C A P Í T U L O | 04

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Capítulo 4: idiota debería ser mi segundo nombre.

Ewan Walker

10 de nov. 2015

Cuando llegue a la zona donde vivo, me fuí a la casa de la pequeña que me tiene flechado desde el momento que me invito a comer de su helado. Ingenua de la pequeña Mérida al pensar que sus padres la querian.

Idiota de mi al pensar igual que la pequeña.

Hasta hace poco que me puse investigar la vida de la familia Garrelson; el lunes justo me la pase hasta la media noche investigando los suspuestos padres de la pequeña. Sin embargo me lleve la sorpresa que sus padres no eran ellos y que habían sido asesinados cruelmente en una fabrica hace cinco meses.

Con el corazón latiendome a mil. La busca todo el dia de ayer, desesperadamente habia entrado con los guardespaldas del idiota de mi padre a la casa de la pequeña.

Al entrar no habia nadie.

La casa estaba como si hubieran robado, las cosas tiradas, todo completamente de cabezas. Pero ayer a media noche tuve la dicha de encontrarla a cinco kilometros de donde vive.

Mérida la dulce niña que llevaba siempre una sonrisa, hoy no la tenia. Y podia observarla que aquellos ojos que me dislumbraron ya no tiene ese brillo especial.

En este momento la estoy llevando en mi auto a la casa de mis abuelos. La miro atravez del espejo restrovisor y no puedo evitar dirijir mi mirada hacia la derecha de la pequeña Mérida; está una jovén en completo silencio y con la mirada clavada en la pequeña.

Soy tan distraido que no me di cuenta de su presencia. Lleva el cabello de color, por estar preocupado en Mérida no me di cuenta que estaba acompañada con alguien más.

Un poco molesto conmigo mismo, le digo:

-Disculpa -le hablo y ella me mira a través del espejo -No te habia visto antes - farfullo confuso - ¿Qué eres de Mérida?.

La desconocida vuelve la mirada a Mérida -que ya esta dormida- y yo por breves segundo dirijo la mirada a la carretera, doblo una curva de la carretera y dirijo la mirada al retrovisor para volver a mirar a la desconocida.

- Nada -responde en fránces con simpleza. Tras decir esa simple palabra quedo estupefacto, no puedo permitir que personas que desconozco se acerquen a Mérida, es una niña que ha sufrido mucho en tan poco tiempo.

¡Joder!

Que demonios, deje que entrara una desconocida a mi auto. Porque en estos momentos no reacciono a tiempo. ¡Maldición! Puede ser una psicópata..

Me cago en la mierda.

Giro el volante hacia la derecha de la carretera y estaciono el auto. La vuelvo a mirar y observo como frunce el ceño.

-Baja, debemos hablar -le hablo con el tono de voz calmada porque debo recordar que Mérida esta durmiendo, aunque después no puedo evitar hacer rechinar mis dientes.

Abro la puerta y me bajo para luego cerrar la puerta. Observo que la desconocida se baja por el otro lado asi que vordeo el auto y le agarro del brazo sin lastimarla.

La hago detenerse y la pongo delante de mi para poder hablarle y que escuche bien lo que tengo que decirle. Sin embargo cuando me mira, no se que ocurre conmigo. Porque me quedo sin habla o creo que se me safo un cable de mi cerebro que no puedo controlar mi cuerpo.

¡Bendita sea esa mirada que tiene!

Tiene unos impresionantes ojos azules, son los ojos azules mas oscuro que observe en mi atormentada vida. Parpadeo confundido por mi forma de actuar, no debo dislumbrarme tanto por una chica. Porque estoy en una especie de relacion con Zoe y debo respetar aunque ella no lo haga.

No puedo evitar cumplir la promesa silenciosa que me hice.

- ¿Sucede algo? -cuestiona en un intento de hablar inglés que le sale un poco chistoso haciendo que haga una sonrisa. No entiendo porque no habla mi idioma correctamente si en Francia el inglés es igual hablado fluidamente.

Borro la sonrisa y carraspeo.

- Si, sucede algo -volviendo a mi estado de enfado le digo en fránces. Ya que al parecer no entiende algunas palabras del inglés.

- Si.. ¿Qué sucede? -esta vez habla en el idioma que le hable y frunce el ceño.

- Quiero saber.. ¿Por qué te colaste en mi auto? sino eres nada de Mérida.

Observo duda en sus ojos pero al final habla.

-Porque ella vino hacia mi -no me sorprende, Mérida es asi de extrovertida a pesar de su corta edad.

- Si.. -La suelto y hago señas con mi mano -Sin embargo no es razon para que te subas a mi auto. -Seguimos hablando en fránces, porque puedo notar que ella no habla fluidamente el ingles.

-Es verdad -dice descaradamente.

-Ni siquiera pediste permiso o me hablaste para que te acerque a tu casa. -murmuro frunciendo mas el ceño y molesto conmigo mismo porque estoy perdiendo mi valioso tiempo de llevar a Mérida donde mis abuelos.

La desconocida entre abre los labios pero antes que hable la interrumpo levantando mi mano a la altura de su rostro.

- Sabes.. Mejor dejalo ahí -me devuelvo y me dirijo al auto -Sube - le hago seña para que lo haga y por supuesto lo hace aunque sospecho que lo haria de cualquier forma.

Luego tendre tiempo de hablar seriamente con la francesa descarada.

Sin perder más el tiempo enciendo el auto y arranco rumbo al nuevo hogar de Mérida.

- Y.. -escucho que empieza hablar la francesa, pense que se iba a quedar callada. ¡Agh! -¿Cuál es tu nombre?.

Hago una mueca de fastidio y por un segundo cierro los ojos.

Lo ultimo que faltaba es que venga una completa desconocida y pregunte mi nombre. Mis padres en un tiempo me dijeron que no debo decirle mi nombre a desconocidos sea hombre o mujer.

De acuerdo en ese tiempo pense que era una mierda. Yo como el ingenuo niño idiota que era, aunque es entendible por la edad que tenía y por los sucesos horribles que ocurrieron en ese tiempo.

Pero al parecer sigo actuando de idiota.

Me empezaron a decir que no confíe en desconocidos cuando: cada vez que pasaba personas por la acera de mi casa, yo corria como lunático y le decia: Hola soy Ewan ¿me das un dulce?.

Todos me ignoraban pero una mujer se detuvo y me lo dio. Me llevo a su casa -que por cierto quedaba lejos de mi casa- y me tuvo ahí durante siete días sin comer.

Genial ¿no?. Fueron los peores días de mi vida. El impresionante conductor de las carreras wheels on tracks fue secuestrado por una mujer.

La desconocida me saca de los turbios pensamientos sacudo ligeramente la cabeza.

- Eh Beau -mis comisuras se elevan un poco

- No te dare mi nombre y ya dejalo estar - digo y no le doy importancia a lo que me dice después.

Escucho como bufa. Sin tener mas que decir me concentro en conducir lo que resta del camino.

PARAMNESIA +18  |  ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora