Llegamos

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Steven: Bueno... esto tenía que pasar.

Esas fueron las palabras que dijo Steven seguidamente con un suspiro de pesar al pisar los primeros centímetros de Homeworld, no era algo nuevo estar allí, pero definitivamente sí era algo extraño saber que sería tratado como una autoridad y no como un criminal, aunque en el fondo todas las gemas querrían que sea tratado de tal forma. El lugar reflejaba demasiadas luces ya de primera en esa estación de aterrizaje de las naves.

Perla: Steven, este lugar es demasiado aterrador para mí, todo el tiempo que he servido a este planeta y a tu madre me hace recordar tantas malas cosas que hice en el pasado, cosas que hubiera continuado haciendo de no ser por todo lo bueno que me transmitió sobre la vida en la Tierra me cambió, no quiero que este planeta me consuma y me transforme en esa desalmada Perla que solía ser.

Steven: Perla, no nos quedaremos aquí por mucho tiempo.

Perla: Creo que estás ignorando que estamos en el planeta de las Diamantes, de las gemas más malas de todo el universo y todas ellas te tienen puesta toda la atención a tí, ¿cómo siquiera piensas dar un paso sin que controlen y vigilen todos los movimientos de tus músculos?

Steven: Ya he pensado en eso, no te preocupes, tengo todo cubierto, nada puede salir mal...-susurra- o eso espero

Perla: Bueno, como no puedo hacer nada más confiaré en tí para que halles la forma de salir de aquí y volver a la Tierra, espero que sin iniciar una guerra interplanetaria.

Steven: Cuenta con eso, pero te pido que mantengas la calma todo el tiempo, sin importar lo que esté pasando

Perla: Bueno, lo que sea, ya me he dado por destruída.

Steven: Vamos, no seas tan negativa, saldremos bien de aquí, te lo prometo

Perla: Gracias Steven

Cuando ya estaban en la zona de aterrizaje junto con la nave y las guardias a sus lados bajaron las Perlas, Perla Amarilla bajó con la cabeza en lo más alto y con algo de prisa caminó hacia los extranjeros y sin decir ni una sola palabra mandó a que se retiren las guardias. Por otro lado Perla Azul se dirigió a Steven y Perla para guiarlos dentro de las instalaciones, tenía indicaciones de llevarlos a la habitación de Diamante Amarillo, ahí se hablaría todo sobre el tratamiento y sobre esos días de libertad siendo humano antes de arriesgarse cuando se vaya a curar su gema, no quedaba muy lejos de donde estaban pero de todas formas tenían que usar unos medios de transporte que eran bastante inusuales, ya que se trataba de tubos transparentes en los que se llevaban gemas de un tamaño promedio como las Perlas y que conectaban directamente con la habitación de Diamante Amarillo, aunque para llegar ahí se necesitaba una contraseña que solo las Diamantes y sus Perlas conocían.

La expresión que tenía Steven al usar uno de estos artefactos no fue la más tranquila, pero a la vez le servía de preparación para todas las cosas a las que se tendría que acostumbrar mientras esté en el planeta.

Perla Amarilla: Bueno humano, hemos llegado a la habitación real de la brillantísima Diamante Amarillo, necesitamos hablar sobre algunas cosas aquí con ella, no nos debe tomar mucho tiempo, ella aprecia de verdad la rapidez con la que se hacen las cosas.

Steven: Bueno, supongo que dado que no tenemos opción y que no tenemos nada más que hacer ahora porque estamos tan lejos de nuestro planeta natal podremos hablar con toda la calma y la paciencia con ella, siempre y cuando no quiera matarnos ahí.

Perla Amarilla: No lo hará, ha tenido que dejar todo el odio que sentía ante todo esto para acoplarse a la situación y ser la líder que todos esperamos de ella.

Steven: Esperemos que todo lo que dices sea verdad

En eso la puerta finalmente se abre después de que en esa conversación la Perla Azul estaba colocando las contraseñas necesarias, las puertas eran bastante grandes, algo imaginable ya que por ahí tendrían que salir las Diamantes con facilidad, y sin tener que cambiar de postura, era una habitación grande, muy grande, estaba armada con todo lo que se podría imaginar que usa una Diamante en su vida, había un montón de artefactos repartidos en toda la habitación, tenía unos pilares en las esquinas hecho de un metal que era desconocido, pero que era algo parecido al Galio, pero no estaba ni cerca de tener esas propiedades que tiene en la Tierra ya que parecía bastante duro y no parecía que vaya a empezar a fundirse, era extraña esa forma de ver a un metal tan interesante en un lugar que no le permite ser interesante.

Dieron unos cuantos pasos y fue cuando Diamante Amarillo los llamó de una manera que se notaba que no quería estar allí para discutir cosas que ni siquiera harían que el tratamiento pueda efectuarse al siguiente día porque la calibración necesaria es tan compleja que toma días de espera para usarse, ya que prácticamente no se haría nada Steven pensaba que a lo mejor podían darle esos días antes del proceso.

Amarillo: Bien, creo que tenemos que hablar ciertas cosas de lo que pase los siguientes días, creo que sabes a lo que me refiero, no queremos dar una muy mala impresión de lo que vas a vivir desde ahora, ya que en realidad no nos importa lo que hagas antes del tratamiento, siempre y cuando te sometas a él.

Steven: Bueno, entonces sabrás lo que te estabamos por proponer, ¿no es así?

Amarillo: Sí, se te concederá un tiempo de 72 horas terrestres que nos tomará calibrar la maquinaria ya que tenemos tus medidas corporales y la colocación de tu gema, solo unas medidas y se te transportará a la habitación de Ros... a tu habitación, también se te cumplirá una petición, pero con un alto grado de vigilancia por nuestras gemas, es todo lo que te podemos dar ya que se espera que cuando se te intervenga tengas el cargo de Diamante Rosa y lo cumplas con la efectividad de la misma gema que se fue hace tantos años.

Steven: Bueno, creo que no puedo hacer otra cosa que agradecerles, no solo por el hecho de concederme tantas facilidades antes de dejar mi humanidad sino también por reparar mi gema, aunque todo lo que haya pasado antes entre nosotros ha sido bastante malo, no puedo evitar pensar que han mejorado bastante con el trato de...

Diamante Amarillo lo interrumpe: Si, bueno, ya no hace falta que sigas hablando tanto.

Steven: ...

Perla Amarilla: Bueno, creo que mejor nos vamos a que te tomen las medidas, de prisa.

Steven: Está bien, te seguimos.

Perla: Bueno, creo que no podía esperar que la cosa sea diferente, al menos no terminó mal.

Steven: No seas así de pesimista, ha salido bien, de todas formas no siempre los miembros de la revolución escuchan que Amarillo se dirige con algo de amabilidad a una gema rebelde, después de todo no se puede esperar algo más de ella.

Perla: Supongo que tienes razón.

Caminaban por un pasillo bastante largo, algo que después de tanto moverse por artefactos de transporte resultaba bastante relajante y familiar.  Pero las cosas no eran tan positivas en la Tierra, ya que en el mismo instante Greg se enteraba de lo ocurrido con Steven, algo que lo desconcertó tanto que le hizo pensar que en realidad él cometió suicidio ya que no había forma de que vuelva según lo veía, todo lo que estaba por pasar sería algo malo, ya que en verdad no sabía lo que podría pasarle en Homeworld.

Horas y horas pasaron, todo era demasiado depresivo entre todas las gemas que con mucho pesar intentaron volver a sus actividades diarias, pero es que nada era lo mismo sin Steven, nada en ellas era lo mismo, en especial para Lapis.

Todo lo había afectado de tal manera que su amor por Peridot desapareció, sin rastro alguno de todo lo ocurrido y un vacío en ella que nadie podía siquiera acercarse a llenar, esas últimas palabras que le dirigió antes de irse fueron tan halagadoras y a la vez tan hirientes que se sentía de una manera que nunca se había sentido antes, era tan extraño que no se sentía triste aunque cuando pensaba en eso lloraba, pero sin tristeza, o había ocasiones en las que se sentía destrozada pero por nada iba a llorar en esos momentos, todo era demasiado raro y Peridot tratando de reconquistarla, sin éxito ya que en realidad viendo bien lo que había hecho Steven era un acto de purificación por todos los errores que ha tenido con Lapis, el sacrificarse por toda la vida en la Tierra y por la paz de una vez por todas teniendo tan presente que ella esté bien era algo que a lo mejor la haría enamorarse aún más de él, si tan solo él pueda corresponderle.

Fue en ese momento que recordó que hace meses había efectivamente ido a Homeworld volando, cuando salió del espejo y se fue a su planeta, podía a lo mejor ir con él y que pueda darle todo el amor que le faltó darle cuando eran novios, y la verdad era que lo consideraba tan fuertemente que más de una vez salió al campo abierto a ver que tan lejos podía estar, pero ya que tenía todo el tiempo del mundo por fin se decidió a ir, aunque no lo podía hacer avisandoles a las demás porque no le perdonarían que se haya ido otra gema tan importante en la vida de las demás, sería demasiado cruel.

¿Era acaso más importante su amor por Steven que el bienestar de las gemas que quedaban en la Tierra? En especial por Peridot. Pero aún la duda estaba en el aire, junto con ella cuando despegó, pero antes de eso dejó una carta a Peridot, una carta de despedida.

(+18) El Corazón De Lapis LazuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora