6.

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Capítulo 6

Abrí los ojos lentamente. Me costó acostumbrarme a la luz del sol. Me gire y vi una ventana enorme por la que entraba esa hermosa luz. No tarde en darme cuenta de que no me encontraba en mi habitación.

Era una habitación enorme. Estaba tumbada en una cama de matrimonio bastante cómoda. Me di cuenta de que estaba en ropa interior y tenía puesta una camiseta de hombre. Me comencé a alarmar. Recordé la noche anterior y casi comienzo a llorar, pero tenía otro problema más importante. ¿Dónde estaba?

Debía salir de esta casa. Me levante de la cama y busque mi ropa. Ni rastro. Abrí un armario y solo había ropa de hombre. Joder, que debía hacer ahora. La camiseta me quedaba bastante grande. Me quedaba un poco más arriba de las rodillas. Podría pasar como si fuera un vestido. Busque mis tacones, los cogí junto a mi bolso y sigilosamente salí de la habitación.

Me encontré con un pasillo y busque las escaleras. Cuando las encontré las baje intentando hacer el menos ruido posible no sabía si había alguien en esa casa. Un salón apareció ante mí. Estaba un poco oscuro debido a que las cortinas estaban corridas. Vi la puerta principal. Sonreí.

Me encamine a ella dispuesta a salir pero una voz retumbo en el salón.

-Como salgas así a la calle no tardaran en violarte.- esa voz hizo que soltara las cosas de mis manos por el susto que me había causado.

-¿Que hago aquí?- pregunte a la voz, aun no sabía de donde provenía.

Una cabeza se asomó por el sofá. Ese chico se levantó y abrió las cortinas dejándome ver su rostro. Solo vestía unos boxers. Me fije en la multitud de tatuajes que tenía en su pecho y brazos. Cuando vi su cara me horrorice. No, no podía ser. Otra vez el no.

-¿Qué quieres de mí?- pregunte asustada.

-¿Porque tan asustada, niña de papa?-

Estaba claro que me recordaba. Se acercó hacia mí y yo di tres pasos hacia atrás.

-No te acerques-

-Vamos, ¿acaso no te acuerdas como te quite ayer a ese tipo de encima?-

-Claro que me acuerdo, no podría olvidarlo nunca.- agache la cabeza.- Gracias.- le dije en un débil susurro.

-¿Acabas de agradecérmelo?- únicamente asentí- Nena, lo haría cualquier persona.-

-No lo creo.- por fin decidí mirarle a los ojos. Le sonreí. Pero el cambio de actitud.

-Tienes que irte niña de papa.- dijo fríamente.

-Capullo-murmure pero él me escucho.

- Ricachona.- dijo en defensa.

- Imbécil- le grite

-Zorra, malcriada- me calle durante un segundo. Aunque no lo conocía me habían dolido sus palabras. Mis ojos picaban.

-Quiero irme- sentencie.

-¿Y quién te lo impide?- dijo furioso

-Quiero mi ropa- dije mientras miraba al suelo y derrama una lagrima.

Se metió en una sala que imagino que sería la cocina. Salió al rato y me lanzo la ropa. La recogí y salí de esa maldita casa. Cuando Salí del portal estaba llorando como una loca. Busque con la mirada un taxi y afortunadamente lo encontré.

Me metí rápidamente y le dije la dirección. Estaba en el Bronx. Tardamos unos veinte minutos en llegar ya que había tráfico. Pague al taxista, el cual no había parado de verme durante al trayecto debido a que no paraba de sollozar.

Saque las llaves del bolso y abrí la puerta de casa. No había nadie en casa. Vaya su hija desaparece y ni siquiera se dan cuenta, que considerados. Subí rápidamente las escaleras y me encerré en mi habitación.

Me quite rápidamente esa camiseta y metí en el baño dispuesta a darme un baño. Salí de la ducha y me puse el pijama. Puse a cargar el móvil y me fui a la cocina para desayunar. Mire mi móvil y tenía 10 llamadas perdidas de Cara. Estaba tan enfadada con ella. No tenía ganas de hablar con ella.

                                                                           (…)

El fin de semana pasó realmente rápido. No hable con Cara a pesar de las veces que me había llamado y de los mensajes que me había mandado.

Estaba dirigiéndome a mi instituto mientras oía la hermosa voz de Ed Sheeran. El edificio aparecía delante de mis ojos. Entre por la puerta y me dirigí a mi taquilla. Divise una cabellera rubia. Sabía perfectamente quien era Cara.

-¿Te puedes apartar?- dije intentando sonar dura.

Ella se dio la vuelta y me miro a los ojos.

-Joder April, estaba preocupada- dijo abrazándome, abrazo que no correspondí.- ¿Dónde te habías metido? Estaba tan preocupada- dijo una vez que me solto. Abrí mi taquilla y saque los libros de mi primera clase del día.

-No parecía que lo estuvieras cuando me echaste- dije molesta enfrentándola.

-Escúchame April, estaba drogada. Alguien me echo algo en la bebida.-

-¿Porque iba a creérmelo?-

-Escúchame, April me drogaron. Cuando desperté estaba en la cama con Niall. Yo le pregunte qué había pasado a la noche y él me dijo que algún hijo de puta me drogo. Luego pregunte por ti y me dijo que te habías ido y recordé lo que había pasado.- dijo con los ojos llorosos.- Por favor créeme, lo he pasado fatal. No sabes lo mucho que lo siento.- dijo mientras derrama una lagrimas.- No…no quie…quiero perderte-dijo mientras lloraba.

Yo la abrace y acaricie su cabello.

-Te perdono, no fue culpa tuya. Tranquila somos amigas.- ella me miro y me sonrió. Se despidió de mí ya que debía ir al baño antes de que empezara la primera clase.

La mañana pasó rápido y llego la hora del almuerzo. Fui a la cafetería y me senté al lado de Cara. Se veía feliz.

-¿Qué tal la mañana?-le pregunte sonriente.

-Aburrida, como siempre. Primero el Señor Jobs me echo de clase por dormirme y luego el Señor Macizorro me ha descubierto mirándole como una psicópata.-

El señor Pine o como lo llama mi mejor amiga Señor Macizorro era mi profesor de literatura. Era bastante atractivo, por ello no culpada a Cara de comérselo con los ojos.

El día termino y Cara y yo nos encaminamos a la salida. Hoy no había visto a Alan cosa extraña. Imagino que estaría ocupado en sus entrenamientos de rugby. Salimos por la puerta mientras nos reíamos como locas por un chite que había contado mi hermosa y mejor amiga.

-¡Cariño!- oímos desde el aparcamiento y fijamos la vista en el chico rubio.

Cara sonrió y fue hacia donde Niall dando zancadas. Cuando llego hacia el salto encima y lo beso como si no hubiera mañana. Me reí por aquel gesto. Estaba realmente enamorada de aquel chico. No me inspiraba mucha confianza, pero no se lo iba a decir a Cara ella era bastante mayorcita para decidir con quién y con quien no estar.

-¡April, ven!- dijo llamándome. Comencé a caminar en su dirección mientras ellos dos hablaban animadamente.

Bueno aquí está el capítulo espero que les haya gustado. Comenten y darle a la superestrellas.

                                                                                                                       Amelia.

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