Capítulo 28: caliente.Ewan Walker
01 enero de 2016
Ayer siento que fue el mejor día de todos. Empezemos con lo que paso con Lorraine, aún no puedo evitar pensar en ella, cuando fuí a buscarla su habitación nunca pense que ibamos a terminar follando, durante toda la tarde en todos los lugares de la habitación es tan adictiva, descubrí sus puntos débiles y ella igual los míos.
Inclúso me había olvidado por completo la cena familiar para resivir el nuevo año. Sino fuera que mire a través del ventanal que ya había oscurecido, húbiera estado durante más tiempo dentro de esas cuatro paredes junto a Lorraine. Después que salí, nadie dijo nada sobre si habían escuchado algún ruido raro -aúnque ambos tratamos de ser silenciosos-.
A las siete de la noche seguíamos esperando a mi padre junto a mi hermana de quince años, finalmente llegaron a las ocho mi padre junto a mi hermana. Me sentí aliviado al ver que no estaba mi madre -mi padre me dio una excusa nada creíble sobre por que no había venido-. En fin todos festejamos vestidos con ropa elegante de color blanco, agarrando cada uno de los presentes un copa de champán, excepto Mérida, ella tenía un vaso de plástico con soda. Hicimos brindis y continúamos bebiendo, esta vez con vino tinto. Esa noche Lorraine llevaba un vestido que le quedaba de maravilla que me dejo alucinando.
El día de hoy me desperte temprano, tumbado sobre mi cama mirando el techo mi habitación, analizando todo lo que es mi vida. Como también no dejo de recordar todo las sensaciones y los placeres que sentí, ni siquiera cuado lo hacía con Zoe llegaba a sentir esas increíbles sensaciones. No puedo evitar que mi mano se dezplase hacia abajo donde se encuentra mi erección.
Adentro mi mano, dentro de mi pantalon de pijama y dentro de mi boxer. Masajeo de arriba hacia abajo de mi falo mientras pienso en todo lo vivido de ayer, justo cuando estoy por llegar al climax escucho que alguien golpea mi puerta. Con un bufido dejo de tocarme, me levanto de la cama y me encamino al baño. Me lavo ambas manos con agua y jabón, me seco con una toalla que tengo colgada.
Salgo del baño, me encamino a la puerta y finalmente abro. Para mi sorpresa me encuentro con Kristel, mi pequeña hermana. Le sonrio y le doy pase para que entre. Cuando veo que tiene intención de sentarse en mi cama, le agarro de los hombros encaminandole para que se siente en el sofá. Ella lo hace confundida y yo le resto importancia.
Me siento a lado suyo y le pongo un mechón de su cabello que le tapaba un ojo. Sus ojos son increíbles no sé porque quiere esconder uno.
Cuando veo que tiene intención de reclamar por mi gesto, alzo una mano:-tus ojos son increíbles, pequeña. No debes ocultarle al mundo esos ojos.-le pellizco una mejilla en gesto cariñoso. Kristel es muy reservada, desde hace cinco años vive junto a mis padres y fue lo mejor que hicieron hasta hora. Mi hermana ha sufrido mucho durante diez años, así que ella es mi consentida. Es la luz de mis ojos, antes que Mérida. Pero ambas lo son.
-¿Sucede algo?-le pregungo cuando agacha la mirada.
-S-sí.-murmura. Aún le cuesta expresarse abiertamente, sin embargo sé que ella le pone el empeño por mejorar.
-Cúentame, soy todo oídos. -le guiño un ojo de forma juguetona para que entre en confianza. Kristel eleva sus comisuras.
-Bueno, yo..-juega con sus manos y lanza un suspiro.-Ewan, quiero entrar a un internado militar. -me dice, le miro sorprendido por un momento. Sin embargo me siento orgulloso de cualquier logro que quiera hacer.
-¿Sólo es eso?-le pregunto, ella asiente.-Yo te apoyaré en todo, pequeña. Si tú quieres ir a la luna, te consigo el cohete. -le apreto sus manos, me regala una sonrisa.-conmigo no tendrás problemas.
-Gracias Ewan. Te quiero hermano.-me abraza y le devuelvo el gesto.
-Te quiero mas, pequeña.-se separa de mi.-¿le has dicho a nuestros padres? -le pregunto. Kristel asiente y niega al mismo tiempo.
-Sólo le he dicho a papá, él dijo que iba apoyarme en todo.-lanzo un suspiro, por fin dice algo bueno.-Pero, con respecto a mamá, no le he dicho nada.-hago una mueca.
-¿Había reunión de hermanos y no fuí invitado? -pregunta Kwan desde el marco de la puerta, niego con la cabeza y le hago un gesto paraque entre. Se sienta en el otro lado de Kristel, le abraza por los hombros estrechandole entre sus brazos, ella hace una mueca. No le gusta.
Aparto a Kwan de ella, de un manotazo en la frente, me mira mal. Le miro peor:-Kristel me estaba diciendo que quiere entrar a un internado militar.-le informo. Él mira sorprendido a Kristel y ella le da una sonrisa de labios sellados.
-¿En serio?-asiento con la cabeza.-¡Es increíble! Te apoyaré en todo, peque.-le dice.-incluso hablaré con mamá para aligerar un poco la situación.-Kwan se lleva mejor con mamá, es su preferido. No me quejo de esa atención porque prefiero tenerla a miles de kilometros de distancia.
-Te agradezco Kwan.-le da un pequeño abrazo que dura tres segundos, no soportar mucho el contacto físico de otra persona.-A los dos de hecho, los quiero.-nos mira y nosotros le abrazamos por los hombros, soy el primero en alejarme. Me levanto y me estiro un poco, levantando ambos brazos.
-Me ha empezado a dar hambre.-les digo y ellos se levantan.-Bajemos a desayunar.-espero a que ellos salgan, cuando veo que bajan las gradas conversando, me desvió. Me paro delante de la puerta de la habitación donde duerme Lorraine. Ruego de que la puerta no este asegurada. Festejo en mi mente cuando cede la puerta.
Entro a la habitación y cierro la puerta, observo como duerme placidamente. Se me encoge el corazón al verla así, tan tranquila.
-Lorraine..
Le hablo en voz baja con la intención de despertarla, ella hace un sonido de: mmh. Me acerco para hablarle más cerca.
-Pelirroja, despierta.-le sacudo suavemente los hombros, observo como de a poco abre sus maravillosos ojos. Esa mirada azulada que me tiene loco.
-Es temprano. ¿Qué sucede? -murmura mientras se estira, haciendo levantar ligeramente su cuerpo. Se me viene un flashback de ayer, de ella en la misma posición.
-Nada, sólo que es hora de desayunar.
-le digo, abriendo las cortinas del ventanal.-¿Bajaras?-miro como se levanta con el cabello revuelto estilo salvaje.-Si, bajare.-dice y se encamina hacia el baño, antes de que entre le sostengo de la cintura acercandola a mi cuerpo.
-Antes que nada, un buenos días no hace mal.-le murmuro cerca de sus labios.
-Buenos días.-dice y me da un pico de labios sellados, me enloquezco. Quiero más. Antes de hacerlo ella alza una mano, deteniendome. -iré a ducharme, nos vemos a bajo. -me empuja fuera de la habitación. No me deja protestar cuando ya siento el golpe de la puerta, debí retroceder. Demonios, ahora me saldra un chichón en la frente.
Bajo las gradas, sobandome la frente. Mis hermanos me miran raro sin embargo no dicen nada y siguen comiendo su desayuno. Le doy un beso en la frente a Mérida. Ella me agarra el rostro y me da un beso en la mejilla. Es tan linda, la amo tanto.
Me siento en la silla que esta a lado de Mérida, y cuando Luce trae el desayuno. Primero le doy de comer a mi hija y luego cuando termina, empiezo a comer al mismo tiempo que Lorraine entra al comedor y se sienta enfrente mío.
Casi muero con lo que lleva puesto, ella quiere enloquecerme y esta logrando su objetivo. Haré el mismo juego de ella, para ver quien vuelve a caer.
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PARAMNESIA +18 | ©®
RomanceEl amor que le habían prometido no fue el más leal, es así que gracias a sus actos de aquel hombre, Lorraine tuvo que pagar las consecuencias. Ella creyó que su mundo se había derrumbado, sin embargo llegó un nuevo misterio a su vida, un hombre arro...