puerta de mi casa. Corrí a mi habitación. Deje el libro en mi mesilla para poder leer antes de acostarme. Baje las escaleras. No había nadie en la casa, ni siquiera el servicio. Qué raro. Ahora que recuerdo hoy iban con mi madre para organizar la fiesta de su cumpleaños. Estuve viendo la televisión hasta que me entro hambre. No había nada en la nevera que me apeteciera. Pediría una pizza. Minutos más tarde alguien toco el timbre. Abrí la puerta y me encontré con un chico guapísimo de cabello rizado y unos preciosos ojos verdes. Me sonrió.

-¿Una pequeña de jamón y queso?-

-Sí, espera un momento.-cogí la billetera.- ¿Cuánto es?-

-Doce con cincuenta.- respondió amable.

-Toma-le di el dinero más una propina.-Gracias.-iba a cerrar la puerta pero escuche su voz.

-Soy Harry, Harry Styles por cierto.-dijo tendiéndome la mano. Me fije en sus brazos tatuados.

-April, April Smith.- dije cogiéndole la mano y sacudiéndola.

-Encantado April.-dicho eso se giró y lo vi marchar en su moto de repartidor.

Hola lectoras este es mi primer capitulo espero que os haya gustado. Bueno hoy habéis conocido a April. Quiero saber que os ha aparecido así que espero que comentéis algo. Bueno también si os ha gustado me gustaría que le dierais al icono de la estrellita. También agradeceros de haberle dado una oportunidad de leerlo. Y bueno si os gustado y tenéis una novela me gustaría que me recomendaseis si no es mucha molestia. Bueno gracias de nuevo por leer el primer capítulo.

                                                                                                          Un beso. Amelia.

 

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