CAPITULO 5
Lean el capítulo con la canción por favor.
El viento golpeaba más fuerte a medida que iba aumentando mi velocidad. Lloraba desconsoladamente. Alan tenía razón, tenía toda la razón. No pintaba nada en esa fiesta. No había sido buena idea.
Resultaba que el autobús solamente era para la zona del Bronx.
Solo había venido a esta fiesta por Cara. Creía que era mi amiga pero ahora no la reconocía. En qué momento había cambiado. No la reconocía en ningún sentido. No le iba a dar la razón a Alan respecto a su forma de ser porque yo la conocía y no era así.
Corrí y corrí hasta que termine agotada. Respiraba agitadamente. Me senté en un banco y mire a mí alrededor. No tenía ni idea donde me encontraba. El pánico se apodero de mí. Me había perdido en una de las zonas más peligrosas de Nueva York. ¡En que estaba pensando!
Me levante del banco. ¿Qué debía hacer ahora? La bombilla se me ilumino. Alan. Era mi salvación. Busque el móvil y al fin lo encontré. Sin batería. Bufe. Genial. ¿Y ahora qué?
Debería volver a la fiesta. ¿Pero para qué? ¿Quién me llevaría a casa? Nadie. Pero quizás podría llamar a Alan por algún teléfono. Comencé a caminar de vuelta a la parada del bus. Iba a hacer el mismo recorrido solo que al revés.
Iba caminando cuando oí pasos a mis espaldas. Mis manos comenzaron a sudar y me aferre más a mi bolso. Cada segundo andaba más rápido. Estaba aterrada. Una mano atrapo mi hombro y me giro bruscamente.
Era un hombre de unos cincuenta y tantos. Era bastante alto e intimídate. Vestía un chándal viejo y una deportivas. Tenía una gran barriga al igual que un gran bigote.
-¿Qué hace una chica tan espectacular circulando sola a estas horas de la noche?- dijo mientras acariciaba mi brazo. Viejo verde.
-Yo…yo ya me iba.- dije con miedo en la voz.
-Me parece que no vas a irte preciosa, al menos hasta que me des lo que quiero.- dijo mientras miraba descaradamente mi anatomía.
-No, por favor- dije mientras me resbala una lágrima por la mejilla.
-Cariño, no llores. Lo pasaras genial.-dijo empujándome contra una pared.
Mi espalda choco bruscamente contra la pared. Se coloco delante de mí y comenzó a darme besos en el cuello mientras que sus manos sujetaban mi cintura firmemente.
-No, por favor… déjame ir- conseguí decir entre sollozos.
-Estas deliciosa.- comento mientras sus besos fueron bajando para besarme los pechos. Cerré los ojos, era mi fin. Iba a depositar un beso en mi pecho izquierdo pero su peso sobre mi desapareció. Me tire al suelo. Mientras lloraba.
Conseguí abrir los ojos y vi a un chico golpeando fuertemente a aquel asqueroso hombre. Vi sangre brotar de la nariz y de la boca del desgraciado. El chico se movía con agilidad y golpeaba su estómago y su cara. Lo dejo inconsciente.
Estaba asustada. El chico se limpió la sangre de su boca y nariz con el puño de su chaqueta. No conseguía verle la cara debido a la oscuridad de la noche y a las lágrimas que me nublaban la vista. Me acurruque en el suelo mientras que lloraba cada vez más y más.
El chico se giró a mirarme y se acercó rápidamente.
-¿Estas bien?-dijo con un tono de preocupación en su voz. Una voz que me sonaba de algún sitio.
No respondí. Solo me limite a llorar. El me abrazo, mientras acariciaba mi pelo con una de sus manos y me susurraba que todo iba a estar bien. No sé en qué momento comencé a ver todo negro. Lo único que sé es que descanse un rato en brazos de aquel chico, mi salvador.
Hola! Bueno sé que he tardado en subir pero no tenía inspiración. Darle las gracias a un paquete de mentos ya que sin ellos no podría haber escrito este capítulo. Bueno espero que les haya gustado y si es así ya saben que hacer (guiño de ojo derecho). No sé cuándo subiré el siguiente ya que me vienen dos semanas larguísimas. Así que les pido que tengan paciencia.
Os quiero. Amelia.