2 AÑOS DESPUÉS

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Una semana después lo qué pasó con Matthias no he vuelto a saber de él.

Tendría que dejar a Nat con la vecina, Debbie, por la noche ya que iría a trabajar a un bar que está un tanto lejos. Como es un bar y estaré de mesera no podré llevarme a Nat.

-Ya sabes Debbie,la cuidas bien- Me despedí de la señora de setenta años que se había ganado mi confianza desde que llegué aquí.

-Claro cariño, ve con cuidado- Le sonreí y salí de allí.
Tendría un viaje largo hasta East Harlem.

-Taxi!- Literalmente grité antes de que el idiota pasara de largo.

-A donde muñeca?- Que cerdo.

-Hasta que le diga- He aprendido como quitarme a taxistas violadores de encima. Es en serio, algunos pueden ser unos cerdos.

Mientras llegaba a mi destino pensé en mi existencia, en las cosas que he vivido, y en donde estaría ahora si no me hubiera embarazado. Sería una empresaria exitosa, viviría en una torre en Manhattan y no tendría que preocuparme por tener 10 dólares al día para comer.

-Señorita , son 13 dólares - Desde cuando se cobran 13 dólares ?

-Buenas noches- Salí del coche y caminé una cuadra hasta llegar al bar en donde conseguí el empleo, todos los sábados tendría que trabajar desde las ocho de la noche.

El bar estaba lleno de gente, la música penetraba por mi cuerpo y el ambiente era tan movido que ya me sentía sofocada.

Me acerqué a la barra y le dije al hombre que atendía :

-Soy la del empleo, a donde tengo que ir ?- El chico señaló a un señor que estaba en una mesa.

-Bill se encarga de eso, es el dueño-

-Gracias- Me dirigí al señor.

-Hola, soy Samanta. La chica del empleo- Este me miró de arriba a abajo.

-Claro preciosa, cruza esa puerta y ponte el delantal. Jack te pasará los tragos- Asentí y me dirigí a aquella puerta, dentro habían varios utensilios y sobre una silla, los delantales.

Salí de allí a la velocidad de la luz y me acerqué a Jack, el hombre de la barra.

-Entrega esto a aquella mesa- Jack me pasó una bandeja con bebidas - Y , para la próxima, intenta enseñar un poco más de piel. A los clientes les gusta- Lo mire con desprecio y fui a aquella mesa, le deje su trago y volví a la barra.

La noche transcurrió entre bebidas y viejos pervertidos queriéndose pasar de listos conmigo, eran casi las 2 de la madrugada y todavía quedaban algunas personas.

-Lleva este whiskey a aquel sujeto- Jack señaló a un tipo.

Mis pies ya dolían bastante, pero unos 65 dólares facilitarían mi vida.

-Aquí está su whiskey, disfrútelo- Puse el trago en la mesa.

-Sam? Qué haces aquí ?- Ahora es cuando me pregunto y empiezo a pensar en que fue lo que hice para merecer este castigo del universo.

-Acaso me persigues?- Le pregunté irritada.

- Quizá- Encima me deja con la duda- Ahora responde mi pregunta.

-Trabajó aquí. Y a ti que ? El alcohol te hace un idiota?-

-Si, un total idiota- Dijo sincero.

-Bueno, no tienes que consumir alcohol para ser un total idiota, ya lo eres sin una gota de el- Este río sonoramente.

-No se de donde sacas tan buenos insultos-

-Puedo decir mejores. Pero ahora me tengo que ir, adios- Sin embargo, su mano sostuvo mi muñeca.

-Trabajas aquí?- Asentí- Donde dejaste a Nat ? Con quien está ?- Si que ha tomado el papel de padre en serio.

-La deje con una vecina de confianza, y ya me voy, no quiero perder mi empleo- Me esfumé de allí.

La última hora transcurrió tranquila, todas las personas se habían ido, excepto Matthias.

-Oiga usted ! Ya se tiene que ir- Jack le habló a Sam.

-Estoy esperando a la señorita- Dijo mirándome.

-Samanta, ya tenemos que cerrar son las 3 de la madrugada- Jack me avisó.

Moví mis cansadas piernas fuera del local, y Matthias me siguió.

-Que crees que haces ?- Le pregunté al salir .

-Sam, sólo déjame llevarte a casa- Rodé los ojos.

-Tomare un taxi -

- A esta hora Sam? No lo permitiré- Desde a cuando a donde tiene esa autoridad?

-Hago lo que se me plazca, si quiero me voy caminando-

-Samanta, deja que te lleve a casa- Volvió a decir.

-Por que me haces esto Matthias ?-

- Que te hago ?-

-Llegas a mi vida y lo alteras todo, no se que hacer con todo esto, de verdad- Bajé la vista, tenía ganas de mandar todo a la mierda.

- Sam, déjame ayudarte, si ?- Por que me mira así ?

- No quiero tu lástima-

-No me das lastima Samanta, me preocupas. Me preocupan tú y Nat, no quiero esa vida para ustedes- Había tanta sinceridad en su mirada que no sabía cómo responder a eso.

- Si me vas a llevar hazlo antes de que cambie de opinión- Sonrió abiertamente, siempre lo hace cuando consigue lo que quiere.

- Sígueme- Caminamos un minuto hasta su flamante Audi, se que le gustan los coches pero no sabía a qué nivel lo hacía.

El viaje fue silencioso, sin embargo no incómodo.Me dejó frente a mi edificio y se fue, de nuevo dejándome miles de pensamientos en la cabeza.