Mezclando materias

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Tarde, tarde, siempre tarde.

¿Es que alguna vez el tiempo podría ser su aliado? ¿a caso su destino era llegar tarde los primeros días de clase por la eternidad? Por lo general, siempre era muy puntual e incluso algunas veces era el primero en llegar pero como de costumbre y curiosamente siempre llegaba tarde los primeros días de escuela como una especie de maldición donde su alarma veía inecesaria su precencia en un día tan importante como ese y sus hermanos no se tomaba la molestia de despertarlo.

Corría lo más rápido que sus piernas le permitían tanto que estuvo a punto de chocar con un chico que por suerte solamente causó que sus libros cayeran al suelo.

—¡Lo siento! —alcanzó a gritar pues no tenía tiempo de ser buena persona así que no se quedó a escuchar su respuesta ni a ayudarlo.

Giró en una esquina y se internó en su aula donde por suerte su profesor aún no entraba por lo que corrió directamente a su asiento donde su mejor amigo lo miraba divertido.

—¿Todo bien Kardia?—sonrió burlón mientras tomaba suficiente aire para poder responderle.

—Mi... alarma... no sonó—apenas podía respirar pues había corrido al rededor de dos kilómetros desde su hogar hasta el campus de la universidad mientras que el cangrejo lo veía con burla para después soltar una carcajada.

—Nunca cambias bicho, primer día siempre tarde desde que te conozco—Manigoldo se acomodó en su asiento cuando Kardia le sonrió.

Ciertamente, gracias a la maldición del heleno, habían comenzado su amistad pues el primer día de la primaria Kardia había llegado tarde y a pesar de que su padre Escarlate había sido un sargento del escuadrón militar del país por lo que las reglas de puntualidad estaban muy bien establecidas en su familia pero ese día toda la disciplina de llegar temprano había sido violada por el que la había establecido porque su padre se quedó dormido cual tronco en su habitación provocando que su alborotado bichito llegara tarde al inicio de clases y que lo sentaran junto al imperactivo y gruñón cangrejo forjando así una bella amistad con el paso de los días.

—Una cosa más...—el cangrejo le susurró mientras el profesor entraba —Tienes la camisa al revés.

Kardia se miró afirmando con la vista lo que su compañero le había dicho, soltando un bufido de frustración.

—Buenos días, estudiantes— saludó con cortesía aquél profesor que había impartido la misma clase el cuatrimestre pasado, fijó su mirada en Kardia. —Señor Antares, al parecer no llegó tarde hoy pero su alarma le jugó una mala pasada ¿no es así?

Se burló un poco provocando la risa colectiva de sus compañeros y su ligero sonrojo.

—Como sea... Bienvenidos al sexto cuatrimestre de Metodología de la Investigación antes de todo, quiero informarles que en este periodo compartiremos clase con lo estudiantes de Antropología y con los de Letras.

Era una total estupidez ¿Qué demonios tenía que ver las ciencias sociales con la metodología?

—Disculpe, profesor— Manigoldo levantó la mano —¿No le parece que no habrá mucha relación entre los presumidos de ciencias sociales y nosotros?

Varios chicos asintieron con la cabeza mostrando su apoyo hacía la hipótesis del cangrejo mas el profesor negó con la cabeza de nuevo.

—Me parece que no somos tan diferentes, los chicos de Antropología también estudian el medio y los de Letras van a ayudarlos a redactar correctamente.— les sonrió con superioridad y se paró de su asiento dirigiéndose a la puerta. —En fin, voy a presentarles a sus compañeros.

Tratando de ser "cool" (multipareja)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora