Capitulo 29 Nuestra hacienda

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Narrador Universal:

Ruggero toma la mano de Karol y sonríe. Todos estaban abordando el avión que los llevaría a recuperar  lo que les pertenece, la hacienda que tanto esfuerzo les había costado estaba a punto de regresar a sus manos, ya tenían todo arreglado. Ernesto Sevilla pagaría muy caro, Marianella tenía todas las pruebas necesarias para encarcelarlo, esta vez no había vuelta atrás.

Rugge: ¡Bienvenida a Navarro querida suegra! –Dice animado mientras baja del auto. Ya habían llegado a su destino, solo faltaba llegar hasta la hacienda y todo esto acabaría.

Marianella: Hace tantos años que no venia a este lugar. –Suspira y observa todo a su alrededor.

Mike: Pues aquí esta de nuevo, y esta vez para quedarse, ¿Si o no compadre? –Sonríe mientras se recuesta en el hombro de su primo.

Agus: Pues claro que si, además nosotros vamos a estar también. –Asiente animado.

Rugge: Aquí vamos eh, ahre. –Alza ambas cejas. Karol niega riendo.

Vale: Se siente bien volver, solo que es raro todo esto, Ernesto ira a la cárcel. –Michael toma su mano y la abraza.

Karol: El tiene que pagar hermana, nos hizo mucho daño, todo llega a su fin. –Suspira y toma sus lentes de sol para ponérselos.

Caro: Mejor vamos, mientras más rápido salgamos de esto, mucho mejor. –Toma la mano de su esposo y avanza.

Rugge: ¿Lista mi Ángel? –Le susurra mientras la toma de la mano. Karol suspira y asiente.

Karol: Si, estoy lista. –Apreta su mano y avanzan. Los demás imitaron su acción y se dispusieron a caminar hasta la hacienda, Marianella llevaba a sus guardaespaldas, no le dejaría el camino fácil a Ernesto, sabía muy bien que Ernesto no se quedaría de brazos cruzados y obvio atacaría. Llegaron a la hacienda, Marianella fue la primera en dar un paso a adelante.

Marianella: Primero entró yo, ustedes se quedan aquí con Antonella y mis hombres. –Ordena. Karol, Valentina y Carolina niegan.

Caro: Nosotras vamos contigo mamá...

Vale: Si, no podemos dejarte sola mami...

Karol: Ernesto puede intentar cualquier cosa. –Dice frustrada.

Marianella: Tranquilas mis niñas, ustedes no se preocupen, Ernesto no me hará nada, no mientras tenga a mis hombres conmigo. –Sonríe para darle tranquilidad a sus hijas.

Agus: Vaya tranquila, nosotros nos encargamos. –Asiente mientras abraza a su esposa por los hombros.

Marianella: Es hora. –Dice decidida y entra.

{...}

Ernesto: ¿Nada, fuentes? –Pregunta serio y su guardaespaldas niega.

Fuentes: No señor, ni hay ni una señal de sus hijas por ningún lado. –Bajo el rostro. Ernesto golpea con su puño el escritorio.

Ernesto: ¡Esas perras no pueden escaparse! ¡Y mucho menos con esos  muertos de hambre! –Grita furioso. __No se como vas a hacer fuentes, pero a esas perras las consigues porque si. –Dice entre dientes.

Fuentes: Señor son sus hijas, no debería referirse a ellas así. –Dice temeroso. Ernesto alza una ceja y lo mira molesto.

Ernesto: ¿¡Estas cuestionandome!? ¡Son unas perras! ¡Unas hijas de puta que no sirven para nada! –Grita más que furioso.

Marianella: Por lo menos sirven más que tu. –Dice seria mientras entra en el despacho. Ernesto abre sus ojos más que sorprendido y retrocede. Esto no puede ser, es imposible pensó Ernesto en ese momento.

Ernesto: ¿Tu? Tu... Estas...

Marianella: ¿Muerta? –Interrumpe con una sonrisa irónica. __Pues no querido Ernesto, estoy más viva que nunca, y vine a cobrarte todo lo que me hiciste a mi y a mis hijas. –Habla firme. Ernesto niega un poco asustado y le hace una seña a su guardaespaldas para que lo proteja. __Ni se te ocurra mover un dedo fuentes, esto es entre este infeliz y yo, entre este ladrón asesino y yo. –Da un paso al frente.

Ernesto: Tu no vas a quitarme lo que tanto esfuerzo me ha costado Marianella. –Dice serio y Marianella ríe.

Marianella: ¿Tanto esfuerzo? ¿Cual esfuerzo? No eres más que vil ladrón, un imbécil que maltrata a las mujeres solo para demostrar que es más hombre que cualquiera, pues te diré algo, hasta aquí llegó tu juego, se acabó Ernesto, estas acabado. –Sentencia.

Ernesto: Eso nunca, primero muerto maldita zorra. –Toma el arma que se encuentra a su par y apunta a Marianella. __Si para ser libre te tengo que volver a matar pues así será, fuentes sígueme. –Ordena.

Fuentes: Lo siento señor, pero en esta no lo apoyo, usted tiene que pagar todo lo que hizo. –Dice serio.

Ernesto: ¡Muevete te digo! –Grita furioso.

Marianella: No tienes escapatoria Ernesto, es mejor que te entregues. –Dice tranquila. Ernesto ríe.

Ernesto: Estas completamente loca si piensas que yo te voy a poner el camino fácil, eso jamás. –Ríe y sale del despacho apuntando a todos. __Con que aquí están perras. –Sonríe viendo a sus hijas. __A ver a quien mató primero, veamos, Valentina Lucía, no tu no, eres una imbécil pero no. –Ríe mientras la apunta con el arma. Todos estaban en shock, ver a Ernesto en ese estado es algo nuevo para ellos, los guardaespaldas de Marianella estaban alertas, inclusive el hombre de Ernesto quien lo había dejado solo en esto. __A ver Karol Marianella, a ti claro que te voy a matar, tu eres la que más dolores de cabeza me ha dado, metiendo las narices donde no debe, tan estúpida igual que tu madre. –La apunta y Ruggero da un paso hasta ella. __Creo que mejor empezaré contigo Carolina Isabella, tu que me desafiaste casandote con el muerto de hambre de Bernasconi, tu me las vas a pagar. –Apunta a Agustín y Carolina se tensa.

Caro: ¡Papá! –Grita y se pone en frente de el. __Papá por favor espera, escucha no hagas esto, entregate por tu bien por favor. –Dice desesperada.
Ernesto: ¿Por mi bien? Por favor Carolina, no hagas que me ría, no seas estúpida querida hija...

Vale: Papá por favor, deten esto ya, esta es Nuestra hacienda date cuenta por Dios. –Dice frustrada.

Karol: No importa lo que hayas hecho, hablemos papá, vuelve hacer el de antes por favor. –Suplica.

Ernesto: Eso jamás, ustedes son la desgracia más grande que he tenido en mi vida, incluyendolos a ustedes. –Apunta a Ruggero y Agustín. Michael se encontraba detrás de el, acercándose poco a poco para detenerlo, mientras las chicas lo distraen. __¿Donde esta el otro? El imbécil que se la da de bonito. –Alza una ceja y apunta a todos lados. Un pequeño ruido hace que Ernesto se ponga alerta, voltea y sin pensarlo dispara.

Vale: ¡Noooo! –Grita horrorizada.

Michael había caído.








































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Solo Para Ti 1 Solo Para Mi SPT 2 Disponible En NovelameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora