(+18) El Corazón De Lapis Lazuli

En la Tierra

Amatista cuando vió salir la nave de la atmósfera no pudo contener el llanto, era demasiado el tener que aceptar que seguramente no volvería a ver a Perla o a Steven nunca más en su vida, simplemente no podía creerlo y se encontraba en una constante angustia que se había transmitido a todas las gemas presentes, no podían creer lo que estaba pasando con claridad ninguna de ellas, no podían creer cómo fue que aceptaron a no volver a ver a ninguna de aquellas personas que tantas emociones les hicieron pasar, todo lo que dejaron atrás no era nada despreciable, pues para Steven ellas eran toda su vida, toda su familia junto con su padre al que tenían que decir que Steven podría no volver a la Tierra porque tiene que ejercer su lugar como Diamante si sobrevive al tratamiento y conserva su consciencia y a lo mejor su forma como Steven, o que Steven podría dejar de existir para dar paso a que vuelva Rose Quartz, nadie estaba realmente listo o lista para afrontar que Steven ya no podría seguir existiendo y nunca en otro momento habrían de tener más esperanza en que el funcionamiento de un ser híbrido entre humano y gema.

Todas entraron en la casa a discutir a ver quien le decía al padre de Steven que se había ido con Perla a Homeworld, y también a Connie, era difícil ya que ellos representan esa humanidad en Steven, esa parte que lo hace humano y lo diferencia de las gemas, pero también de los humanos, ese era el momento de realmente demostrar que lo que era Steven era lo suficientemente bueno como para que ellas le den esa noticia.

Garnet: Bien... alguien tiene que informarle a Greg y a Connie lo que acaba de ocurrir, no podemos privarlos de esa información.

Lapis: Entonces... ¿quién será?

Peridot: Yo no puedo, no acabo de comprender lo que acaba de pasar y la verdad soy especialmente sensible a las emociones humanas y no creo poder darla con claridad, es demasiada responsabilidad.

Amatista: ¿Saben qué?... Necesito salir a pensar, no quiero entristecerlos, necesito salir.

Garnet: Todas te comprendemos, cuidate

Amatista sale de la casa y con mucha pesadez camina por las escaleras a la playa, se decide a entrar al mar para despejar su mente, necesitaba vaciar todos sus pensamientos para luego  poder asimilar bien la pérdida de esas dos partes tan importantes de su vida, era demasiado y necesitaba tiempo para conocer lo que en verdad estaba sintiendo.  Cuando entra al agua y  siente su frescura por su cuerpo se adentra más y más, pasaron algunos minutos y seguía yendo cada vez más profundo y más lejos de la costa, y siguió, más allá hasta encontrarse con los corales sobre los cuales Lapis había lanzado a Connie la noche de su locura, y para su sorpresa encontró la espada de Rose clavada en uno de estos animales. Con sorpresa se acerca a tomarla, estaba bastante bien sujeta pero con algo de esfuerzo extra la saca y da media vuelta para ir a la casa, su plan era simplemente devolver la espada, nada más que eso y cuando llegó a la casa todavía estaban todas las gemas, nadie había salido a decirles, nadie se atrevía aún, todos concordaban en que era demasiado cruel decirles eso a esas pobres personas pero lo que Garnet había dicho antes era cierto, merecían saber la verdad.

Amatista: Chicas, ¿tienen un segundo?

Garnet: Sí

Amatista: Pues, encontré la espada de Rose en un coral lejos de aquí, creo que fue Lápis que había golpeado a Connie y la lanzó allí y la espada se quedó clavada ahí, una cosa buena al menos.

Garnet: Gracias por recuperarla

Amatista: Bueno... ¿entonces quién irá?

Lapis: Aún no lo sabemos, pero puede que sea yo, es mi culpa después de todo

Garnet: No, no es tu culpa, no es culpa de nadie, simplemente pasó eso y Steven tenía que ir.

Lapis: De todos modos iré, aunque me cueste ir a decirles, tengo que hacerlos, ya que -se queda callada unos segundos mientras baja la mirada al suelo- no me olvido de las últimas palabras que me dirigió antes de irse, y ya por eso creo que merece la pena el esfuerzo.