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-Mami, despierta-Oí la voz de Nat a lo lejos, sin embargo supuse estar soñando.

-Sam, levántate-Está vez sentí unas manos tocándome el brazo.

-Que Pasa?- Abrí los ojos, encontrándome con Nat y Matthias en pijama, mirándome.

Me di cuenta porqué me miraban, no tenía ninguna sábana sobre mi y me había dormido sin nada puesto.

-Matthias! Voltéate!- Exclamé, sentía como la sangre subía a mi cabeza.

-Lo siento, Nat me dijo que no despertabas y vine a revisar que todo estuviera bien- Me dijo, sabía que estaba muerto de risa por dentro.

-Voy a ducharme- Dije tomando la sabana y envolviéndome en ella.

-Okey,me llevare a Nat a la sala- Con los ojos cerrados tomó a Nat y salió de allí, y sólo así pude tomar ropa e ir a ducharme.

Una vez me vestí, tomé el regalo que había comprado para Nat.

-Ya estoy lista- Dije cuando llegué a la sala.

-Ya abriremos los regalos?-Preguntó Nat emocionada.

-Si- Le conteste dándole mi regalo.

Ella empezó a abrirlo, no le cabía más emoción en el cuerpo.

-Es la muñeca que vimos!- Dijo abrazándola.

-Te gusta?- Le pregunté.

-Si!-

-Bien, ahora abre el mío-Dijo Matthias.

-Mami, papi me regalo zapatos de bailarina!-Me encanta ver a Nat emocionada, sus mejillas se ponen rojas y los ojos saltones.

-Porque no vas a ponerte tu falda y las zapatillas?- Le pregunté.

-Ya voy!- Se fue a la velocidad de la Luz, si que estaba emocionada.

-Tengo algo para ti- Le dije a Matthias dandole una cajita.

-Yo también- Me dio su regalo.

Empezamos a abrirlos juntos.

-No es verdad!-Exclamó Matthias sacando el reloj que le había comprado- Es igual al que perdí la semana pasada- Dijo.

-Pero este tiene más seguridad- Le dije señalando los dos clips adicionales que traía.

-Gracias Sam-Le sonreí terminando de abrir mi regalo.

-No lo puedo creer- Dije impresionada, era la pulsera de Pandora que vi cuando fuimos al centro comercial, y tenía muchos colgantes de diferentes formas.

-Te quedaste viéndola el otro día-

-Me encanta, gracias- Lo abracé, él no se lo esperó, pero luego me correspondió.

-Ya estoy lista- Oí la voz de Nat.

-Mírate!, estás preciosa-Le dije.

Ella empezó a dar vueltecitas con sus zapatos.

-Te quedarás para el desayuno?- Le pregunté a Matthias.

-Eso no se pregunta- Bromeó.

Después de desayunar Matthias se fue a su casa, yo me encargué de Nat y de la casa.
Ese día fue muy tranquilo, y sobre todo afuera nevaba a más no poder.Matthias tuvo que ir a su la empresa a revisar algunas cosas, eso si que es estar comprometido con su trabajo.

Los días siguientes también estuvieron igual, y ya había llegado Año Nuevo.

-Matthias no quiero discutir contigo, hazle caso a tu madre-Le dije, su madre lo había llamado para que fuera a pasar Año Nuevo con ella, y el se negaba.

-Pero me quiero quedar aquí-

-Piénsalo, no fuiste a nochebuena ni el día de navidad, por mas que digas sé que tu madre te extraña. Haz caso de alguien por una vez-Le dije.

-No quiero discutir, así que iré y ya está- Asentí.

-Bien-

-Pero llevaré a Nat-Lo mire incrédula.

-Y que dirás? Hola, tengo una hija de dos años, ah! Y es hija de Samanta, la chica que odian. No digas tonterías- Rodé los ojos.

-Sam, crees que podré ocultarles a Nat la vida entera?-Me preguntó.

-Pero claro!- Respondí.

-Sam, la llevaré y ya-Negué repetidas veces.

-Y quien dirás que es su madre?- Le pregunté.

-Tú-

-Matthias por favor-Lo miré furiosa, nunca piensa bien las cosas.

-Sam, tendré que decirles algún día y lo mejor sería que tu también fueras -

-Piénsalo, por qué me presentaría? Tu y yo no tenemos nada, hace mucho estamos separados. Diles que Nat es de otra chica y listo, no tienes por qué decirles que soy yo-

-Ya, iré solo y dejaremos esta discusión. Estoy harto de esto-Dijo igual de incómodo que yo.

-Pues deja esta mierda como estaba. Lo mejor que pudiste hacer era no seguir insistiendo cuando nos encontramos, pero no! seguiste con esto sabiendo lo que conllevaría. Yo no estaría aquí si no fuera por Nat, yo no estoy aquí porque quiero arreglar algo contigo. Yo ya no siento nada por ti-Dije invadida por la furia y desesperación.

-Muy bien! Para que otra cosa estarías aquí?-Sabia que el estaba igual de furioso que yo, quien no lo estaría al no saber que coño hacer?

-No lo sé! Tu dímelo!-Grité.

Matthias sólo tomó su saco y salió a toda prisa de allí, yo por mi parte empecé a desquitarme con el sofá!

-Maldito! Maldito!-Grité, no se muy bien a quien le llamaba así, sólo quería dejar salir la furia.

2 AÑOS DESPUÉS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora