CAPÍTULO 25

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HYEMI

La noche fue pesada como si mis sueños estuvieran hechos de mercurio. La preocupación que sentía dentro de mí era algo que me asfixiaba, me hacía temblar por culpa de las lágrimas que habían decidido no abandonar mis ojos.

El teléfono sonó en medio de la noche y supe por el vuelco en mi corazón que era Ryan sin mirar la pantalla. No me atrevía a saber lo que quería decirme, pero si no lo hacía quizás me sentiría peor de lo que ya me encontraba. Tomé mi corazón y decidí acallarlo, hacerlo dormir mientras que me acercaba a la pantalla iluminada por el nuevo mensaje. Con mis manos temblorosas, lo abrí:

"Mi amada esposa, espero que estés bien y estés pasando un grato día en compañía de tu familia; no te haces una idea de lo que me haces falta. Estoy deseando volver a tu lado y jamás soltarte; eres mi mundo Hyemi y eso jamás lo olvides. Te amo con toda el alma."

Tu Ryan

El teléfono se deslizó entre mis manos, llevándomelas a la cara que estaba completamente húmeda por las lágrimas que ahora salían con mucha más fuerza que antes. Estaba destrozada, hundida por esa mentira que sabía bien y que, de momento, no podía decir.

Pero quería que la noche trascurriese lo más rápida posible para poder por fin encauzar mi vida de una vez por todas.

Era tal el cansancio de las emociones que había sufrido en unas pocas horas que sucumbí ante el sueño. Por fin pude tener una tregua y dejar de sentir la tristeza que me atormentaba desde que supe que Ryan me ocultaba algo. Los rayos del día comenzaron a filtrarse por las cortinas de fina seda blanca anunciándome que un nuevo día había llegado. Me levanté de un salto ayudada por la necesidad de saber y abrumada por una sensación de intranquilidad que no sabía bien de donde venía. Un sueño extraño me hizo despertar con una terrible sensación de que alguien estaba acechándome, alguien cuyos ojos rojos y dientes afilados proclamaba el necesitar mi sangre.

Era extraño porque nunca había tenido un sueño de esa forma y menos que yo no creía en ese tipo de cosas, pero las lagunas que sentía y que se mezclaban con esas imágenes me daban vueltas en la cabeza. 

Decidí que no iba a desayunar, ya comería algo en otro momento que no tuviera el estómago donde mi cabeza. Debía de apresurarme para llegar cuanto antes al aeropuerto y pasar los controles sin perder el avión en el proceso.

Justo cuando cerré la maleta e iba a ir hacia la puerta, alguien entró a la habitación. Era Sun.

- ¿Ya te vas? -Me preguntó bastante seria. Asentí y me preparé a que ella me dijera algo para impedírmelo, pero en cambio y para mi sorpresa ella me dio un abrazo.

Acepté su abrazo y me dejé llevar por la angustia que me había invadido días atrás. Ella frotó mi espalda susurrándome que llorara lo que guardaba, que notaba que me estaba conteniendo. Poco a poco fui dejando caer la barrera que había construido estos días atrás desde que supe que Ryan me engañaba y me di cuenta que era algo que necesitaba antes de enfrentarme a lo que me esperaba en Georgia.

-Oye, yo me voy a Busan, tomaré un vuelo en la tarde porque tengo que solucionar unas cosas que ya te explicaré. Solo voy a pedirte algo; que me llames en cuanto llegues al hotel y me digas todo lo que averigües. No quiero que te hagas una burbuja y te evadas de la gente que se preocupa por ti.

Suspiré y asentí, estaba en todo su derecho de pedirme algo como eso, yo también lo haría en su situación. Era increíble cómo nos conocíamos tanto sin necesidad de hablar a pesar de haber estado separadas de por vida hasta hace poco tiempo.

Ella se ofreció a acompañarme hasta el aeropuerto y ayudarme con las maletas, aunque solamente llevaba la de mano y donde llevaba toda mi ropa. Era más por el poyo personal la razón por la que fuimos juntas.

Drogo y Peter estaban esperándonos en el hall de casa con una gran sonrisa. Se preocuparon por mi estado de salud con gran cordialidad, pero Peter parecía un poco más serio de lo normal.

Su sonrisa era muy triste y se notaba que algo guardaba en su interior.

Antes de salir por la puerta, él se me acercó con la intención de decirme algo.

-No sé exactamente las razones por las que te vas, pero puedes quedarte aquí el tiempo que necesites y así estar lista para enfrentar aquello que tienes pensado hacer. A veces no podemos movernos por impulsos momentáneos sino pensar la estrategia fríamente y levantar un muro para que no te duela lo que averigües.

Entendía la preocupación de Peter por lo que no pude evitar abrazarle. Él pareció sorprenderse y puso sus manos en mis omóplatos. Un ligero escalofrío me recorrió la espalda al tenerlas tan frías.

Él retiró sus manos avergonzado y me deseó un buen viaje al igual que Drogo. Sun prometió volver pronto para hacer su maleta y así preparar su viaje.

En los pocos días que conocí a esta particular familia me sentí como una más y a pesar de haberme criado con unos padres que consideré mis padres biológicos, ese vacío que sentía parecía comenzar a llenarse.

A pesar de siempre haber querido a mis padres, admitía echando la vista atrás de que me hubiera gustado que fueran más afectuosos.

No recordaba demasiados abrazos y eso quizás fue lo que me hizo ser un tanto fría y dura de carácter. En casa no nos saludábamos con un beso sino con un movimiento de cabeza y una leve sonrisa acompañada la pregunta: ¿Qué tal el día?

Ese calor que iba sintiendo era algo que el destino me había dado. Tenía las alas para no caer dentro del abismo que se estaba abriendo bajo mis pies y aunque tenía miedo, también tenía el alma en paz sabiendo que en casa me esperarían con los brazos abiertos.

Y eso merecía enfrentarse a Ryan con una sonrisa en los labios.

Sakura No Kensaru(Is It Love?Drogo|Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora