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Tres días después de conocer a los mejores amigos de Matthias, ya era víspera de nochebuena, y me encontraba regañando a Matthias por no querer ir con su familia a cenar.

-Ellos son tu familia Matthias! Cómo crees que se sentirán si no vas?-

-Felices. Además, Quiero pasar nochebuena y navidad con Nat- Suspiré rendida, al darme cuenta de que no lo haría cambiar de opinión.

-Es más, quédate en donde quieras, haz lo que puto quieras-Empecé a caminar hacia el comedor.

-Ya estás molesta, Sam, no tienes que molestarte o siquiera preocuparte por mi. Como tú dices: no somos nada-

-Pero lo hago! Me preocupo por ti y me molestan las estupidas decisiones que tomas, porque en el fondo, muy en el fondo, te tengo aprecio, eres el padre de mi hija- Dije con la voz quebrada.

-Sam, vamos a intentar pasar las festividades tranquilos, sin discutir. Es un trato?- Me extendió su mano.

-Es un trato- Dije sin más.

-Ahora, iremos con Nat a comprar la cena para mañana, quieres?- Asentí.

Vestí a Nat y salimos en dirección al supermercado.

-Pavo o cerdo?- Preguntó Matthias.

-Cerdo- Dije.

-Tomó espinacas o brócoli?- Pregunté.

-Brócoli, las espinacas con horribles- Contestó.

-Mami, cuántas manzanas?- Me preguntó Nat.

-Cuatro cariño- Le respondí.

-Ya está todo?- Preguntó Matthias.

-Si-
Nos dirigimos a pagar, la fila era larguísima pero resistimos.

-$110.9 - Dijo la cajera. Y antes de que yo pasara el dinero, Matthias le dio su tarjeta de crédito.

-Te odio- Le susurré haciendo que este sonriera. Le encanta verme molesta.

-Tengan, es una invitación a una fiesta para parejas en Año Nuevo- Dijo pasándonos dos invitaciones a cada uno.

-Oh, no, es que él y yo... es decir- Traté de explicarle.

-Iremos con gusto- Respondió Matthias.

-Eso- Dije.

Salimos del supermercado.

-Que fue eso?- Le pregunté entrando al coche.

-Que?-

-"iremos con gusto" es una fiesta para parejas entiendes el concepto popular de pareja?- Le pregunté.

-Ya Sam, no iremos-

-Como sea- Dije rodando los ojos a la parte de atrás y viendo si Nat estaba bien.

Llegamos a casa, el calor que me recibió me hizo suspirar, se sentía tan bien.

-Sabes, no se para que compraste este piso si prácticamente vives aquí el día entero- Le dije a Matthias, él alzó una ceja.

-Insinúas que debería quedarme a vivir con ustedes? Por mi no hay problema- Le di un azote con mi abrigo.

-No es eso, tú sabes lo que quiero decir- Dije.

-Estarás aquí en navidad?- Le preguntó Nat a Matthias.

-Si, estaré aquí contigo cariño- Contestó cargándola.

-Si! Y habrá regalos?- Preguntó.

-Pero claro, sino no sería navidad. Sabes yo conozco a alguien a quien no le gusta la navidad y siempre está molesta cuando le hablan de ella- Dijo mirándome.

-Si, soy el Grinch- Dije.

Me puse a poner la comida que compramos en su lugar, mientras hacía eso pude ver cómo Matthias perdía su dignidad jugando a las Barbies con Nat.

-Haz perdido toda tu credibilidad- Dije sentándome en un sillón cerca de donde estaban.

-Habías visto que las Barbies tienen el cuerpo perfecto? no es buena enseñanza para las niñas, creerán que tienen que ser así porque Barbie es así-

-Barbie es una maldita- Dije.

-Lo es, pero yo le daba- Contestó y me carcajeé.

-Barbie es muy joven para ti, anciano-

-Veintinueve años no es nada comparado con tus cuarenta- Le tiré un cojín.

-Pero si tienes sesenta!-

-Hace dos años tenías ochenta-

-Cállate- Le tiré otro cojín.

-Nat, tu mamá es una anciana-Le dijo lamentándose.

-Mami es como Barbie-Dijo Nat.

-Oh! En tu cara!- Le dije.

-Pues Barbie tiene más pecho que tu- Dijo.

-Ya quisiera Barbie tener estos- Dije haciendo que Matthias riera. La lactancia hizo que me creciera el busto una talla más, y lo agradecí porque antes yo era una pared por delante.

Me levanté para servir unas tazas de chocolate y galletas.

-Alguien quiere?- Dije, y ahí se armó el Apocalipsis zombie.

-Dije que si querían no que se pelearan -

Esa noche fue muy tranquila, sin discusiones.

2 AÑOS DESPUÉS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora