Ya habían pasado dos semanas desde que llegamos a Manhattan, todo iba muy bien, pero yo no me sentía así.
No es que me sintiera mal aquí, sino que no tenía nada que hacer, y estaba acostumbrada a andar de aquí para allá haciendo cualquier cosa, y ahora que una empleada se encarga de todo trato de ayudar lo más que puedo para no sentirme inútil.Era el sábado diez de diciembre, el invierno era inminente y ya se podía ver a las personas con sus abrigos gigantes y paraguas en mano.
Me entretuve leyendo los libros de negocio que habían en la biblioteca, si, en esta casa hay biblioteca.
Leer sobre negocios me trajo muchísimos recuerdos, estaba en el el quinto periodo de la carrera cuando me retiraron la beca, y francamente extraño estudiar lo que más amo, negocios internacionales.-Mami, qué haces?- Nat apareció con su nueva muñeca en la mano.
-Estoy leyendo, quieres que te lea algo?-
-Si, una aventura- La puse en mis piernas y le leí un libro de aventuras, tal y como lo pidió.
-Pero el rey era muy malvado, por qué?-Me preguntó inconforme.
-Porque si el no fuera malvado la historia no tuviera sentido, acaso te gustaría una historia en donde todos son buenos y no hay aventuras?-
-No!- Exclamó.
-Bueno, entonces ya sabes que no todos pueden ser buenos-
-Tengo sueño- Dijo incorporándose en mi pecho. La deje en su cama antes de que se durmiera encima de mí.
Después fui a la cocina, tenía ganas de cocinar algo dulce, galletas.
Puse manos a la obra, vaya que se toma su tiempo hacer galletas.
Cuando terminé las deje reposar e hice un batido de frutas, me serví un vaso y me senté en el comedor a disfrutar de mi creación, pero como mi felicidad no dura mucho, alguien tocó el timbre.
-Buenas tardes- Olviden lo que dije de la felicidad, era Matthias quien estaba parado con su celestial cuerpo esbelto y firme frente a mi. Era yo o hacía calor?
-Hola, pasa- Él se introdujo en la casa, mirando por todo el lugar.
-En donde está Natalie?- Preguntó.
-Le leí una historia y se durmió-Contesté.
-Y qué haces?- Me preguntó.
-Estoy comiendo galletas, gustas?-
-Galletas a las dos de la tarde?-Me preguntó con una mueca en la cara.
-Si- Me encogí de hombros.
-Me uno- Dijo con una gran sonrisa corriendo hacia el comedor. Aún tenía esos momentos en donde olvidaba que era un adulto.
-Y como te va con los negocios?- Le pregunté.
-Bastante bien, monte mi empresa- Abrí los ojos sorprendida, lo había logrado.
-La de telecomunicaciones?-
-Así es, sabes que eso quería- Asentí.
-No te vez muy conforme- Le dije al ver ESO en sus ojos.
-Es que me vino a la mente mi asistente, es un asco. No tiene idea de nada-Bufó.
-Yo podría ser tu asistente- Solté. Maldicion! Por qué digo las cosas sin pensar?! Me odio.
-De echo, es una muy buena idea!- Asentí tratando de no darle alas- Dices que no quieres depender de mi y si recibes un sueldo ya no lo harás-
-Pero serías tú quien me pagaría, entonces sería lo mismo, me mantendrías igual-Dije obvia.
-Si tuvieras empleo en otra parte tu jefe te mantendría, es lo mismo en todas partes. Todos los jefes mantenemos a los empleados- Buen punto Matthias, buen punto.
-Pero no tendría con quien dejar a Natalie-
-Contrata una niñera- Solo lo miré- O puedes llevártela a tu oficina, claro-
-Entonces?- Pregunté.
-Entonces eres mi nueva asistente-
-Dime que tendré que hacer-
-Ay Por favor! Tu bien sabes que hacer-
-Lo se, sólo quería molestarte- Sonreí abiertamente.
-Eres malvada- Dijo parándose.
-Yo creí que tu eras el malvado-
-Tal vez- Se fue, dejándome con una tonta sonrisa en la cara, maldito Matthias cuanto te... odio?
ESTÁS LEYENDO
2 AÑOS DESPUÉS
RomanceUn amor juvenil que terminó en ruptura . Dos años después él quiere arreglarlo todo con ella . Pero, sorpresa! Ahora hay una niña de por medio .