Amenaza y Curiosidad

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La tarde se les pasó volando entre risas y conversaciones llenas de entusiasmo, risas y unos cuantos debates de opiniones por parte de los chicos.

Degel estaba encantado con la forma en la que Kardia rebatía cada uno de sus argumentos hablando del existencialismo mientras que el internamente le agradecía inmensamente a Camus por explicarle cada punto de esta corriente filosófica y desmenuzando poco a poco se adentraban en temas muy interesantes que ambos dudaban que a la gente normal le gustara hablar en su primer encuentro.

Por otro lado, el estómago de Albafica estaba a punto de reventar de risa por las divertidas anécdotas del cangrejo a quien se le iluminaban los ojos cada que escuchaba la armoniosa risa del pececillo. Ya le había contado de cuando su padre le obligó a ayudarle a reparar el techo y terminó siendo perseguido por una ardilla furiosa o aquella vez con la cabra de su tío Hakurei le quiso empujar con los cuernos a mitad de la sala y salió volando hasta donde estaba el pobre de Shion que terminó con la cara estrellada en el pastel que llevaba en las manos.

Los únicos que parecían no compartir el buen rato que se estaban pasando eran el bicho mayor, quien tenía la mirada perdida en su adorada copia de Matar a un ruiseñor  y el castaño al lado suyo que solamente manoseaba el trozo de pizza sobrante, valorando si tenía espacio suficiente para comerla y analizando cada una de las facciones del que consideraba su peor pesadilla, de verdad quería saber que se traía entre manos pero no se atrevía a preguntárselo con ellos enfrente.

—Si no vas a comértelo, deja de jugar con ella.— Krest esperó a que levantara la mirada para poder retarlo a que lo dijera de nuevo mas eso nunca ocurrió pues como si no hubiera dicho nada Zaphiri no volvió a hablar y mucho menos se dignó a levantar la mirada. 

El azabache miró su reloj y cerró su libro para después girar la mirada a los chicos, ignorando por completo a Krest que estaba comenzando a hartarse de esto.

—Bueno chicos, ha sido un verdadero placer conocerlos pero debemos retirarnos para nuestra hora diaria de tortura ¿no es así, Krest?—¿Qué demonios le pasaba a este tipo? Primero lo trata como si fueran amigos de toda la vida y luego volvía a usar su dura indiferencia con él. Casi robóticamente asintió con la cabeza y se paró del asiento.

—Nos retiramos, ustedes dos— señaló a sus cómplices —No lleguen tarde o me matarán a mí.

Con esa última frase y un coqueto guiño, se dirigió caminando a la puerta y Krest lo siguió por pura inercia susurrando un "gracias" ganándose las miradas de curiosidad de sus acompañantes originales y ambos chicos que los acompañaban.

—¿Él está bien?— Manigoldo percibió el extraño comportamiento del cubo y no dudo en preguntarle a sus acompañantes.

—La verdad no estoy seguro... pero supongo que no es nada.— Degel trató de evitar que se dieran cuenta de lo obvio que su hermano había parecido al seguir a su compañero como si estuviera hipnotizado por su piel canela y encogió los hombros restandole  importancia al tema.

—Oigan chicos, puede que esto vaya a sonar bastante atrevido y más por que es la primera vez que hablamos pero... ¿les gustaría salir el sábado?— internamente Albafica rezaba por no sonar muy psicópata y casi cruzando los dedos por detrás esperó su respuesta.

Degel solamente desvió la mirada y se ruborizó un poco pero los peliazules estaban lejos de pensar en ellos como unos desesperados pues la misma propuesta la tenían en la punta de la lengua solamente que se les habían adelantado a decirla.

—Nos encantaría, claro.— los chicos no pudieron evitar sonreír y procedieron a continuar con su animada tarde.

—¿A dónde les gustaría ir? Conocemos un lugar donde venden los mejores Gyros de toda Grecia.—Kardia no tardó en exponer sus opciones para salir, no dejaría ir esta oportunidad por nada del mundo.


¿Qué mejor cosa podían pedir que pasar la tarde completa y programar una cita con sus dos amores platónicos?


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—AGH! Se puede saber ¿Qué diablos fue eso?— el cubo trataba de ir al mismo paso que su compañero pero sus piernitas le impedían conseguir dicho propósito.

—Sé más especifico enano, muchas cosas pasaron allá dentro.—la sonrisa traviesa de Zaphiri lo confundió un poco y corrió para poder alcanzarlo.

—Me refiero a esa amabilidad espontánea hacia mí ymis chicos ¿por qué tanto interés en que nos sentaramos con ustedes? ¿acaso... ¿acaso te gusto?— el cubo trató de burlarse de la situación pero todo rastro de diversión se esfumó de su rostro cuando vio la mirada severa del bicho.

—Je, ya quisieras— levantó la vista hacia el cielo y caminó con más velocidad —No lo hice por tí, recuerda que el mundo gira al rededor del sol y no de tí, me decepcionas enano pensaba que no tenías tan inflado el ego.

Krest bufó con molestia pero no dijo nada más en su trayecto, hasta que llegaron a la puerta del campus de la universidad donde la duda empezó a carcomerlo por dentro.

—Entonces... ¿Po... ¿Por qué lo hiciste?

El bicho soltó una ligera risa burlona.

—Para ser el número uno de la clase, eres demasiado lento— Zaphiri acortó un poco sus pasos para que su compañero pudiera ir a su ritmo —Decidí ayudar a mis casanovas, después de haber tenido un día de perros se merecían algo de ilusión.

El galo frunció el ceño ¿Esos chicos tenían los ojos puestos en sus bebés? ¿Ese par de vagabundos buenos para nada? Oh no, claro que no. ¡Sobre su cadáver! Ninguno de esos rufianes iba a enredarse con sus pequeños.

—¿Esos payasos quieren algo con mis chicos?— furioso recalcó el adjetivo posesivo "mis" pero todo su teatro se vino abajo cuando el moreno lo tomó por los hombros y lo obligó a perderse en las obsidianas penetrantes que tenía por ojos, intimidandolo un poco.

—Escúchame bien Krest, esos "payasos"— simuló las comillas con sus dedos, su nombre sonaba distinto en los labios del moreno algo que le puso la piel de gallina — los críe yo mismo a cuestas de tardes de juegos y ociosidad y te aseguro que son muchísimo más de lo que parecen porque cada uno de esos dos chicos tienen mucho más IQque tú y yo juntos, son lo mejor que tus chicos pueden desear porque no tienen la cabeza en los bíceps, ni se la pasan viendo quien tiene el mejor culo de esta maldita institución son personas decentes que su primer principio es el respeto; es un milagro que se hayan propuesto llegar a algo con ellos porque para ser sinceros comenzamos a pensar que eran asexuales, así que... en lugar de juzgar a las personas por su apariencia, dedicate a sentir un poco de empatía y conocerlas o atente a las consecuencias de hablar mal de esos dos con una persona que tiene un padre con un entrenamiento de soldado.

Sin decir nada más se giró para darle la espalda completamente molesto, dejando a Krest sin habla, petrificado y algo asustado.


Lo mejor era no volver a mencionar el tema, ya averiguaría si ese par era tan bueno como para defenderlos de esa forma.



Tratando de ser "cool" (multipareja)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora