CAPÍTULO 2

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La hermana de Sun en la foto(L)

La hermana de Sun en la foto(L)

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HYEMI

Estaba tan enfrascada en el trabajo que no me percaté que mi marido entró a mi despacho con una sonrisa brillante y cargado de nuestra bebida favorita. Colocó la botella de champán y ambas copas sobre mi mesa, cerrando la puerta de mi despacho con pestillo. Lo miré extrañada como si esperase una explicación a su despliegue de galantería pero él se limitó a besar mi mano y decirme:

-Sólo deseo celebrar un nuevo día a tu lado. Bebamos querida...

Ambas copas chocaron y el líquido quemó ligeramente mi garganta. Suspiré y agradecí a Ryan esa interrupción maravillosa que me había subido el ánimo de forma magistral. Pero era hora de irse porque estaba hasta arriba de trabajo.

Yo era dueña de Carter Corp a mitad con Ryan. Antes de salir juntos, mi empresa y la suya se fusionaron porque comprendimos que nuestros negocios serían más fuertes así. De esa forma, de colegas de trabajo poco a poco comenzamos a ser algo más. Yo había salido con hombres pero no mucha cosa porque siempre había andado ocupada: desde cuando estudiaba en la facultad a cuando comencé mis prácticas en gestión de empresas hasta que conseguí ser mi propia jefa. Agradecía a mis padres los medios que me dieron para educarme de forma adecuada, desde luego había aprovechado bien las oportunidades que se me habían dado. En cuanto a la familia de Ryan me habían aceptado desde el primer día, aceptándome como su hija adoptiva al no tener otro hijo a parte de Ryan. Mis suegros y yo siempre tuvimos una estrecha relación, considerándose mi segunda familia.


Estaba trabajando más que de costumbre porque quería dejar todo conforme en mis pequeñas vacaciones. Mi hermana se casaba en un mes, por lo que deseaba pasar con ella el mayor tiempo posible y conocer a la que era mi familia de sangre. A pesar de ser una mujer de negocios que se enfrentaba a cualquier cosa, las relaciones sociales y de familia era algo que realmente se me daba fatal porque no se usaba la cabeza o la estrategia sino en gran parte los sentimientos. A veces pecaba de fría aunque yo bien sabía que no era así pero este mundo donde yo me había hecho un nombre te construía una nueva piel más robusta.


En cuanto a mi relación con Ryan, de puertas para afuera parecía ser perfecta pero realmente no era tan así. Ryan era maravilloso pero se le iban los ojos con las mujeres de su alrededor. Aunque juraba que me amaba el ver que tu marido ve a otras mujeres a parte de ti con ojos lujuriosos no te hace ningún bien. Pero cuando conocí a Carter supe de su faceta de mujeriego y a pesar de ello le conocí y me enamoré. Supe darle una oportunidad aunque fue realmente difícil al principio y le tuve que perdonar demasiadas cosas pero él me demostró que cambiaría por mí porque nunca había amado a otra que no fuera yo.

Pero a pesar de todas las promesas que Ryan me hizo, una especie de intuición me decía que él me engañaría de nuevo en cuanto tuviera la menor oportunidad. Aquellas sensaciones o intuiciones eran normales en mí a pesar de no ser nada supersticiosa pero admitía que casi siempre tenían razón o se acercaban a la verdad. Pero no les daba más importancia de la que tenían porque no había nada probado con que fuera algo místico o algo así sino que simplemente había gente que nacía con el olfato suficiente para calar y conocer bien a las personas de su entorno.

Lo que tenía claro era que no perdonaría ni un solo engaño más porque tenía mi dignidad y valía más que cualquiera de las mujeres con las que mi marido se acostó. Él me juró que una vez que nos casáramos, él me sería fiel para siempre porque cambiaría por mí, pero yo aun desconfiaba y a veces dudaba en si recuperaría la confianza.

Por el momento, vivía el ahora y miraba atenta mi alrededor. Estaba alerta de cualquier indicio que pudiera decirme algo pero sin estresarme o quitarme mis momentos de paz porque nada en el mundo merece que tu salud sea arrebatada.

Una vez que terminé con el papeleo y unas cuantas llamadas, fui al despacho de Ryan para decirle de irnos juntos a casa pero su despacho estaba cerrado. Su secretaria me dijo que andaba reunido pero él no me dijo nada de una reunión siendo yo el otro de los dueños de la empresa. Por lo que me explicó la secretaria, simplemente había sido de última hora y que no me preocupara porque me mandaría un mensaje a la mayor brevedad.

La duda me corroía pero debía de darle un voto de confianza, al fin y al cabo no sería la primera vez que Leviels o Gabriel hacen acto de presencia con miles de historias que resolver.

Recogí todas mis cosas y tomé el coche para volver a casa. En el trayecto pensé en mi hermana y en cómo sería pasar mis vacaciones de primavera en Busan, mi verdadera tierra. El tema de Ryan era algo que prefería no pensar porque si no me volvería loca y empezaría a ver cosas sin fundamentos.

No iba a contarle nada acerca de los engaños de Ryan a mi hermana porque quería que comenzaran con buen pie porque, a pesar de ello, él era un hombre excelente. Todos tenemos defectos y puedo decir orgullosa que él los admitió todos y prometió hacer su mejor esfuerzo para ser un mejor hombre para mí.

Tras llegar a casa, puse en marcha el contestador para escuchar los mensajes. La voz de Lisa me dijo que se había enterado de que me iba de viaje a mi tierra y que me deseaba la mayor de las suertes, los hermanos Ortega me dejaron un mensaje conjunto diciéndome que tuviera cuidado con mi culito por Busan porque había mucho soltero suelto y que, ahora que estaba casada, era aún más atractiva. Y finalmente, el jefe de personal Gabriel me deseaba un excelente viaje con su habitual cortesía que halagaba a cualquier mujer pero que a mí no me provocaba más que una sonrisa de agradecimiento.

Con toda esa ola de cariño me sentí mejor y no le di más vueltas al asunto que rondaba por mi cabeza. Con Lisa como mi sustituta estaba segura que no tendría ningún problema en la empresa. A pesar de que me marchaba en unos días, me tomé esos días hasta marcharme de descanso para dejarlo todo listo y que la empresa funcionase todo correctamente en mi ausencia y en la de Carter. En el puesto de él, estaría Leviels, otro de nuestros grandes trabajadores y de seguro haría un excelente trabajo.

Miré la hora y esperé ese mensaje que la secretaria me dijo que iba a mandarme Ryan pero no obtuve ninguna respuesta de su parte. Tuve que cenar sola frente a la televisión sin parar de mirar el reloj de pared y sin poder terminarme el plato debido al nudo que tenía en mi estómago. Cuando entendí por fin que no volvería a casa, me fui al dormitorio a acostarme e intentar dormir aunque fuesen unas horas. La excusa que debía de contarme Ryan debía de ser lo suficientemente buena para no creer que me había engañado con otra, otra vez.

Sakura No Kensaru(Is It Love?Drogo|Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora