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Son las tres y diez de la tarde y junto a Natalie voy en camino a Luigi's, me muerdo los labios de lo nerviosa que estoy, aunque, por qué estoy nerviosa ?
Sólo será una conversación tranquila y recíproca, claro.

-Son diez dólares - El taxista me sacó de mis pensamientos. Le di su dinero y me despedí con una sonrisa que el no correspondió. Maleducado.

Veo la cafetería, suspiro y entro allí, con la mirada busco a Matthias.

-Sam!- Le oí detrás. Estaba sentado en una mesa cerca de un ventanal, vestía un traje gris y una corbata azul que le hacían ver impecable. Como siempre luce.

Saca esos pensamientos de tu cabeza. Él te abandonó.

La voz en mi cabeza me dijo. La ignoré y caminé con Nat hacia la mesa.

-Hola - Saludé al sentarme en frente de él.

-Hola Sam- Mierda me sigue afectando tenerlo cerca.

-Como estas?- Aunque lo odio\ amo, tengo que tener educación.

-Estoy bien... vivo al fin - Hace una pausa- Aunque supongo que eso no te interesa- Me conoce demasiado.

-Para nada.Vamos al grano- Acomodo a Nat en mis piernas, se queda viéndola unos instantes.

-Es tuya?- Dijo refiriéndose a Nat. Si! También es tuya Matthias!

-Así es- Respondí cortante.

-Es linda - Es igual a ti !

-Gracias- Otra vez mi tono cortante, quiero que pare de hablar de Natalie .

-Bien Sam. Empezamos con esto - Asentí- Recuerdas que cuando te presente a mis padres ellos no te recibieron bien ,verdad?- Asentí, todos los recuerdos malos volvían ahora- No se detuvieron ahí , siguieron pidiéndome que te dejara, Sam, durante 1 año estuvieron presionándome para que te dejara. No les hubiera puesto casi si ...- No pudo continuar.

-Si que ?- Pregunté.

-Si no me hubieran amenazado con hacerte daño, Sam- Mi boca formó una "o"- Tuve que romper contigo, tuve que empezar con Camila,la heredera de la fortuna de empresas Hill. Pero no funcionó. También me mandaron a Los Ángeles a terminar mis estudios,me querían lo más lejos de New York para que me olvidara de ti. Pero no pude olvidarte Sam, cuando volví te busqué en tú departamento pero no vivías ahí, le pregunté a todo el jodido vecindario en donde estabas, pero no logré dar contigo para pedirte perdón-

-Matthias yo... yo no se que decirte- Y era verdad. Estaba impresionada por lo que me acababa de contar, ahora entiendo porqué terminó conmigo de esa forma.

-Solo quiero que me perdones Sam- Su mirada rota me dejaba ver cuan arrepentido estaba.

-No tuviste la culpa de nada. No hay nada que perdonar- Tomé su mano, aún sentía esa electricidad al tocarlo.

-Sam, gracias- Alzó la vista, sus ojos estaban rojos. Pero que adorable.

Detente Samanta!

La voz en mi cabeza de nuevo. Maldita metiche.

-No es nada Matt- Un brillo apareció en sus ojos al llamarte como le solía llamar.

- Aqui tienen su orden- Una Señorita se acercó con una bandeja en la mano. Miré a Matthias con el ceño fruncido.

-Espero no te moleste que haya pedido esto - Me miró con disculpa.

-Pero que niña tan bonita- La mesera se acercó a Nat con una sonrisa.

-Es igual a usted- Dice la chica mirando a Matthias- Es su copia !- Mierda y mierda . Matthias miró a Natalie fijamente. Ay Dios.

-Si... lo es- Contestó con ceño fruncido.

-Bueno. Disfruten su comida- Dijo la chica.

-Gracias- Contesté ya que Matthias seguía mirando a Natalie.

- Quien es su padre ?- Preguntó.
Qué le digo ? Estoy segura de que tengo una cara de estar viendo al mismo diablo.

- Eeeh... Él se fue cuando Nat nació. No quiero hablar de eso- Corte con todo haciendo un gran esfuerzo por no gritarle a la cara que el era su padre.

- Ay Sam, lamento todo lo que te ha pasado, no lo mereces- Reí por lo bajo.

-Me lo merezco por estupida- El negó.

-No Sam, eras una alumna brillante, inteligente, con un futuro por delante. Y todavía sigues siendo brillante... Sam, te puedo pedir algo?- Que querrá ahora?

-Que cosa?- Pregunté.

-Trabaja para mi, en mi empresa. Se que eres capaz de llevar esos números- La propuesta suena tentadora, tendría dinero para vivir. Pero mi orgullo no me deja.

-No puedo aceptarlo- El bufó.

-Sam, solo piénsalo, no podrás vivir en esas condiciones toda la vida- Asentí desganada.

Comimos en silencio, el no aceptó que pagara mi comida y me llevo a mi casa.

Que día tan largo.
Espero que Matthias se olvide de nosotras.

2 AÑOS DESPUÉS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora