Fangirl

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—Gracias por la cena, estuvo delicioso.

—Je, gracias a tí por acompañarme.— Milo se acercó poco a poco a su rostro hasta dejar un tierno beso en su mejilla que inmediatamente se volvió del color de su cabello. —Ha sido una maravillosa velada, nos vemos luego.

Con una gran sonrisa y un coqueto guiño se alejó de la puerta apresuradamente para que no escuchara el grito de emoción que soltó al doblar la esquina mientras que Camus corrió a la habitación de Shun importándole poco que fuera casi la una de la mañana, cerró la puerta con cuidado y se acercó a la pequeña bolita que estaba enfundada en cobijas hasta el cuello.

—¡Despierta, despierta, despierta Shun!— le dio varias palmadas en la espalda mientras le gritaba en un susurro pero el castaño únicamente le dio unos murmullos incomprensibles y se tapó la cara con la cobija. —No vas a creer esto... ¡Salí con el tipo del supermercado!

—¡¿Qué?!— rápidamente se quitó las cobijas de la cara y le hizo un espacio a su hermano para que se sentara. —Hubieras empezado por ahí Cam, ahora... cuéntamelo todo.

—Bueno, fui por las cosas de la casa y cuando iba a salir de la caja me preguntó mi nombre y si estaba libre esta noche y yo le dije que sí, solamente que vendría a casa a dejar las cosas y luego regresaba pero se ofreció a acompañarme y fue tan lindo porque me tomó de la mano en todo el camino.— el color carmín regresó a la cara de Camus, a veces Shun no entendía como podía pasar de ser indiferente a esta faceta de adolescente loca.

—¿Pa... pasó algo cuando llegaron aquí?

—Afortunadamente solo estaba Papá cuando llegamos y aunque al principio percibí su típica aura asesina Milo logró controlar la situación e incluso ¡lo hizo reír!

—No te pases ¿En serio?— Shun se sentó de golpe y cruzó las piernas mientras veía a Camus asombrado.

—Te lo juro, ¡hasta lo invitó a comer algún día!— el brillo en los ojos del pelirrojo le provocaron una sonrisa al menor: hace tiempo que no se le veía con ese resplandor.

—Bueno ¿Y cómo les fue en la cita?

—Ah! fue tan hermoso todo: me llevó a un precioso local decorado al estilo indie con varios póster de bandas y películas, comimos la mejor lasaña que he probado, supera por mucho a la del abuelo García; por algún motivo me es demasiado fácil hablar con él, me contó que tiene 3 medios hermanos, trabaja en el supermercado toda la semana, esta a punto de terminar la preparatoria y quiere estudiar ingeniería mecánica, también ayuda a su mejor amigo en el taller de su hermano en sus tiempos libres— miró a Shun por un momento que lo veía con la atención que debería poner en clase y prosiguió.—Luego paseamos por el pequeño parque del centro donde me compró un helado y después me preguntó si tenía novio.

—Vaya, directo al grano.

—Cállate, al principio me avergoncé un poco y dijo que era una broma pero aún así le contesté y ¿Sabes lo que dijo?— el menor negó con la cabeza. —Que era demasiado lindo para estar soltero.

—¡Oh dios! ¿No se asustó cuando le dijiste que tú ya estabas en primer año de la universidad?

—Se sorprendió un poco pero no le importó en lo absoluto.

—¡Wow! supongo que sí le interesas.

—¡Lo sé! Yo creo que sí me ando casando Shun.—el castaño rió con fuerza y le lanzó la almohada en la cabeza.

—Cálmate Cam, eso pasará hasta que sobreviva a las fieras que tenemos como familia 

—Ya tiene a Papá en la bolsa solo...

Un fuerte ruido los interrumpió de su amena platica, Camus solo meneó la cabeza y se acercó con sigilo a la puerta, le hizo un gesto a Shun para que guardara silencio y lo siguiente que pasó fue que Zaphiri y Kardia estaban tirados en la habitación uno sobre el otro.

—Así que... ¿Milo, eh?

Kardia le sonrió divertido y Zaphiri soltó una carcajada mientras que Camus solo negaba con la cabeza.


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Asmita soltó un gruñido de molestia.

Su semana había sido del asco:

Primero su pequeño incidente de la cámara donde Albafica hasta se había arrodillado para pedirle perdón cosa que desde luego aprovechó y el peliceleste tuvo que ser su guía por todo el tiempo que estuvo ciego cosa que al parecer le dejó secuelas ya que a veces se le nublaba la vista y chocaba con la gente, luego en uno de sus incidentes de torpeza fue a dar contra un poste de la entrada donde casi se le rompe la nariz y para rematar estaban sus indeseables ganas de acercase a aquél gemelo de sonrisa salvaje.

Pero no quería que creyera que tenía algún interés más allá del fraternal por él porque solamente le gustara de su labia y humor... diablos, ya estaba hablando como sus compañeros de piso.

Y ahí va de nuevo esa molesta niebla delante de sus ojos que le impedía caminar bien, se talló un poco para poder liberarse pero estaba tan enfrascado en su tarea que no se dio cuenta que alguien venía hacia él, hasta que el otro chico le golpeó el brazo causando que sus libros se cayeran al suelo.

—¡Auch! Demonios ¡Fíjate por donde vas!

—¡Tú fuiste el que se estrelló conmigo, zopenco!

Furioso, se agachó a recoger sus cosas ni siquiera sin disculparse con el idiota que no sabía caminar.

—Oye... ¿Estás bien?— levantó la vista para responderle como se debía a su tan inteligente pregunta pero al ver de quien se trataba sus palabras murieron en su boca, delante de él estaba el chico que confundió con Deuteros, su gemelo. —Parece que ese chico estaba demasiado ocupado para ayudarte así que me ofrecí en su ausencia.

—Gra...gracias.— tomó el libro que le extendía para luego levantarse con un ligero sonrojo en sus mejillas, giró sobre sus talones y se fue rápidamente de ahí, por alguna razón ese peliazul lo ponía nervioso tanto que deseaba que la tierra lo tragara cuando le hablaba: esa mirada tan indescifrable le causaba un extraño revuelo en su estómago, no eran como las típicas mariposas que indicaban cuando alguien te gusta, era como un aviso de mantenerse lejos como si estuviera retándolo con la mirada.

—Si sigues así vas a tropezar en algún lado.

Giró la cabeza para encontrarse con aquella sonrisa salvaje y esos ojos tan vivos que sentía que le desnudaban el alma, le soltó un gruñido de fastidio.

—No necesito una niñera Deuteros, sé cuidarme solo.— el moreno solamente le dio una sonrisa divertida.

—Oh claro que sí, eres demasiado hábil con esa boca cuando de ofender se trata.— le dio la espalda para irse caminando mientras soltaba una risilla.

—¡Ya te dije que lo sentía!




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  Holaaa! ❤

¿Cómo están? Espero que bien c:

Bueno, aquí están los detalles de la cita de Camus y Milo 7u7 pensé que no sería justo dejarles con la duda de su salida así que... aquí tienen :3

Gracias por leer, Los quiero.

Bye ❤

Tratando de ser "cool" (multipareja)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora