Era día de nochebuena, dicen que es un día para estar en familia y pasársela bien pero cuando tienes que estar cocinando no la pasas muy bien.
Me encontraba haciendo la cena, Matthias se ofreció a ayudarme y como era de esperarse no sabe nada de cocina.
-Pásame el frasco color negro- Le pedí a Matthias.
-Que es?- Me preguntó.
-Pimienta- Le dije.
Ya había puesto el cerdo en el horno y estaba haciendo lo demás. Nunca me imaginé el tiempo que se llevaría.
-Sam, prueba esto- Me pasó un tenedor con la ensalada que había echo.
-Una pizca de sal y terminaste- Le dije, el sonrió.
-Es la mejor ensalada que haz probado en tu vida y sólo quieres ponerle un defecto para sentirte bien contigo misma- Me dijo a la cara.
-Tú solamente quieres ganar en todo y buscas excusas baratas-Contraataqué.
Èl por otro lado hizo una mueca y continuó con lo suyo.
-No se tu pero yo terminé- Le dije quitándome el delantal.
-Si, esto ya esta- Se quito el delantal que llevaba y lo dejó sobre la encimera.
-Me voy a duchar, deberías hacer lo mismo- Empecé a andar.
-Si, pero tu lo necesitas más que yo- Le lance cuchillos con la mirada y este se fue riendo.
Llegué a mi habitación, lo primero que hice fue ir a mi closet, el cual Matthias se había encargado de llenar de ropa antes de que llegáramos aquí.Lo que no sé es cómo toda la ropa me queda al justo.
Lo primero que me gustó fue un vestido color negro, que tenía un bonito cinturón plateado.
Lo tomé y lo dejé sobre la cama, busqué unos tacones también plateados y me fui hacia el baño.
Una vez estaba seca me puse la ropa, mi cabello no quiso colaborar así que me hice un recogido y deje algunos cabellos sueltos.
Un poco de perfume y estaba lista, fui al cuarto de Nat, en donde estaba todavía viendo sus caricaturas.-Nat, es hora de ponerte una ropa muy bonita- Le dije.
Ella dejó sus caricaturas y se dirigió a mi.
-Quiero un vestido como el tuyo!- Me suplicó.
-Veamos- Busqué en su closet, había un vestido negro, pero tenía detalles rosa.
-Este?- Le pregunté.
Ella asintió, la vestí y le puse unos zapatitos muy adorables de color rosa, los niños tienen mejor ropa que los adultos.
Su pelo lo dejé suelto, ya que a veces si se lo recogía se le soltaba muy pronto.-Estás lista- Justo ahí escuche el timbre sonar.
Abrí la puerta, y santa madre de todos los apóstoles Matthias lucia perfecto en ese traje negro.
-Que? Petrificada por mi belleza?-Bromeó.
-Por lo contrario- Le respondí.
-Estás hermosa Sam, creí que no te verías bien con ninguna cosa que te pusieras pero me sorprendiste-Me hice la ofendida.
-Como osas decir eso?- Le pregunté dramáticamente.
-Perdone su excelencia- Me hizo una reverencia.
-No diga más y pase- Le abrí paso a la casa.
-Papi!-Nat corrió a su encuentro.
-Pero si es la princesa más linda de esta casa- Matthias la alzó.
-Te gusta mi vestido?- Le preguntó.
-Me encanta-Le dijo Matthias dejándola de nuevo en el suelo.
-Me ayudas a terminar con la mesa?- Le pregunté a Matthias.
-Claro- Me ayudó a llevar las últimas cosas a la mesa. Todo quedó muy lindo.
-Esto quedó genial, gracias a mi- Dijo Matthias.
-Disculpa?-
-Nada- Bajo la vista riéndose.
La cena fue tranquila, nadie habló de temas delicados y solamente fuimos normales por Nat, porque ella no tiene porqué presenciar todas las discusiones de Matthias y yo.
Luego de cenar nos sentamos en el sofá de la sala, a conversar sobre temas sin importancia. A las diez de la noche Nat se fue a dormir, quedando Matthias, yo y una botella de vino.
-Sam, cuéntame de ti- Me pidió Matthias.
-Que cosa no sabes tú de mi?- Le pregunté.
-Tu niñez y esas cosas- Me dijo.
-No me gusta hablar de esas cosas- Suspiré.
-Bueno- Dijo resignado.
-Bien, te contaré- Le dije obteniendo toda su atención.
-Cuando tenía un año de edad, mis padres y yo íbamos en un barco hacia New York, un crucero para ser más exactos. El barco sufrió una falla técnica y algo explotó, todos los que estaban cerca de ahí murieron, incluidos mis padres. Una señora llamada Miriam se hizo cargo de mi cuando vio que nadie estaba buscándome cuando llegamos a tierra, ella se esmeró por encontrar algún familiar pero no encontró a nadie, sólo encontró documentos míos y de mis padres en el camarote del barco, aún conservo esos documentos conmigo.A los cinco años Miriam ya no pudo encargarse de mi, tenía seis hijos más y enfermó de cancer así que me llevo al albergue, de ahi pase a una familia que se encargó de educarme y gracias a eso conseguí la beca para la universidad, un día de mudaron y no supe más de ellos. Y luego ya sabes que pasó- Esa era mi historia, una siempre desastrosa.
-Sam, aún no sabes nada de tus familiares?- Negué- Yo podría ayudarte a encontrarlos-
-Lo harías?- Le pregunté.
-Por ti haría lo que sea Sam-
-Por qué?-
-Por que lo mereces, mereces eso y más-Negué con la cabeza.
-Ya deja de decir cosas que no son ciertas- Le dije tomando la botella de vino y bebiendo directamente de ella.
-Pero es cierto esto que te digo- Me quitó la botella e hizo lo mismo que yo.
-Estás borracho?- Le pregunté.
-Creo que si- Me respondió.
-No lo estás, cuando te emborrachas empiezas a actuar como un total imbecil- Le dije.
-Es verdad, entonces no lo estoy- Dijo.
-Me voy a dormir, ya es tarde y mañana Nat se levantará temprano a ver qué le han regalado- Dije levándome.
-Duerme bien-
-Tu igual-Dije desapareciendo entre el pasillo.
Me quité el vestido y me envolví entre las sábanas, cayendo en el sueño.
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2 AÑOS DESPUÉS
RomanceUn amor juvenil que terminó en ruptura . Dos años después él quiere arreglarlo todo con ella . Pero, sorpresa! Ahora hay una niña de por medio .