C A P Í T U L O | 33

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Capítulo 33: engaño

Lorraine Grifin

30 enero de 2016.

Siete días que no sé nada de Ewan, lo único que supe por una enfermera el día que me internaron fue que hablo con un socio a cargo del hospital y le prohibieron la entrada. No supe la razón. El día de ayer tuve un ataque de pánico y se me dificultó el respirar, así que hoy tengo una máscara de oxígeno, el cual me estorba. Me lo quito con el brazo sano que tengo. Inhaló y exhaló con normalidad.

Abren la puerta de la habitación y me asusto pensando que pueda ser Masón, mi respiración se pierde por un instante así que la enfermera que había entrado me ayuda a ponerme la mascarilla de oxígeno.

-Tranquilicese, no le haré daño.-dice, y asiento sin quitar la mirada de la puerta. Estoy tan paranoica desde que los ví ese día, no logro entender nada de lo que pasa en mi vida, hay tantas cosas sin sorprender.

He quedado tan destrozada que ya no se quiero un futuro. Estaba tan bien hace una semana e incluso estaba trabajando para Ewan. El último día que lo ví, toda mi vida volvió a dar un giro, estoy con anemia, tengo una herida en el brazo y puede que no vuelva a usar fuerza o algún movimiento brusco.

Me siento tan sola, no tengo amigos, los que tenían en Francia no eran amigos, me usaban de alguna u otra manera. Hace seis años mi vida cambio por completo, mi mundo se oscureció.

-¿Señorita Lorraine?-tocan mi brazo, me sobresalto y miro a la enfermera que se había quedado en la habitación, pensé que había ido.

-¿Que sucede?-logro decir a través de la mascarilla. Ella me da un pañuelo de color celeste, lo sostengo entre mis dedos.

-Borre esas lágrimas que nadie las merece.-dice y sin más se marcha de la habitación, no me había dado cuenta que estaba llorando. Me limpio el rostro.

Escucho un zumbido en la habitación, como una vibración. Observo a mi alrededor y miro en el mesón blanco de mi lado derecho un teléfono. Me siento como puedo y lo sostengo, vuelve a vibrar, dice llamada entrante número desconocido.

¿Por qué lo habrá dejado la enfermera?

Nadie olvida un teléfono, ahora esos aparatos tecnológicos lo cuidan como algo preciado. Ganándole lo curiosa que soy deslizó mi dedo en el botón verde. Me lo llevo al oído y dejo que hablen primero.

-¿Hola? -una voz gruesa y ronca se escucha. -¿Lorraine?

-¿Quién es?-frunzo el ceño.

-Soy Ewan-dice y se me acelera el corazón, tanto tiempo sin escuchar su voz. -escucha, solo llame para decirte que mañana te sacaré de ese hospital y te llevaré a otro con mejores especialistas.

-No es necesario, estoy bien aquí.-no quiero que gaste en mi, aunque seguro ya ha pagado todo antes de consultarme, porque solo me está informando.

-Me alegro que estés bien ahí, pero yo no puedo ir a visitarte.-dice y el cardiograma hace pitidos ruidosos ya que mi corazón late desbocado. Con esas pequeñas cosas que dice, ya me tiene loca por él. Cuando solo hablo o pienso en Ewan me olvidó de mis problemas.

Me olvidó de que tengo una vida de mierda, y de que mi pesadilla cada día se hace realidad.

-Estoy cansada, te espero mañana. -es lo único que digo. Presionó el botón rojo, colgando la llamada.

Dejo el teléfono en el mueble y apoyo mi cabeza en la almohada, cierro los ojos y pienso como sería mi vida si yo no hubiera ido aquel día a la cabaña. Fue tan horrible que solo logro evocar el tacto de hombres palpando mi cuerpo. No sé de qué manera purificar mi cuerpo y mi mente, todo en mi está dañado.

Durante años hice cosas malas de la cuáles me arrepiento, pero nada justifica lo que hicieron conmigo. Abro los ojos al sentir otra presencia en la habitación. No hay nadie, solo estoy paranoica. Cuento del uno al treinta y uno, es mi forma de relajarme.

-Sigues haciendo eso, sabiendo que no te funciona.-dicen en algún lado de la habitación, esa voz nunca me la olvidaría. Sonrei al ver quién se encuentra en la habitación.-Tanto tiempo sin verte, muñequita.

Otra vez estoy imaginando a Josh, como hace siete días atrás. Cuando Masson logró sacarme del hospital.

-No eres real.-digo negando con mi cabeza.

Sonríe y mira el techo.-Soy tan real, como hace ocho meses atrás.-mis manos se vuelven frías.

¿Qué?

Debe ser una puta broma de mal gusto, prefiero imaginarlo como era antes, no me gusta esto.

-¡No eres real!

-Lo soy, vine a buscarte para contarte todo lo que sucedió ese día.-dice y se acerca, niego con la cabeza.

-Mi mente me está jugando una mala pasada.-mi respiración se dificulta y me corazón late desbocado, pero esta vez de susto. -¡Te dispararon en el pecho!

-Si, lo sentí.-murmura y observo su intención de querer tocarme, alejo mi brazo.-me salve de puro milagro.

No le creo nada, su mirada no es la misma. Algo me dice que no confíe en él.

-Eres un maldito mentiroso.-digo con la voz quebrada, él acerca su rostro al mío.

-Sh, cariño.

-Vete, no quiero verte.-cierro los ojos y niego varias veces.-Estas muerto, los muertos no hablan.-escucho una carcajada, así que abro mi ojos. Él sigue aquí, pero ahora está Masson.

-Este muerto si habla.-dice mi peor pesadilla.-Ven con nosotros, Lorraine.-Masson se pone en el otro extremo de la camilla. Y me muestra su mano.

Jamás volvería con él, son la peor basura que existe en este mundo. No sé porque aún no me mata, varias veces intento hacerlo, pero luego curaba algunas heridas, para hacerme otras profundas.

-Primero muerta, antes que regresar contigo.-digo con voz audible.

-Grave error.-hace sonidos de negación.-sabes que tengo el poder y el dinero para que estés conmigo de nuevo.

Tragó saliva, tiene toda la razón. Pero antes de lanzarme por completo al abismo, quiero ver lo bonito de la vida.

-No me busques más yo regresaré contigo, solo dame unas semanas.-le digo a Masson, giro mis ojos al otro hombre que mira la escena.-buena actuación, me engañaste como una idiota.-le digo con enojo.

-Bien, dejaré que sigas disfrutando con ese corredor vinero, pero no tardes porque sabes las consecuencias.-es lo último que dice, antes de poner unas gafas oscuras y salir de la habitación.

-Nos veremos pronto, muñequita.

-Antes deseaba verte, ahora no quiero.-murmuro-Adios, Josh.

Me mira por última vez y se marcha de la habitación. Siento una presión enorme en el pecho que no me deja respirar, tocó el botón de urgencia. Antes que mi mente se vuelva un caos recordando todos los momentos junto a Josh, hasta llegar al día de su supuesta muerte. Llore y me lamente por alguien que me engaño de la forma más cruel. No sé quién es peor, Masson, Josh o mi madre. Estos días que vienen los estaré disfrutando, antes que la tormenta terminé de inundar mi vida.

Me quedo en blanco mirando la pared que está enfrente mío, siento como las lágrimas se deslizan por mis mejillas. Escucho murmullo a lo lejos, no reaccionó, mi mente trata de librarse de la tormenta, finalmente es vencida. Solo que no durará mucho igual que mi estadía aquí.

Siento un piquete en mi brazo, finalmente reacciono, mis ojos me pesan. Quedó dormida.

PARAMNESIA +18  |  ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora